Del Secuestro – Rubio – CEDE

por lofredo

1

DEL RAPTO A LA PESCA MILAGROSA
BREVE HISTORIA DEL SECUESTRO EN COLOMBIA

MAURICIO RUBIO *

Resumen

El objetivo principal de este trabajo es contribuir a explicar por qué las tasas de
secuestro han sido tan altas en Colombia. Con este breve recuento histórico,
más que una cronología detallada de acontecimientos, se busca detectar
elementos que ayuden a responder esta pregunta básica. El trabajo está
dividido en cinco secciones. En la primera se señalan dos raíces del fenómeno,
una rural, doméstica, y otra urbana e importada. En la segunda se analizan las
complejas interrelaciones con el tráfico de drogas, indispensables para
entender el boom en la actividad a partir de los años ochenta. En la tercera se
discute la última fase de la actividad, la de los secuestros masivos e
indiscriminados. La cuarta sección está centrada en la discusión de si es válida
la apreciación de que el secuestro es un negocio más y se presentan dos
argumentos en contra: la batalla contra la extradición librada por los
narcotraficantes a base de rehenes y las relaciones entre el secuestro y los
sucesivos procesos de paz. En la quinta sección se presentan algunas
conclusiones dentro de las cuales se destaca la evidente internacionalización
de la actividad.

Palabras Clave: Colombia, secuestro, pesca milagrosa, conflicto, guerrilla,
narcotráfico, extradición, procesos de paz.

Clasificación JEL: D74, K42, N4

*
Paz Pública, Universidad de los Andes. Instituto Universitario de Investigaciones sobre Seguridad
Interior. UNED. Asistente de investigación Daniel Vaughan. Este trabajo hace parte de un proyecto de
investigación más amplio sobre “Secuestro en Colombia” financiado por la Guggenheim Foundation. Se
agradecen las observaciones de María Victoria Llorente y Olga Lucía Gómez. Serán siempre bienvenidos
los comentarios y testimonios para enriquecer el diagnóstico (cuente_su_historia@hotmail.com)
CEDE
DOCUMENTO CEDE 2003-36
ISSN 1657-7191 (Edición Electrónica)
DICIEMBRE DE 2003

2
Abstract

The main objective of the paper is to explain why kidnapping rates have been
so high in Colombia. The paper has five sections. The first one shows that
kidnapping has two different roots. It was practiced in rural areas by some late
bandoleros of the 50s. On the other hand, urban kidnapping of foreigners was
imported from groups such as Tupamaros and Montoneros. In order to better
understand the boom in the activity in the last two decades, section two
discusses the complex relationship between kidnapping and drug activities.
Section three focuses on the last period of massive kidnappings, the so called
pescas milagrosas. In section four a discussion is made around the widely
accepted statement that kidnapping is just another business. Two arguments
are made against this simplification: the war on extradition laws made by drug
lords using hostages and the continuous relationship between kidnapping and
peace talks with guerrillas. Section five concludes highlighting the tendency to
export the kidnapping know-how to neighboring countries.

Key words: Colombia, kidnapping, conflict, guerrilla, drugs, extradition, peace
talks.

JEL Classification: D74, K42, N4

3
1 – LAS RAICES: BANDOLEROS Y MONTONEROS

La lectura del relato del rapto de la niña Elisa Eder 1, ocurrido en el año 1933 y
uno de los primeros casos que se puede documentar para Colombia, muestra
cuánto han cambiado en Colombia las circunstancias alrededor del secuestro.
Llama la atención en primer lugar, que se habla de rapto, incluso de kidnapping
2
, pero no se utiliza el término secuestro, conducta que aún no estaba tipificada
en el ordenamiento penal colombiano 3. Dos, los pormenores del incidente,
cuya duración fue muy corta, se hicieron públicos 4. Tres, el rapto de Elisa Eder
tuvo características similares al del hijo de Charles Lindbergh, ocurrido en
Estados Unidos en mayo de 1932 5. Por último, la petición de castigo para los
raptores en los medios de comunicación fue particularmente drástica 6.

En los años sesenta se presentaron, también en Cali, una serie de misteriosos
raptos de menores 7. Aunque de casos como los anteriores se podría inferir

1
“La sociedad de Cali se halla consternadísima con el audaz rapto de la niña, Elisa Eder Caicedo […]Se
considera que se trata de un chantage (sic) pues la familia de la niña es rica, ya que el padre, el señor
Harold Eder, es el gerente del ingenio azucarero “La Manuelita”, uno de los más poderosos del
país.[…]Los raptores […] son sujetos bien parecidos”. El Tiempo, miércoles 1 de febrero de 1933, pp. 1-2,
“En Cali fue raptada ayer una niña de la más alta sociedad”.
2
Ver la cita de la nota 6.
3
Fue en parte como respuesta a los raptos ocurridos en esos años, que se generó un movimiento que
solicitaba una legislación penal más represiva. Esto solo ocurrió en 1936 con la expedición del Código
Penal, que incluía, por primera vez, la tipificación del delito del secuestro tal como aparece, con algunas
modificaciones, en el Código Penal actual. Durante la primera mitad del siglo XX ya en EEUU se
contemplaba una sanción drástica –pena de muerte- para el kidnapping. En Alemania, por el contrario,
sólo en 1953 se incluyó el secuestro de niños entre los delitos y en 1971 se extendió a los adultos. Hacker
(1975) p. 239
4
Incluso la familia ofreció 100 pesos de 1933 a quienes colaboraran en el rescate de la menor.
5
Aunque la palabra kidnaper aparece a finales del siglo XVII para referirse al robo de niños en Inglaterra
para venderlos a las plantaciones norteamericanas, la conducta adquirió notoriedad con el caso
Lindbergh, que luego fue imitado en varios países del mundo con solicitudes de rescate crecientes y
superiores a los U$ 50 mil pedidos a Lindberg. En el caso Hamm en 1933, se pidieron U$ 100 mil y ya
para 1953 en el caso Greelease se solicitaron U$ 600 mil. Von Hentig (1961) p. 146
6
“Toda civilización crepuscular tiene sus síntomas específicos.  En ellos se concentra lo que hay de más
vil y de torpe en la bestia humana. […] En el curso de seis meses se han presentando en Colombia dos o
tres casos de secuestros, uno en Medellín y otro en Cali, que recordemos.[…] Si hay algún delito que
pueda disculpar el lynchamiento (sic) es el del kidnapping.  Y es porque él constituye un ultraje al decoro
mismo de los hogares, significa la mandíbula del asno tendida como guadaña sobre las cunas.  Los
miserables que se atreven a negociar con el dolor de las madres no merecen morir sino como bestias.[…]
A nombre de los hogares colombianos pedimos desde ahora las más severas sanciones contra los
responsables de esta tragedia, felizmente desbaratada. La legislación de defensa contra el kidnapper aún
no se ha dado.  Si es que la civilización implica el desamparo de la niñez, es preferible el retorno a la vida
de las cavernas.  Toda sanción penal y social contra el secuestrador de niños es desproporcionada al
volumen de su ignominia.  Este, como las alimañas venenosas, debería morir a garrote.” El Tiempo,
jueves 2 de febrero de 1933, pp.5, “Los secuestradores de niños”.
7
Entre Octubre del 63 y Febrero del 64, por lo menos una decena de niños entre 10 y 18 años fueron
encontrados muertos en Cali. Los médicos legistas señalaron que la causa de la muerte era la extracción
de sangre y la policía declaró andar detrás de un mercado negro de sangre, que se vendía a U$ 25 por
litro. Las sospechas sobre vampiros negociantes había surgido a raíz de la desaparición de dos gemelos

4
que fue de esta temprana vocación por el rapto con fines económicos que se
evolucionó hacia la situación actual es más razonable pensar que lo que hoy se
conoce como la industria del secuestro en Colombia tuvo dos raíces, una rural
y otra urbana. Para la primera, hay evidencia de que fue una práctica a la que
recurrieron algunos bandoleros tardíos después de La Violencia de los años
cincuenta. Por otra parte, es claro que el secuestro de extranjeros –
diplomáticos y ejecutivos de multinacionales- lo iniciaron a gran escala los
grupos guerrilleros urbanos, en particular los argentinos, y que esa práctica fue
importada al país para luego dar paso a la consolidación de la actividad con
víctimas nacionales, cada vez con menos recursos pero más numerosas.

Un elemento recurrente en la literatura colombiana sobre el conflicto es el de
destacar los vínculos entre la situación actual y la llamada época de La
Violencia
8
. Esta apreciación, sin embargo, no parece del todo aplicable al
secuestro 9, uno de los íconos del conflicto colombiano reciente. En efecto, a
pesar del alto grado de criminalización al que llegaron las partes enfrentadas
durante La Violencia, no es fácil documentar para ese período incidentes de
secuestro, conducta que sólo aparece en las postrimerías, y concentrada en la
zona cafetera 10. A principios de los años sesenta el número de secuestros per

de 12 años que volvieron a los cuatro días en condiciones físicas lamentables y relataron a la policía que
habían sido raptados y llevados a una casa en dónde había más niños cautivos. Newton (2002) p. 68
8
“La violencia del pasado y la reciente están entrelazadas de manera inextricable … El punto de partida
para comprender la violencia actual es la época de la Violencia, no los años 60”. Roldán (2003) p. 19 y
357
9
Durante la guerra de los mil días, por el contrario, la toma de rehenes con fines económicos si fue una
práctica relativamente corriente de ambos bandos, y con justificaciones similares a las actuales. ”Con el
argumento que sobre el enemigo debería recaer la mayor responsabilidad en el sostenimiento de la
guerra … cada vez que las necesidades económicas apremiaban, la guerrilla se hacía más activa en la
toma de rehenes en las exigencias de pagos forzosos”. Jaramillo (1991) p. 121. También en las guerras
del s. XIX “una de las posibilidades para obtener la libertad fue el pago de rescate. En efecto, tanto grupos
regulares como irregulares incrementaron sus recursos valiéndose de ese mecanismo. En la  guerra de
1876, por ejemplo, fueron apresados un miembro de la asamblea legislativa y un alcalde de una población
del Estado de Cundinamarca, quienes obtuvieron su libertad  mediante el pago de una crecida suma de
dinero a la guerrilla conservadora.  A diferencia de las tropas  regulares, las irregulares tuvieron menos
interés en tomar prisioneros, dada su movilidad o la carencia de sitios adecuados para guardarlos.
Aguilera (2001).
10
“Los (bandoleros tardíos) que se desenvolvían en el centro del Quindío desarrollaron en forma más
generalizada y sistemática que en cualquier otra parte, una nueva modalidad de autofinanciamiento: la del
secuestro de acaudalados hacendados”.  Sánchez y Meertens (1983) p. 177. Cleotilde Mateus, la amante
de uno de los más famosos bandoleros, Efraín González, estuvo comprometida en un sonado caso de
secuestro y recluida en el Buen Pastor. Ibid p. 113. “En los últimos años de las cuadrillas se vio también
progresar la forma del secuestro … Zarpazo y La gata fueron los más conocidos del género”. La banda de
Sangrenegra tuvo secuestrado al hacendado pereirano Simón Mejía Mejía. Ortiz (1985) p. 232 y  258. En
la obra clásica sobre La Violencia, el secuestro se menciona de manera tangencial, también al final del
período y muy localizado. “Se afirma que las guerrillas encuentran pábulo y apoyo máximo en los
campesinos.  No en sólo ellos.  Las bandas del Norte del Tolima recabaron sumas considerables de los
hacendados de Venadillo, Lérida, Armero y El Líbano como condición para que les permitieran visitar sus

5
cápita era mucho mayor en los departamentos cafeteros que en el resto del
país y ya se calificaba esta conducta como una secuela del bandolerismo 11. A
diferencia del caso de Elisa Eder, ya no se trataba de delincuentes en busca de
lucro individual sino que se daba cierto grado de confusión con las acciones
políticas de bandas armadas que, hasta entonces, habían vivido de cuotas o
contribuciones.

En el año de 1965 tuvo lugar un caso bastante sonado. El industrial
vallecaucano y ex-ministro Harold Eder –padre de la niña raptada en 1933- fue
secuestrado en su finca. La palabra secuestro ya hacía parte de la terminología
de los medios de comunicación, se percibía el incidente como un atentado a la
seguridad nacional 12 y la respuesta de las autoridades no fue policial sino
militar 13. La dimensión política de este incidente se confirmó con la atribución
de responsabilidad al grupo comandado por Manuel Marulanda Vélez, alias
Tirofijo, del cual surgirían un año más tarde las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) 14. Así, aparecía de manera clara la

propiedades.  Contribuyeron […] porque el Estado no podía darles salvaguardia efectiva para su vida y
bienes.  Cuando intentaron  sacudir el yugo exactivo, los antisociales se volvieron contra ellos
imponiéndoles cotizaciones forzosas, secuestrándolos e impidiéndoles el regreso a sus haciendas …
Últimamente el secuestro de hacendados y niños por cuyo rescate se exigen altas sumas, ha cobrado una
frecuencia desconcertante”.  (haciendo referencia al nuevo antisocial). Guzmán et. al. (1964) pp. 269 y
346
11
En el año de 1964, los criminólogos de la Policía Nacional señalaban de manera explícita el secuestro
como una de las carcaterísticas de la violencia tardía y anotaban que los “bandoleros  principales dados
de baja ese año habían aparecido implicados en varios de los secuestros”. Ortiz (1985) p. 258
12
“El ex ministro de Fomento doctor Harold Eder fue secuestrado a las once de la mañana de hoy en su
hacienda de “Santa Elena” ubicada en la región de Quebradaseca, del municipio de Corinto,
departamento del Cauca […] (El Tiempo) denuncia la existencia inequívoca de un siniestro plan, contra el
cual queremos convocar la decidida colaboración de todas las fuerzas sociales, a fin de contribuir –con
las autoridades en primer término- a la erradicación de esta ola criminal que una vez más compromete no
solo la seguridad de las gentes sino la propia dignidad del país.” El Tiempo, Domingo 21 de marzo de
1965, primera página, “Atentado a Harold Eder”.
13
Aunque la familia Eder solicitó que el ejército no intentara llevar a cabo un rescate que arriesgara la
vida del secuestrado se autorizó la intervención de la Fuerza Pública. “Seguirá la persecución.  El alcalde
de Corinto al responder a una pregunta del enviado especial, si sería abandonada la persecución de los
malhechores a instancias de la familia Eder Caicedo, declaró que ello no era posible mientras no se
recibieran órdenes superiores de Bogotá, ya que el ejército no podía echar pie atrás en cumplimiento de
sus deberes.” Ibíd., pp. 8
14
Inicialmente se pensó que el autor intelectual y material del plagio había sido Teiro Avilio Fernández
conocido como “Tijeras”, pero posteriormente se afirmó que fueron “secuaces de Pedro Antonio Marulada
o Marín (a. “Tirofijo”), los autores del espectacular secuestro consumado hace ya 13 días, en la persona
del ex – ministro de Estado Harold Eder, es la información fidedigna que circula últimamente y que tiende
a darle un nuevo y sensacional rumbo a la “operación rescate” que ahincada y tenazmente adelantan
fuerzas militares en la zona de la Cordillera Central limítrofe con el municipio caucano de Corinto.”.  El
Tiempo, 2 de abril de 1965. pp. 11, “Sindican a Tiro Fijo de secuestro”.

6
finalidad del secuestro como método de financiación de la lucha subversiva 15,
una práctica que no tardaría en consolidarse 16.

Durante los años sesenta aún los casos de ciudadanos anónimos llegaban a
ser noticia. Ya entonces parecía común la práctica de utilizar el secuestro como
amenaza para quienes no pagaran las extorsiones 17. Aunque las estadísticas
disponibles no lo alcanzan a captar, el periódico El Tiempo informó en varias
ocasiones, a mediados de la década, que el delito iba en aumento, incluso
hasta el punto de describirlo como una industria en crecimiento 18 que ya
producía una psicosis de secuestro 19.

La vinculación de Tirofijo, líder de las FARC, con un temprano y notorio
incidente 20, el hecho que ya desde la conferencia constitutiva del grupo en
1966 se creara una comisión financiera nacional y se aprobara recurrir a “otras
fuentes de financiación” diferentes de la ayuda económica de las masas 21; la

15
“Tiro Fijo logró filtrar subrepticiamente y en forma gradual a numerosos miembros de su cuadrilla hasta
la zona de la Cordillera Central limítrofe con el municipio de Corinto, con el objeto de preparar el audaz
golpe contra el señor Eder y hacerse a una buena suma de dinero destinada a financiar nuevos planes
subversivos.” Ibíd.
16
“La utilización del secuestro como fuente de recursos para financiar las actividades subversivas […] es
una vieja práctica comunista. Según los datos conocidos hasta el momento […] los bandoleros han
obtenido en menos de tres meses, nueve millones de pesos.  Entre los secuestrados están Ramón
Rodríguez cuyos familiares pagaron $50,000, Antonio Reveiz, $50,000, Carlos Barón, $2.000.000,
Ernesto González Caicedo, $4.000.000, Luis Posada, $1.000.000, entre otros. La veracidad de los
secuestros se explica muy bien si se piensa que en la necesidad de armar, alimentar, vestir, proveer de
drogas al pequeño ejército de 188 hombres […] que tienen las FARC. El Tiempo, Octubre 13 de 1969
17
“En momentos en que cobraba una fuerte suma de dinero como precio para no secuestrar a un familiar
de su presunta víctima, el sujeto Alberto Acosta cayó en manos de un grupo de detectives del DAS.” El
Tiempo, marzo 17 de 1965, pp. 3, “Cayó otro extorsionador que cobraba $30,000”. “Posiblemente en el
curso de la mañana de hoy, el juez 243 […] entra a ocuparse a fondo del caso en que aparece envuelto
Enrique Arango Alvarez extraño  sujeto que alarmó a la familia del Dr. William Villa Uribe con llamadas
telefónicas mediante las cuales amenazaba con secuestrar a un hijo del destacado caballero y exigía la
fantástica suma de un millón 200.000 pesos.” Ibíd., “Una Baja Venganza Era el Empeño de Arango
Alvarez”.
18
“Dado el clima de angustia que han llegado a causar los verdaderos empresarios de la criminal industria
del secuestro, al caso (amenazas al empresario William Villa) se le dio toda la importancia que a primera
vista merecía […]. Ibíd.
19
Tal era el titular de un artículo que hacía referencia a varias denuncias hechas en cercanías al
municipio de Cajicá en Cundinamarca y en Bogotá. Incluso se conocieron casos de autosecuestros, que
sugieren cierto grado de generalización de la conducta; este fue el caso de Jorge Cantillo Bolaño, que se
autosecuestró y pedía por su rescate $30.000 pesos a su padre, ganadero reconocido de la región de
Ciénaga.. El Tiempo, 28 de abril de 1965, pp. 23.
20
Que no era el primer secuestro atribuido a Tirofijo. Dos años antes del plagio de Harold Eder, en
diciembre de 1963, “Pedro Antonio Marín, ya con sus apodos de guerra de Manuel Marulanda Vélez y
“Tirofijo”, atacó una columna de abastecimientos dando muerte a los soldados arrieros y robando mulares
y cargas, derribó una avioneta de Aerotaxi, secuestrando a los pilotos, y dio muerte a dos oficiales de la
FAC que acudían a rescatar en un helicóptero a los pasajeros de la aeronave derribada. Ante estos
hechos se hizo forzoso ocupar a Marquetalia”. Valencia Tovar, Alvaro (1999) “El Origen de las Farc”,
Bogotá, Revista Semana, Mayo 31 a Junio 7, Edición No. 891. Citado por Vélez (1999)
21
Ferro y Uribe (2002). No es aventurado plantear que en la jerga de las FARC financiarse ha sido con
frecuencia sinónimo de secuestrar. Así lo sugieren varios testimonio, como el de un miembro del Frente

7
circunstancia –probablemente coincidencial- de que cuatro de los seis
destacamentos guerrilleros que se organizaron en esa conferencia se
concentraran en el Quindío 22, precisamente la zona en dónde se reportan para
el país los incidentes más tempranos de secuestro rural; la escasez de
testimonios sobre discusiones internas acerca de la conveniencia de entrar o
no en esa actividad y alguna evidencia dispersa sobre antecedentes de los
secuestros masivos 23, sugieren que las FARC practicaron el secuestro desde
sus inicios 24. Por las características de las víctimas –agricultores y ganaderos-
la delimitación entre el secuestro, la extorsión, y las contribuciones voluntarias
era difusa.  Para el Ejército de Liberación Nacional (ELN), por el contrario, sí se
habrían presentado reticencias iniciales para financiarse de esa manera 25. La
práctica se habría adoptado solamente al venir legitimada por otros grupos
desde el exterior, a finales de los años sesenta 26. El Movimiento 19 de Abril
(M-19), por su parte, que según algunos testimonios financió la peculiar
campaña publicitaria con que se lanzó a la vida pública con el producto de un
plagio 27 y fue el más activo importador de las técnicas de secuestro urbano, no
se destacó posteriormente por la práctica de la actividad a gran escala.

22: “Después de la llegada de El Ciego, el frente comenzó a avanzar económicamente …  Antes de El
Ciego, por ejemplo, solo íbamos a Girardot a financiarnos”. Peña (1997) p. 12. O el de Melisa, “El frente
andaba muy pobre y tocó meternos en un asunto de finanzas. Una comisión fue y se cargó a un ganadero
de Miranda” Molano (1996) p. 169
22
Pizarro (1992) p. 199.
23
En el relato del asalto a la  población de Inzá en Marzo de 1965, comandada por Tirofijo, que fue
precedida del ataque a un bus que se dirigía hacia esa población y del que resultaron once muertos, se
habla que “los demás pasajeros habrían sido secuestrados por los forajidos”. El Espectador, Marzo 18 de
1965.  Muertos en Asalto de “Tiroijo” a Inzá.
24
Así lo confirman sus propios testimonios. “De esa reunión salió la primera guerrilla … El primer ataque
fue el que hicimos a un puesto de policía situado en Puente Rojo, entre Cumbarco y Roncesvalles. Fue a
los quince días de habernos comprometido a encuadrillarnos… Nos hicimos a las primeras cinco armas
ganadas. De salida nos tastaciamos con el juez de Génova, un godo de pésima calidad, y también nos lo
llevamos”. “Limpios y comunes” en Molano (1996) p. 65. Subrayados propios.
25
“En esos primeros meses (1964) la dirigencia del ELN que buscaba apresuradamente darle un perfil al
grupo que lo distanciara del bandolerismo y las prácticas del cuatrerismo, se opuso al secuestro y al robo
de ganado, insistiendo en la necesidad de contar con la solidaridad de la gente de la región”. Medina
(2001) pp. 96 y 97.  “En los primeros años no las hicimos (retenciones) porque eso sólo lo hacían los
delincuentes comunes y no queríamos que nos confundieran, pero ya para esas fechas otras
organizaciones latinoamericanas empiezan a hacer retenciones para conseguir fondos y nosotros
también”. Entrevista de Gabino con María López Vigil citada por Peñate (1999) p. 81.
26
A pesar del ascendiente cubano del ELN, y del hecho que ya desde 1958 tres miembros del Movimiento
26 de Julio secuestraran al campeón de automovilismo Juan Manuel Fangio, varios testimonios de los
elenos coinciden en señalar el inicio del secuestro a finales de los sesenta. “A partir de 1969, el ELN
comienza a hacer “retenciones” con fines económicos … Cuando los movimientos guerrilleros de América
latina, en Venezuela, Guatemala y Argentina ven en la acción de retener personas un medio de conseguir
finanzas para la lucha revolucionaria, el ELN entra en esa dinámica: el 5 de Febrero de 1970, secuestra a
Roberto Morales en Taracué (Bolívar)”. Medina (2001). p 248.
27
“La campaña propagandística consistió en publicar, en periódicos de circulación nacional, avisos que
anunciaron la inminente salida al mercado de un nuevo producto. Los primeros avisos, que se publicaron
en páginas interiores de cines, clasificados y sociales, tenían un fondo negro y en letras blancas se leía:
«Ya llega M-19», «Parásitos… gusanos? espere M-19», «Decaimiento… falta de memoria? espere M-19»,

8

Antes de consolidarse en Colombia, el secuestro en América Latina pasó por
tres fases distintas 28. Se observa en primer lugar una época caracterizada por
el desvío de aviones, siendo Cuba el centro de atracción de dicha actividad. Tal
variante, impulsada por los rebeldes antes de derrocar a Batista 29 fue
adoptada luego por los anti-castristas que deseaban salir de la isla 30 y luego
imitada por varios grupos insurgentes latinoamericanos 31, incluyendo al ELN
colombiano 32. Vino, en una segunda fase, una serie de incidentes con
reivindicaciones exclusivamente políticas, inicialmente sobre víctimas
diplomáticas, y cuyos autores fueron siempre grupos insurgentes. Aunque hubo
episodios de este tipo en varios países, el epicentro de la nueva fase se
trasladó a Guatemala 33, al Brasil 34 y, posteriormente, al Uruguay 35. Fue en

«Falta de energía… inactividad? espere M-19». Y al lado de las siglas M-19 dos triangulitos que más
parecían un corbatín. El día 17 de enero de 1974 apareció el último aviso: «Hoy llega M-19». Esta
campaña que pudo costar cerca de medio millón de pesos, se canceló con el dinero obtenido en un
primer secuestro que se hizo en conjunto con las Farc y del cual al M-19 le tocó una tercera parte”.
Extractos del libro Aquel 19 será de Darío Villamizar en Semana Nº 709, Enero de 1996
28
Salvo indicación explícita, los eventos que sirvieron de base para esta sección se obtuvieron de las
siguientes fuentes: Newton (2002); “Rand Terrorism Chronology (1968-1997), disponible en
http://db.mipt.org/6898_rep_inrg_rep.cfm; CDISS Database: Terrorist Incidents 1945 to 1998 disponible en
http://www.cdiss.org/terror.htm; “Chronologie des attentats terroristes depuis 1945” disponible en
http://www.mediasnews.com/history01.php y, para Argentina, del «Listado cronológico de los principales
atentados y ataques terroristas ocurridos entre 1969 y 1979″ disponible en
http://members.fortunecity.com/foroverdad/listadoatentad.htm. Salvo el último, se trata del recuento de
incidentes que alcanzaron a ser publicados en la prensa internacional y que por lo tanto no constituyen la
cronología más completa de cada país. Para el caso Colombiano, por ejemplo, los primeros secuestros
aceptados por el ELN, en 1969 principios de 1970, no alcanzaron resonancia mundial.
29
Aunque el primer caso de secuestro de aviones registrado por las autoridades norteamericanas ocurrió
en el Perú en 1931 (Hacker (1975) p. 250) la actividad sólo reapareció con el secuestro del vuelo de
Cubana de Aviación entre Miami y la Habana el 1 de Noviembre de 1958, por tres miembros del
Movimiento 26 de Julio.
30
Entre 1960 y 1961 se dan cuatro intentos. En el año 1966 se presentan dos casos adicionales. El pico
de la actividad fue 1969, cuando se desviaron en total 40 aviones, la mayoría de ellos hacia Cuba y desde
allí hacia los EEUU. Ambos países se negaban a entregar a los secuestradores. Hacker (1975) p. 252
31
El 27 de Noviembre de 1961 cinco venezolanos desvían hacia Curaçao un avión que hacía la ruta
Caracas Maracaibo. El 15 de Febrero de 1963 un comando de las FALN venezolano secuestra un avión
que hacia la ruta la Guaira Houston. El 28 de Septiembre de 1966 un comando de 25 personas del grupo
argentino El Cóndor desvía hacia las Malvinas un avión que había salido de Buenos Aires. El 26 de Abril
de 1970 un miembro del ALN brasilero desvía hacia la Habana un vuelo proveniente de Brasilia.
32
El 5 de Marzo de 1968 un comando del ELN desvía un avión de Avianca (Riohacha-Barranquilla) hacia
Santiago de Cuba, en dónde obtienen silo político.
33
El 17 de Marzo de 1968 un comando de las FAR secuestra en Ciudad de Guatemala al arzobispo Mario
Casariego. Las mismas FAR, el 27 de Febrero de 1970 secuestran también en la capital al Ministro de
Relaciones Exteriores. El 31 de Marzo, también las FAR secuestran al embajador Alemán, exigiendo la
liberación de 17 presos políticos. De acuerdo con Fermán Cienfuegos sería de Guatemala de dónde la
guerrilla salvadoreña aprendería “la táctica de la capturas … las FAR de Guatemala son las que realizan
las primeras capturas de burgueses y comienzan a exigir impuestos”. Cienfuegos (1993) p. 13.
34
El 4 de Septiembre de 1969 un comando conjunto del MR8 y del ALN secuestra en Río de Janeiro al
Embajador de los EEUU liberado luego a cambio de quince prisioneros. En 1970 (marzo 11) el grupo VRP
secuestra en Sao Paulo al cónsul del Japón y exige la liberación de cinco prisioneros políticos. El 21 de
abril del 70 es abatido por la policía de Río de Janeiro Juárez de Brito, cuando intentaba secuestrar al
embajador alemán. Dos meses más tarde, el 11 de Junio, ocho miembros del ALN y el VRP logran
secuestrar al mismo embajador. Exigen la liberación de 40 prisioneros políticos. En diciembre un

9
este último país en dónde el grupo subversivo de los Tupamaros consolidó dos
cambios importantes en la práctica del secuestro. El agotamiento del acervo de
diplomáticos condujo a la inclusión de funcionarios, ciudadanos e industriales
locales 36 entre las víctimas. Por otro lado se hizo común la práctica de exigir
rescates monetarios para los secuestros urbanos 37.

La nueva variante económica, que caracteriza la tercera fase del secuestro en
América Latina, se extendería rápidamente por la región, frecuentemente
mezclada con reivindicaciones políticas 38. En la primera mitad de los setenta el
secuestro económico, dirigido básicamente contra ejecutivos de compañías
multinacionales, se concentró en la Argentina, con resultados financieros
asombrosos. En el año de 1972, por ejemplo, el Ejército Revolucionario
Popular (ERP) obtuvo U$ 1.5 Millones (U$ 6 millones de 2002) con tan sólo dos
secuestros  39. Para el año siguiente, el mismo ERP lograba, con nueve
secuestros, ingresos por un monto superior a los U$ 30 millones (U$ 123
millones de 2002) y en dos de ellos 40 se superaba la barrera de los U$ 10
millones por rehén. Además, se ampliaba el abanico de secuestradores 41. La
rápida carrera alcista de los rescates alcanzaría su máximo en 1974 cuando los
Montoneros obtuvieron por una sola acción U$ 60 millones (U$ 219 millones de
2002) 42.

comando conjunto del ALN y el VRP secuestra en Rio de Janeiro al embajador de Suiza, exigiendo la
liberación de setenta presos políticos.
35
El 31 de Julio de 1970 los Tupamos secuestran en Montevideo al cónsul del Brasil por quien exigen la
liberación de 150 presos políticos. El mismo día otro comando Tupamaro intenta secuestrar el agregado
cultural de los EEUU. Una semana después, el 7 de Agosto secuestran a un ingeniero agrónomo de la
FAO a quien liberan después de más de seis meses.
36
El 10 de Marzo del 71 el procurador general uruguayo es secuestrado por los Tupamaros, para liberarlo
a cambio de presos políticos. El 23 de Junio fue secuestrado el abogado Alfredo Cambón.
37
Uno de los primeros  secuestros puramente económicos fue el del industrial uruguayo Jorge Berembau,
secuestrado por los Tupamaros el 12 de Julio de 1971, por quien se pagarían U$ 300 mil de la época, o
sea unos U$ 1.3 Millones de finales de 2002. En los demás incidentes en los que se había pagado algo,
dos en Guatemala y otro en Uruguay, la solicitud era complementaria a exigencias políticas. El caso
Berenbau sería entonces posterior a los relatados por miembros del ELN, en 1969 y 1970 y con mayor
razón a los de las FARC.
Para la conversión de los dólares a precios de 2002 se utilizó la inflación norteamericana  tomada de
Economic History Series disponible en http://www.eh.net/hmit/inflation/inflationr.php.
38
El 19 de Noviembre de 1971 secuestran en México al rector de la Universidad de Guerrero por quien
exigen un rescate de U$ 200 mil ( U$ 900 mil de 2002), la liberación de nueve presos políticos y el juicio
de otros veinte detenidos. El gobierno mejicano acepta las peticiones y el rector es liberado.
39
El del industrial italiano Enrico Barella el 7 de Noviembre y un mes más tarde, el 10 de Diciembre, el del
industrial Británico Donald Groove.
40
El del gerente de Swissair y el representante de la Esso.
41
El grupo F.A.L. secuestraba el 3 de Febrero a Norman Lee, de Coca Cola y el 4 de Abril al
norteamericano Anthony Cruz. En ambos casos se obtuvieron rescates superiores al millón de dólares.
42
Se trata sin duda del pago más alto que se pueda documentar para una acción de este tipo.
Corresponde al secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born en Buenos Aires el 19 de Septiembre de

10

El liderazgo inicial de la guerrilla argentina en materia de secuestro no se limitó
al monto millonario de los pagos. Allí se diversificaron y sofisticaron las
exigencias del secuestro político, antes limitado al intercambio de rehenes por
gente en prisión 43. El fenómeno parecía ya tan consolidado que produjo
emigración por temor al secuestro 44 y, además, se convirtió en la amenaza
utilizada para hacer las extorsiones 45. También en la Argentina fueron claros
los esfuerzos por hacer aparecer el secuestro no como un delito sino como el
cobro forzoso de un impuesto por una autoridad paralela 46. Por último, los
grupos argentinos, al igual que los Tupamaros uruguayos, no respetaron
siempre ciertas normas mínimas implícitas en el pago de un rescate, como la
garantía de no volver a ser secuestrado 47.

Durante la década de los setenta, siguiendo de cerca los desarrollos de la
actividad en otros lugares, los grupos subversivos colombianos empiezan a
secuestrar diplomáticos y empleados de multinacionales con exigencias
económicas crecientes, hasta llegar también a cifras millonarias en divisas 48.

1974, quienes fueron liberados en Abril del 75.  Todas las fuentes disponibles coinciden en el pago de
este monto.
43
Al respecto vale la pena transcribir algunos párrafos del comunicado emitido por el ERP a raíz del
secuestro del representante de la Esso. “El ERP, en el comienzo de las negociaciones llegó a un acuerdo
con la ESSO del pago de 14.000.000.000 de pesos (moneda nacional) de los cuales 4.000 millones debía
repartir la empresa en elementos, al pueblo previa comunicación por solicitada pública. ..El resto, 10.000.
millones de pesos, se aplicaría : a repartir por el ERP a nuestro pueblo 5.000 millones y 5.000 millones
distribuidos a las organizaciones revolucionarias de Chile, Bolivia, Uruguay y Argentina por partes iguales,
para subvencionar la lucha”.
Comunicado disponible en http://usuarios.lycos.es/ladecadadel70/9/g17.htm
44
A raíz del secuestro, en 1973, de Norman Lee, de Coca Cola, tanto esa compañía como ITT, IBM, John
Deere y Otis decidieron hacer salir a los ejecutivos y sus familias del país.
45
El 23 de Mayo de 1973 el ERP expide un comunicado en el cual avisa a la Ford que los secuestros
continuarían a no ser que se pagara un millón de dólares. El mismo día se desactiva una bomba en las
oficinas de Buenos Aires y se paga esa suma. De acuerdo con las instrucciones del ERP se pagó en
especie: ambulancias y suministros médicos a hospitales de provincia y otras ayudas a familias pobres.
46
En el mismo comunicado mencionado en nota anterior se lee, no que el ejecutivo había sido
secuestrado, o retenido como se dice en Colombia, sino “arrestado por nuestro comando Silva-Tettamanti
de la Unidad Norte de Buenos Aires”. El arresto es motivado (“se debió a la consecuencia de la lucha
revolucionaria contra el imperialismo y sus monopolios”) y además, se imponen multas y se fijan fechas
en términos burocráticos: por “ resolución Nº 225 el Estado Mayor del ERP dio plazo de 72 horas para el
cumplimiento de lo exigido, resolviendo la ejecución sumaria del reo para el caso de no cumplir las
exigencias». Ibid. Subrayados propios
47
El 31 de Julio de 1975 un comando del ERP secuestra en Buenos Aires al británico Charles Lockwood,
a quien el mismo grupo había secuestrado el año anterior y liberado tras el pago de un rescate. La víctima
de uno de los primeros secuestros en el Uruguay, Ulises Pérez Reverbel, también fue secuestrado por el
MLN en dos oportunidades. http://www.espectador.com/text/ind06302.htm. Estos dos casos van en contra
de la apreciación de Briggs (2001) en el sentido que los que ella denomina “doubles” son un aporte
colombiano a la tecnología del secuestro.
48
“El 8 de Abril de 1971, el grupo de Ricardo Lara y Antonio Vásquez realizan el secuestro de los
directivos del proyecto maderero del Opón., que tres días después son rescatados por el Ejército, entre
los objetivos de este secuestro, el de mayor magnitud realizado en la época, estaba el de cobrar un millón

11
Aunque nunca se alcanzaron los niveles de rescates obtenidos por el ERP o
los Montoneros en Argentina, las sumas recaudadas por las FARC, el ELN y,
sobre todo, el recién creado M-19 se convirtieron en un importante medio para
financiar y consolidar esas organizaciones armadas 49.

Con el secuestro de Hugo Ferreira, ex-ministro de Agricultura, llevado a cabo
por el M-19 en Agosto de 1977, se empezó a hablar en los medios de
comunicación del país de una alta especialización y de una nueva tecnología
para la ejecución de los secuestros 50. La sofisticación y espectacularidad de
estas acciones urbanas quedaría confirmada con el robo de los fusiles de la
Escuela de Infantería y la toma de la embajada de República Dominicana por
parte del mismo grupo. Parece claro que el M-19, adoptó técnicas y
procedimientos similares a los de los grupos uruguayos y argentinos 51, y en
particular de los Montoneros 52 . En materia de secuestro, el M-19 habría

de dólares por el rescate”. Medina (2001) p. 248. El 4 de Octubre de 1973 un grupo de cerca de 50
hombres del ELN ataca la mina de oro de Frontino y secuestra a dos empleados americanos de la
Intercontinental Mining Company por quienes exigen U$ 170 mil. Aunque la compañía intenta pagar el
rescate, las autoridades lo impiden y rescatan a los rehenes en Marzo del año siguiente.  A principios de
1975, el 31 de Enero, un comando de 13 hombres de las FARC secuestran en Cali a Eric Leupin,
canadiense y cónsul honorario de los Países bajos en Cali, exigiendo un millón de dólares además de la
liberación de uno de sus compañeros detenido desde 1971. Leupin sólo recobró la libertad en Octubre del
año siguiente. El 5 de Agosto de 1975 el M-19 secuestra en Bogotá al gerente de la Sears, quien será
puesto en libertad el 2 de Noviembre siguiente tras el pago de un millón de dólares. El 14 de Enero de
1976 las FARC secuestran a Fred Archibald, empleado de Intercol, una filial de la Esso, a quien liberan
tres días más tarde tras el pago del rescate. El 11 de Marzo de 1977 el comando Domingo Laín del ELN
secuestra en Bogotá al gerente del Banco Francés e Italiano, Giuseppe Mondini. Se exige inicialmente un
pago de U$ 5 Millones pero el rehén es liberado el 5 de Junio tras haber pagado U$ 85 mil. El 31 de
Octubre del mismo año, el ELN secuestra en Chigorodó al industrial alemán Dieter Heinscher por quien se
exige un rescate de medio millón de dólares.
49
En una entrevista concedida en 1980 a Germán castro Caicedo, retenido para tal efecto, Jaime
Bateman Cayón, comandante del M-19 afirma “nosotros nos volvimos ricos realmente con la detención de
Cooper, el gerente de Sears … Fue la primera vez que la organización tuvo un presupuesto bastante alto:
más de un millón de dólares … Tal vez es el secuestro más grande que se ha hecho en Colombia, y el
dinero nos alcanzó por mucho tiempo. Yo creo que todavía tenemos dinero de eso”. Villamizar (1995) p.
33
50
El Tiempo, sábado 20 de agosto de 1977, pp. Última A, “Alta técnica en secuestro del ex ministro”
51
Ante la pregunta “Se ha publicado con insistencia que en el M-19 hay tupamaros y montoneros. ¿Qué
influencia uruguaya o argentina tienen ustedes” hecha por Germán Castro Caicedo, Jaime Bateman no
niega tales vínculos y señala que hubo un uruguayo en la toma de la embajada de la República
Dominicana. Villamizar (1995) p. 61. Vera Grabe, ex dirigente del M-19, es más explícita acerca de esta
influencia “habíamos leído mil veces Las actas tupamaras, que contaban las acciones de esta guerrilla
urbana uruguaya, que nos había inspirado con su imaginación y creatividad. Su recuperación de la
bandera de Artigas inspiró la acción de la espada de Bolívar. Además, en nuestra organización había
varios tupas, a quienes les había tocado salir del Uruguay, y seguían peleando ahora con nosotros”; relata
además que Nicolás, un uruguayo ex tupamaro era el responsable de vigilar la “cárcel del pueblo” donde
el grupo mantuvo secuestrado a Nicolás Escobar. Grabe (2000) pp. 69 y 93.
52
Aunque no se hace referencia explícita al secuestro, ante la pregunta si los del M-19 habían estudiado
las prácticas de otros movimientos, Alvaro Fayad responde “de la experiencia Tupamara y Montonera,
que fue una experiencia novedosa de la guerrilla urbana en América Latina, yo creo que tuvimos más en
cuenta a los Montoneros”. Álape (1985) p. 324. Vera Grabe da algunos detalles de cómo fue esa relación
al mencionar a Paco, un dirigente de los Montoneros que llegó a Colombia en 1976 para hablar de
asuntos como la estructura deseable de una organización político-militar OPM, de la experiencia en

12
introducido innovaciones importantes, como la estricta división de las tareas
para la ejecución de los plagios 53.
A pesar de que este tipo de incidentes, de grupos subversivos contra
extranjeros, eran los que recibían mayor cubrimiento en los medios es
conveniente señalar que (i) no todos los secuestros millonarios de la época se
atribuyeron a grupos guerrilleros 54, (ii) dichos grupos no abandonaron las
acciones, y aún los secuestros, puramente políticos 55, (iii) no todos los
incidentes terminaban con el pago de un rescate 56 y (iv) los secuestros de
ciudadanos corrientes se publicaban y aún provocaban, individualmente,
reacciones editoriales de rechazo 57.

2 – EL BOOM A PARTIR DE LOS OCHENTA

La década de los ochenta se abre con la espectacular toma, por parte del M-
19, de la embajada de la República Dominicana en Bogotá el 27 de Febrero de
1980. Entre los numerosos rehenes se encuentran catorce embajadores. Los
guerrilleros exigen la liberación de más de trescientos prisioneros. Tras una

fabricación de armamento popular y de la revista Evita Peronera que publicaba ese grupo. “(Paco) era
muy amigo de Pablo, del Turco y de Carlos, y de otros dirigentes del Eme, y a todos los tenía
superencarretados con una visión que en parte marcaría nuestro desarrollo hacía adelante”. Grabe (2000)
p. 85. Sería ingenuo pensar que esta asesoría no incluyó detalles sobre operativos o técnicas de
negociación de secuestros tan llamativos como el de los hermanos Born en Buenos Aires.
53
De acuerdo con el mayor Fernando Patiño de la Policía Nacional, fueron  los del M-19, grupo urbano
que por razones de seguridad operaba en células compartimentadas, quienes consolidaron la marcada
división del trabajo para los secuestros que se impuso posteriormente. Así, el plagio es perpetrado por
varios grupos, cada uno de los cuales tiene una misión específica: unos atrapan a la víctima, otros la
cuidan y otros cobran el rescate. Caretas Perú. http://www.caretas.com.pe/1998/1526/policia/policia.htm
54
El 17 de Febrero de 1978, por ejemplo, un comando de cuadro hombres sin vínculo explícito con alguna
organización secuestran en Medellín al italiano Bartolini Berlini y piden por su liberación U$1.4 Millones
(U$ 4 millones de 2002). A raíz del secuestro de Claudia Juliana Serrano en Bucaramanga, el titular de El
Tiempo, (25 de febrero de 1976) mencionaba una “Gran organización de secuestradores en
Bucaramanga” sin hacer referencia a ningún grupo subversivo.
55
El caso más sonado fue el del líder sindicalista José Raquel Mercado secuestrado por el M-19 el 15 de
Febrero de 1976 y asesinado el 19 de Abril del mismo año tras un “juicio del pueblo”.
56
Una unidad especial antiterrorista rescató al italiano Berlini y detuvo a tres de los secuestradores cinco
días después del plagio. En el secuestro, por parte del M-19, de Nicolás Escobar Soto, gerente de la
Texas Petroleum Company, la compañía, en palabras de Jaime Bateman,  “nunca quiso llegar a un
acuerdo económico”. Villamizar (1995) p. 44
57
“Con el secuestro del ex ministro Hugo Ferreira Neira se eleva a tres el número de personas en poder
de los antisociales en la capital de la República.  Efectivamente, el 17 de diciembre de 1976 desapareció
en el centro de Bogotá, el comerciante en electro-repuestos Mario Gutiérrez  Mayorga de quien se ignora
si está vivo o muerto.  El industrial Luis Fernando Trujillo Palacios, que fue secuestrado el 22 de junio en
la calle 100 con carrera 24. En cuanto a personas secuestradas en otros lugares del país, permanece
cautivo el geólogo norteamericano Richard Starr, quién cayó en poder de las FARC […] desde el 14 de
febrero.” El Tiempo, sábado 20 de agosto de 1977. “La niña de dos años y medio Claudia Juliana
Serrano, secuestrada hace un mes, fue rescatada esta mañana […] al culminar un dramático y peligroso
episodio […] que ha causado sensación en esta ciudad y en todo el país”. El Tiempo, martes 24 de
febrero de 1976, primera página, “Rescatada Claudia”.

13
larga negociación y el pago de un rescate monetario considerable 58, el 27 de
abril el comando se dirige hacia Cuba llevando como garantía a doce de los
rehenes que sólo serán liberados en la Habana.

Durante la primera mitad de esa década empieza a generalizarse la práctica
del secuestro en Colombia y se inicia una marcada tendencia creciente que,
con la excepción del período 93-94, se extiende hasta finales de siglo (Gráfica
1). Los comentarios de prensa señalaban ya a Colombia como el líder mundial
en materia de secuestro y, por otro lado, como una sociedad que había perdido
capacidad de reacción y se acostumbraba a convivir con esta situación 59. Son
básicamente dos las circunstancias que se pueden asociar con este
incremento: la decisión de los distintos grupos subversivos de orientar la lucha
hacia las ciudades y el tráfico de droga.

58
En entrevista concedida al periodista Germán Santamaría el 16 de Noviembre de 1980, y publicada en
El Tiempo, Jaime Bateman afirma que su grupo recibió un millón de dólares por la toma de la embajada.
59
“Sólo de cuando en cuando, ante un asesinato particularmente masivo o atroz, o ante una oleada de
secuestros especialmente numerosa, o en aquellos casos en que la víctima es inhabitualmente vistosa
por razones económicas, sociales o políticas, se registra un sobresalto de protesta en la ciudadanía
acostumbrada y como anestesiada a la violencia … El caso es que, entre tanto, la violencia se ha
convertido en la forma natural de la vida cotidiana en Colombia. […]: es lo mismo atracar que jugar al
fútbol, o que cargar ladrillos en una obra, o que ser atracado.” Semana, No. 8, julio 26 de 1982, “El
impuesto del miedo”. “Desde hace varios años, cuando comenzó a decirse con las cifras en la mano que
Colombia compartía con Italia el récord mundial de secuestros, el país, que en un principio se había
horrorizado con la proliferación de este fenómeno, tanto a nivel político como a nivel de delincuencia
común, se fue acostumbrando al registro diario en las páginas de los periódicos, de nuevos raptos de
industriales, ganaderos, campesinos e, incluso, funcionarios del gobierno como una realidad con la cual
habría que convivir.” Semana, No. 113,  julio 30 de 1984, “¿Dónde están los secuestrados?” “Salvo en
algunos casos especialmente espectaculares o feroces–el de José Raquel Mercado, dirigente sindical
«ejecutado» por el M-19, el de Gloria Lara de Echeverri, torturada y asesinada por una misteriosa ORP, el
de Stanley Bishop, ejecutivo de la Texas liberado tras un importante rescate por una banda que dirigía un
ex juez de la República, el de Jaime Betancur, hermano del Presidente, secuestrado por el ELN y en cuya
liberación intervino el propio Fidel Castro–, la reacción de la ciudadanía ante los secuestros había sido en
general de insensibilidad o indiferencia.” Semana, No. 147, marzo 25 de 1985, “El secuestro nuestro de
cada día”-

14

Gráfica 1
Secuestro extorsivo – Total Nacional
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
50 53 56 59 62 65 68 71 74 77 80 83 86 89 92 95 98 1
ta
s
a
p
o
r
c
ie
n
m
il
h
ab
it
an
te
s
Fuente: Policía Nacional, DANE y cálculos
propios. Datos 2002 y 2003 (hasta Junio)

2.1 – La urbanización del conflicto

Son claros el liderazgo y la influencia que debió ejercer el M-19 sobre las
demás guerrillas colombianas. A raíz de la toma de la embajada de la
República Dominicana, y aún cuando buena parte de sus cuadros directivos se
encontraban detenidos, el M-19 aparecía como el grupo rebelde digno de ser
imitado en Colombia. Con unos pocos golpes muy certeros no sólo había
logrado acumular recursos económicos considerables sino que había
demostrado capacidad para dialogar en sus términos con el gobierno
colombiano y había obtenido una difusión, un cubrimiento mediático y una
publicidad difíciles de imaginar para cualquiera de las demás agrupaciones
subversivas 60. En términos escuetos, las guerrillas rurales y dogmáticas
querrían también, a partir de ese momento, transitar el exitoso sendero trazado
por los subversivos urbanos, más imaginativos y pragmáticos. Un buen ejemplo
vale más que mil teorías. No parece simple casualidad que varios grupos
subversivos colombianos manifestaran por aquella época de gloria del M-19 su
intención de adoptar dos cambios cruciales: orientar su lucha hacia las

60
En opinión de un conocido columnista, “el M-19 supo convencer. Para mostrarlo basta el dato de que,
siendo un grupo considerablemente mal organizado y de dimensiones bastante reducidas, su actividad
generó en 15 años 10 veces más reportajes de prensa y de televisión, entrevistas y libros que cualquier
otra organización armada colombiana -Farc, ELN, EPL- en el doble de tiempo y con mayores efectivos.
Su eficacia como ‘propagandista armado’ fue asombrosa, y en eso superó con creces a sus modelos (los
Tupamaros uruguayos o los Montoneros argentinos)”. Antonio Caballero, epílogo al libro de Darío
Villamizar. Extracto en Semana Nº 709, Enero de 1976.

15
ciudades y abandonar los rígidos esquemas ideológicos que habían guiado sus
acciones hasta entonces.

El Ejército Popular de Liberación (EPL), que se había constituido en 1967 como
brazo armado del partido comunista y, siguiendo la experiencia china, buscaba
ante todo hacer presencia en las zonas rurales para lograr el apoyo campesino,
cuestiona definitivamente esta orientación en el mismo momento que el M-19
está ocupando la embajada 61. Para las FARC, distintos analistas coinciden en
señalar como un punto de quiebre estratégico la VII conferencia, que se realiza
en Mayo de 1982. En lo político, esa reunión marca el rompimiento con el
partido comunista y sus rígidos esquemas 62. En lo militar, se identifican las
ciudades –y en particular a Bogotá, centro del eje de despliegue por la
cordillera oriental 63- como el objetivo primordial de las acciones: se decide
urbanizar el conflicto
64
.

Por aquella época el ELN atravesaba una profunda crisis originada en una
aparatosa derrota militar en Anorí en 1973 65 y agravada por el llamado
febrerazo de 1977, cuando casi la totalidad de sus cuadros urbanos fueron
detenidos en Bogotá 66. El M-19 juega un papel definitivo en el devenir de este
grupo. No sólo porque  incorpora en sus filas a varios ex elenos sino porque

61
“El 11 Congreso del partido que se reúne a inicios de 1980, se compromete a evaluar en su conjunto el
trabajo del partido, a reexaminar toda la línea política y organizativa … el estudio crítico y autocrítico del
pensamiento de Mao Tse Tung … el 11 Congreso señala claramente que su actividad esencial debe ser
dirigida con un criterio de clase, que el foco de su acción deben ser los grandes centros industriales y en
el campo las zonas agroindustriales”. Declaraciones de William Calvo en Álape (1985) pp. 309 y 311.
62
Pizarro (1992) p. 202..
63
Rangel (1999)
64
“La creación del Ejército Revolucionario se liga al planteamiento estratégico que define el despliegue de
la fuerza, el centro del despliegue estratégico, allí donde en Colombia se están dando las contradicciones
fundamentales, colaterales y accesorias de la sociedad, y que en este momento se ubican en las grandes
ciudades del país. En estas condiciones el trabajo urbano adquiere una categoría estratégica”. Mandato
de la VII Conferencia de las FARC trascrito en Peña (1997) p. 3. Aunque las FARC han hecho siempre
énfasis en la dimensión política de esta decisión -en la ciudad era dónde se acumulaban las
contradicciones del sistema- es difícil creer que no se tuvo en cuenta de manera explícita tanto el
potencial financiero de las  ciudades como el éxito obtenido el M-19 explotando ese potencial. Al respecto,
es significativo el lapsus-lingüe de Jacobo Arenas cuando afirma en un libro de Arturo Álape que “uno de
los filones de mayor importancia que estudió la Séptima Conferencia fue el fenómeno de la urbanización
acelerada de las ciudades colombianas”. Citado por Peña (1997) p. 8. Subrayado propio.
65
Que tuvo no sólo las consecuencias negativas asociadas con el combate sino que implicó una mayor
deserción. “En 1974, en un solo año, el ELN pasó de 270 guerrilleros a menos de 70”. Incluso su líder
Fabio Vásquez Castaño se refugió en Cuba a finales del 74 dejando “encargado” de la dirección del grupo
a Gabino, de tan sólo 24 años. Peñate (1999) pp. 73 y 74.
66
Un relato de este incidente se encuentra en Medina (2001) pp. 376 a 378.

16
alcanza a financiar lo que queda del grupo 67. Además, unos años después,
haría parecer irrelevante como amenaza  el surgimiento y consolidación del
frente Domingo Laín en la región del Sarare que sería precisamente lo que
permitiría al ELN renacer de sus cenizas para encontrar la jugosa veta
asociada a los recursos petroleros 68.

Los dilemas que enfrentaban por aquella época los grupos guerrilleros de
origen campesino para tener acceso a los recursos urbanos habían sido
sufridos en carne propia por el ELN. La experiencia de Anorí dejaba claro que
hacer caer todo el peso financiero de la guerra revolucionaria sobre la
población lugareña podía poner en juego la supervivencia de un grupo.
Además que la cantera de ganaderos o agricultores acomodados se agotaba
rápidamente. Por otra parte, el febrerazo hizo evidente que las operaciones
subversivas en la ciudad requieren una tecnología y una estructura organizativa
peculiares, distintas a las de los grupos armados móviles en el campo 69.  En
particular, la necesidad de mimetizarse y pasar desapercibido, esencial para
sobrevivir en el medio urbano, era particularmente difícil de asumir para
combatientes rurales, en uniforme, permanente y visiblemente armados 70. El
entrenamiento que recibe, y las aptitudes que debe desarrollar un guerrillero
rural, militares en esencia, tienen dimensiones casi antagónicas a las de su
contraparte citadina 71.

67
“En 1982, el ELN estaba tan acabado que hubo de recurrir a contribuciones del M-19 para poder
subsistir”. Peñate (1999) cita a Marta Harnecker (1988). Unidad que multiplica: Entrevistas a dirigentes
máximos de la UC-ELN. Quito: Ediciones Quimera, 3ª Edición.
68
Esta es una conjetura de Peñate (1999) quien con razón encuentra difícil de explicar la falta de reacción
del Estado colombiano ante un pequeño frente que acumulaba ingentes recursos saboteando y
extorsionando a la industria petrolera.
69
El relato del febrerazo hecho por Gabino deja clara lo frágil que puede ser la seguridad de una
organización subversiva en las áreas urbanas. “A mi paso por Bogotá, se revientan algunos hilos en el
sistema de seguridad y compartimentación, dónde se juntan errores de liberalismo con la delación de un
muchacho que fue capturado en la capital … Son ubicadas y allanadas simultáneamente cinco casas …
Me replegué, cojo un taxi y me voy para la Boyacá, a una casa que tenía como referencia en caso de que
ocurriera algo, cuando yo llego, el taxista me dice “oiga, esto está feo, está lleno de tiras y de policías,
¿usted dónde se va a quedar?”” . Medina (2001) pp 376 y 377
70
“En el área de la Sabana en Cundinamarca, la situación de crecimiento es totalmente distinta,
comenzando porque no hay montañas. En las regiones urbanas y suburbanas cambia incluso el modo de
desplazamiento de nosotros como guerrilla, porque hay que hacer un uso diferente de las armas, que no
siempre pueden portarse, lo mismo que el uniforme. El desplazamiento lo realizamos por medio de
unidades, que van vestidas de civiles, y en algunos casos con armas cortas”. Testimonio de un guerrillero
del frente 22 de las FARC en Peña (1997) p. 15.
71
“Había tanto que aprender por el otro lado … Era toda una escuela. Introducción general a la
conspiración: teoría y práctica. … Antes de que empezara una reunión, tocaba prender el radio de la
casa. Y había una medida básica que se llamaba minuto conspirativo: era el tiempo que se dedicaba a
crear una historia que justificara por qué estábamos reunidos, y cómo nos habíamos conocido .. Había
claves para todo. Para escribir, anotar datos, dejar mensajes, para hablar. Se trataba de hacerlo con

17

La intención explícita de los distintos grupos subversivos de mirar hacia las
ciudades no implicó el abandono del secuestro rural que, aunque
progresivamente fue perdiendo importancia relativa 72, siguió aumentando en
términos absolutos. En algunas regiones el asedio a los propietarios rurales fue
tan severo que tuvo consecuencias definitivas en dos fenómenos cruciales para
la evolución del conflicto: la venta y concentración de tierras en manos de
narcotraficantes y la conformación de grupos paramilitares 73.

Paradójicamente, la toma de la Embajada marcó para el M-19 el inicio de una
nueva etapa: prácticamente se abandonaba la estructura urbana, bastante
menguada, y se orientaban las acciones militares hacia el campo 74. La
transición que, por esa época, estaba dando el M-19 en franca contra vía a la
de los demás grupos refleja la otra cara de la moneda de lo que se podría
denominar el dilema del guerrero: es más fácil y seguro operar en las áreas
rurales 75 pero, simultáneamente, es allí dónde son más escasos los recursos
para financiar la lucha. Así, mientras las guerrillas rurales miraban hacia las
ciudades impresionadas por el éxito de la subversión urbana, esta última se
refugiaba en el campo. Ambas veían su cambio de estrategia como “el
desarrollo lógico de la lucha de clases del país”  76.

naturalidad, que el lenguaje cifrado no fuera sospechoso. Pero el lenguaje de las claves resulta a veces
como el de los trabalenguas, y es frecuente que se crucen los cables, para escribir y para hablar. Y de
tanto cuidar el lenguaje, se acaba diciendo lo contrario o no se entienden los mensajes. Y de pronto una
acción que había que demontar se hace y se frustra, o al revés”. Grabe (2000) pp 66 y 67.
72
Para finales del siglo, de acuerdo con los datos de Fondelibertad, los agricultores, ganaderos y
hacendados sumados constituían cerca del 6% del total de las víctimas de secuestros.
73
Lo que Fernando Cubides denomina el modelo típico de desarrollo del paramilitarismo, el de Puerto
Boyacá, se desarrolló en buena medida como respuesta a la “exasperación de medianos y grandes
propietarios ante una campaña sistemática de secuestro y extorsión adelantada por la guerrilla (una
campaña satíricamente llamada por ellos mismos como “La Teletón del Magdalena Medio”)”. Cubides
(1999) pp. 170 y 171. Teletón era el nombre de un programa anual de recaudación de fondos a través de
la TV para beneficencia.
74
“(La estructura urbana del M-19) ha sido fuertemente golpeada .. no se le olvide que nosotros
trabajamos en la clandestinidad. Y es siempre el trabajo urbano el que primero cae … La ventaja de aquí
es que se puede reunir a mucha gente. Estamos protegidos por la selva y por las condiciones
geográficas”. Entrevista a Jaime Bateman, en 1982, por Mª  Jimena Duzán en Villamizar (1995) p. 232.
75
La comparación de los riesgos de la actividad subversiva urbana versus los de la rural hecha por Jaime
Bateman en 1982 es contundente: “Las bajas más fuertes se encuentran en la ciudad … La guerrilla
urbana es una forma de lucha que se ve expuesta mucho más a la eficacia del enemigo. La relación es de
50 a 1. Es decir por cada cincuenta compañeros que caen en las zonas urbanas, uno cae en el monte”.
Entrevista de Mª Jimena Duzán en Villamizar (1995) p. 241
76
Esta es una de las explicaciones de Bateman a la nueva localización del M-19 en la selva (Villamizar
(1995) p. 232) que parece calcada de las conclusiones de la VII conferencia de las FARC que señalan el
camino hacia la ciudad.

18
La manera como el ELN enfrentó este dilema fue orientando su acción hacia la
economía petrolera: por medio de la extorsión directa a las empresas
constructoras del oleoducto de Caño Limón desde mediados de los años
ochenta y, por otra parte, con el llamado clientelismo armado, o sea la
asignación mediante amenazas de recursos fiscales, en particular regalías
petroleras, una práctica también utilizada por uno de los frentes de las FARC.
Una segunda alternativa adoptada por la guerrilla para no arriesgar a sus
efectivos en acciones citadinas fue la subcontratación de los plagios con la
delincuencia urbana. La tercera opción para resolver el dilema financiero de los
grupos subversivos de origen rural la facilitó en Colombia otro de los
fenómenos característicos de la década de los ochenta, el narcotráfico. La
manera como el M-19 solucionaría su problema financiero sigue siendo
misteriosa 77.

2.2 – El impacto de la droga

La relación que se ha dado en Colombia entre el secuestro y las narco
actividades ha sido variada y compleja. Los vínculos van desde los obvios y
directos –narcotraficantes que secuestran, o viceversa- hasta los indirectos y
sutiles. Dentro de estos últimos vale la pena señalar que las drogas facilitaron
en Colombia el reemplazo de la cantera de víctimas extranjeras con rescates
gigantescos –lo típico de los años setenta- por un número mucho mayor de
víctimas locales que pagaban una suma sustancialmente menor por cada
liberación 78. La dinámica, aunque indirecta, es relativamente simple.

77
“A nosotros nunca nos alcanzará la plata por mucha que tengamos . Para el año entrante necesitamos
plata para armar a unos ochenta mil hombres … Eso vale mucha plata. Pero mientras hayan (sic)
oligarcas. Habrá dinero. Porque ya las cajas agrarias no nos alcanzan … sirven para el gasto”: Entrevista
a Jaime Bateman en 1982 por Mª Jimena Duzán en Villamizar (1995) p. 239. Se puede pensar que las
finanzas fueron el principal cuello de botella para tan ambiciosos planes. Los del M-19 no se consolidaron
como secuestradores al por mayor, prefiriendo siempre los “peces gordos”. Recurrentemente se negó por
parte de este grupo la vinculación al narcotráfico. Aunque nunca quedaron claras las contraprestaciones –
el “como voy yo”- en las relaciones supuestamente altruistas de Pablo Escobar, esa sí reconocidas por el
grupo.
78
Esta tesis está expuesta, y sustentada por testimonios, en el trabajo de Peña (1997) para la región
aledaña a Bogotá. La relevancia de los testimonios recogidos por Peña (1997) proviene del hecho que se
trata de guerrilleros del frente 22 de las FARC, que ha sido uno de los más activos en materia de
secuestro

19
La vocación casi innata de los grandes traficantes colombianos por adquirir
propiedades tuvo como consecuencia un marcado incremento de los precios de
la tierra. Esta tendencia no tardaría en convertirse en motor de la especulación
en propiedad raíz. En esencia, se pensaba que para cualquier precio que se
fijara por una hectárea habría un comprador al contado. Una consecuencia de
lo anterior fue el desplazamiento de pequeños propietarios campesinos –que
tentados por precios de fábula vendían sus terrenos- y su reemplazo por clases
urbanas acomodadas atraídas por la sostenida valorización y que,
complementariamente, buscaban un sitio para descansar e incluso ejercer al
margen algunas actividades agropecuarias.  Así, el burgués urbano propietario
de una finca de recreo, o el ganadero de fin de semana, se convirtieron en la
típica víctima del secuestro a partir de los años ochenta. Desde el punto de
vista de las guerrillas rurales, es difícil concebir unas presas potenciales más
adecuadas para el propósito de financiar la lucha revolucionaria: en
condiciones precarias de seguridad, los representantes de la burguesía urbana
se acercaban 79 a las zonas rurales dónde los grupos subversivos se movían
con gran facilidad, y dónde tenían todas las intenciones de permanecer 80.
Desde la perspectiva local, se trataba siempre de foráneos, sin mayores raíces
o redes de apoyo, con muestras de riqueza superflua y conspicua 81. De esta
manera se replicaba a nivel regional, en los pueblos y veredas, el escenario
típico de la fase anterior del secuestro: el diplomático o ejecutivo de
multinacional extranjera. Como si lo anterior fuera poco, la consolidación de los
grupos subversivos en las áreas rurales aledañas a las grandes urbes facilitaba
el objetivo estratégico de “abrir corredores” hacia la ciudad. La falta de
vinculación de estas nuevas víctimas con la estructura económica local, ayudan
a explicar por qué los grupos subversivos optaron por la modalidad predatoria –
el secuestro- en lugar de la más cómoda y continua de la extorsión o boleteo 82.

79
“Era claro que con la burguesía, se movía el dinero hacia estos municipios donde estaban sus fincas de
recreo, y de la misma forma se movían las contradicciones del país, aglutinadas en un inicio solo en la
capital …  El avance en Cundinamarca lo hicimos por la región del Tequendama, en municipios como
Anapoima. En la Sabana trabajamos en Bojacá, Zipacón, Cachipay, Sasaima, y otros pueblos donde los
grandes empresarios del pais tienen sus sitios de descanso”. Peña (1997) p. 14s
80
“La esencia de la lucha sin embargo sigue estando en el campo, sobre todo porque la mayor parte de
los miembros del movimiento somos campesinos”. Peña (1997) pp 9 y 10.
81
Y con el agravante colombiano del profundo abismo social y cultural, la falta de respeto rayando en el
maltrato, que, cuando no son paternalistas, caracteriza las relaciones de la burguesía urbana con los
campesinos.
82
“La política en esta zona ha sido la retención. No vacunamos porque eso espanta a la gente …En el
frente 22 no vacunamos, esa es una política de financiación que no es buena porque marea a la masa,

20

El segundo vínculo con la droga es el impulso definitivo que dieron los
narcotraficantes a los grupos paramilitares como mecanismo de protección
privada contra el secuestro. El caso más emblemático es la constitución del
grupo Muerte a Secuestradores (MAS) por parte de los principales barones de
la droga como respuesta al secuestro de Marta Nieves, la hermana de los
Ochoa a finales de 1981, “un evento que puede parecer episódico pero que
marcó una tendencia determinante en el escalamiento del paramilitarismo” 83.
Este incidente, que alcanzó a tener la dimensión de una verdadera guerra 84,
terminaría con un acuerdo de paz 85. La virulencia de la respuesta de los
narcos a este plagio se explica porque, para unos, se trataba del rompimiento
de un pacto previo de no agresión 86 y porque otros ya habían sido víctimas de

eso es mejor hacer una sola retención a un duro y sacarle una buena contribución”. Peña (1997) pp 14 y
18
83
Pardo (1996) citado, y endosado, por Cubides (1999). En la observación de que este incidente debe ser
considerado un punto de quiebre en el desarrollo de los paramilitares coinciden observadores de una
amplia gama del espectro político y profesional. Se trata de uno de esos raros episodios en cuya
interpretación convergen la visión oficial, la académica, la periodística y la cercana a los hechos. “En
reacción al hecho un grupo de mafiosos se unió para organizar un grupo paramilitar –el MAS (Muerte a
Secuestradores)- para que actuara contra del secuestro. Retuvo a gente relacionada o familiar del Eme,
con la advertencia de tomar represalias si no se liberaba a la secuestrada  … Hubo personas asesinadas
y otras se fueron del país. Desde Panamá Pablo (Jaime Bateman) buscó la manera de establecer
contacto directo con los Ochoas. Nos pusimos en función de escribir, enviar y recibir mensajes para
negociar y parar esa guerra de la que salía lesionada mucha gente. Martha Nieves fue liberada a
comienzos de 1982. Esta guerra se detuvo, pero marcó el comienzo de los grupos paramilitares”. Grabe
(2000) pp 165 y 166. Subrayado propio.
84
“Para la persecución de los secuestradores consiguen cien radios y se distribuyen en la ciudad a cuidar
los teléfonos públicos. Cuando los hombres del M-19 llaman a negociar, el teléfono lo localizan en la
central de la Policía, y de inmediato, hombres ubicados cerca del sitio agarran a un sospechoso ..
Retienen a Pablo Catatumbo y a Elvencio Ruiz en Bogotá, a Luis Gabriel Bernal, su esposa y su hija en
Cali. Le rocían gasolina a la niña y prenden un fósforo … Algunos retenidos, para el escarnio público, son
encadenados en las rejas del periódico El Colombiano, con un aviso que los señala como secuestradores
.. … al final la ofensiva deja cerca de 400 muertos entre militantes, amigos y familiares de los guerrilleros
y veinte militantes retenidos”. Salazar (2001) pp. 86 y 87. “Ha aparecido el ya mencionado grupo
clandestino Muerte a Secuestradores, MAS, que ha secuestrado, torturado y en ocasiones asesinado a
numerosos delincuentes, tanto comunes como políticos, dándose inclusive el lujo de ejecutar a dos en
plena sección de alta seguridad de la cárcel de Buenavista en Medellín. El MAS, hasta el momento
impunemente, ha secuestrado también y asesinado a diversos dirigentes sindicales y a abogados
defensores de presos políticos, como Jorge Enrique Cipagauta, ayudando, así, a fomentar la confusión
entre delincuencia común y lo que los mandos militares alguna vez llamaron «subversión intelectual.”
Semana, No. 8, julio 26 de 1982, “El impuesto del miedo”.
85
“Tras la agotadora persecución, el M-19 acepta negociar, libera a Marta Nieves en Armenia el 16 de
febrero de 1982 … A cambio, los narcos liberan a los veinte retenidos y pagan un millón y medio de
dólares. Con la liberación de Marta Nieves se sella un pacto de paz entre Pablo y el M-19 que se
proyectará en el tiempo”. Salazar (2001). El estrecho vínculo que se daría posteriormente entre los narcos
y el M-19 lo confirma Vera Grabe quien insiste en mostrarlo casi como un acto de generosidad de los
primeros, una especie de mecenazgo. Algo difícil de digerir tratándose de tan hábil negociante. “No era
una relación de negocio … los “mágicos” nos ayudaban, y nos cuidaban. Era más bien una relación de
ellos hacia nosotros: nos ayudaban, pero jamás pedían un favor a cambio … Nos prestaban sus casas y
fincas, espacios cómodos, con billar, piscina, jardines, televisores y salones gigantes, donde hacíamos las
reuniones de la dirigencia M-19-EPL en Antioquia. Nos ayudaron a trasladar y curar compañeros heridos
que venían del Valle. Grabe (2000) p. 247. Subrayados propios.
86
Según Alonso Salazar a principios del mismo año los militares habían avisado a Jorge Luis Ochoa que,
de acuerdo con conversaciones interceptadas al M-19, había planes de secuestrar un narco. Ochoa se

21
tentativas de secuestro por parte de la guerrilla 87. La creación del MAS es
significativa no sólo por la magnitud de los recursos invertidos en esa empresa
sino porque actuó como un catalizador para que un número importante de
capos que no se conocían  intercambiaran experiencias –sobre zonas de
operación en Colombia, rutas y mercados, debilidades de las autoridades,
implicaciones del tratado de extradición- 88 y actuaran motivados por un
objetivo común ante el cual se adoptaba el principio del todo vale para
enfrentar a los secuestradores 89. Es claro que este contundente grupo sirvió de
ejemplo a las bandas armadas paramilitares que después se formarían en el
país bajo la premisa de que para ser eficaz, la guerra no puede ser sino sucia
90
. Como dato curioso se puede señalar que, con la conformación de este
grupo, se anticipó la parte esencial del discurso que sólo una década y media

comunicó con Pablo Escobar quien secuestró a varios guerrilleros, y los llevó a su oficina y ante 200
hombres armados les hizo una amigable pero perentoria advertencia “Yo tardé sólo tres días para
detenerlos, así que con nosotros no se metan porque pierden al año, yo no les voy a hacer nada porque
no hay necesidad y sobre todo porque yo soy un hombre de izquierda”. Tras lo cual no sólo los liberó sino
que les regaló U$ 15 mil. Después de estos incidentes algunos miembros del M-19 se harían amigos de
los trabajadores de Escobar. Por esta razón el secuestro de la Marta Ochoa fue considerado por Escobar
más una traición que un simple ataque. Salazar (2001) pp. 81 y 82
87
Gonzalo Rodríguez Gacha, el Mexicano, había sido secuestrado por las FARC en el Meta. Strong
(1995) p. 63. Según este mismo autor varios narcos de Cali y Bogotá tuvieron que pagar por su liberación.
Carlos Lehder, en uno de los volantes anunciando la creación del MAS relata que “a mí los
secuestradores me descargaron un tiro de revólver diciendo: somos del M-19, queda secuestrado.
Milagrosamente me fugué”. Salazar (2001) p. 83.
88
Convocados por Pablo Escobar, se reunieron en su hacienda Nápoles, “ 200 narcos de todo el país …
Asiste todo el grupo de Medellín, liderado por Pablo, delegados del grupo de Cali, Carlos Lehder por el
grupo de la zona cafetera, y el de Bogotá, liderado por el Mexicano … cada narco aportó hombres y
dinero”. Salazar (2001) p. 83. De acuerdo con un antiguo director general de la Policía “la conferencia
consolidó los vínculos entre los traficantes y confirmó el liderazgo de Escobar y los de Medellín. Su lucha
común contra el secuestro y la extradición efectivamente unificó a los traficantes colombianos. Les
permitió, por un tiempo, olvidarse de su competencia por los mercados”. Declaración del General Gómez
Padilla citada por Strong (1995) p. 64. Traducción propia
89
Al respecto, vale la pena transcribir algunos de los apartes del volante, firmado por Carlos Lehder, que
fue lanzado desde una avioneta sobre varios estadios del país en Diciembre de ese año. “Vamos a
recompensar a los ciudadanos que nos ayuden para que los culpables sean llevados ante la Justicia
Militar … El secuestro requiere un tratamiento veloz, táctico, metálico y drástico … Lo que propongo es un
trabajo antisecuestro similar a la Comisión de Paz, excepto que es paramilitar. Que esta comisión
especial antisecuestro ensamble e instruya dos fuerzas: un equipo de jueces y fiscales … la otra fuerza
táctica formada por los más destacados y fieros ex militares y ex agentes, los más expertos civiles
paramilitares, defensa civil, mercenarios extranjeros .. Tendrían una academia cuartel, con banco de fotos
y banco de plata, centro de comunicaciones e información … Una fuerza de dos mil hombres sería
suficiente .. los secuestrables ayudaríamos a financiarla… Para la nueva cárcel antisecuestro se les
pedirá a los norteamericanos el último y más poderoso sistema de sillas eléctricas con incinerador
incorporado, con la venia de la Curia”. Citado por Salazar (2001) p. 84. Fue también con la creación del
MAS que la gente de Escobar sofisticó las técnicas de guerra sucia, pues es entonces cuando “…en
Medellín, Arcángel aprende, igual que todos sus compañeros , las técnicas de tortura de los militares”.
Salazar (2001) p. 87
90
El efecto demostración fue tan evidente que en lo que se considera la cuna del paramilitarismo, el
Magdalena Medio, el término MAS se volvió el nombre genérico de tal tipo de grupo, y maseto el de sus
integrantes. “No sabía que era maseto hasta que oí que había unos grupos que se llamaban
paramilitares, que se llamaban el MAS. Desde que llegaron ya no había día que no hubiera un muerto”.
Declaraciones de un testigo de la masacre de 2 jueces y 10 funcionarios de la rama judicial cometido por
uno de estos grupos en La Rochela a principios de 1989. Medina (2000) p. 278.

22
más tarde adoptarían la élite y la tecnocracia colombianas: los efectos
perversos de la violencia sobre la economía 91.

A pesar de tratarse del caso más notorio, esta alianza entre grandes capos
para defenderse de los secuestradores no había sido la primera 92, ni el
descomunal operativo del MAS para liberar a Marta Ochoa sería el último como
reacción de los narcos ante un secuestro 93. Un efecto paralelo e indirecto entre
el secuestro, el mercado de tierras, el paramilitarismo y la droga fue que el
primero también contribuyó a la concentración de la propiedad rural en manos
de narcotraficantes. Por tratarse de uno de los pocos colectivos con recursos
militares suficiente para protegerse privadamente de la extorsión y el secuestro,
pudieron hacerse con facilidad a las fincas y haciendas que se vendían por
razones de seguridad 94.

El tercer punto de encuentro con la droga lo constituyen los indicios de que
varios de los más importantes narcotraficantes colombianos estuvieron, desde
los inicios de sus carreras criminales, vinculados con secuestros notorios. Por
ejemplo, el 6 de Octubre de 1969, un comando armado ataca el vehículo de
Enrique Straessle,  cónsul de Suiza en Cali, lo hiere y secuestra a su hijo junto

91
El mismo volante de Carlos Lehder mencionado atrás se iniciaba en términos que, con mínimas
adecuaciones en el  léxico, bien podrían haberse copiado en las declaraciones oficiales, o en los estudios
académicos, que aparecerían en el país  unos quince años más tarde. “Tenemos una Colombia bella,
grande, libre, fértil y llena de oportunidades para los justos y esmerados. Al secuestrar a los empresarios
y dirigentes se desmorona nuestra economía. Al faltar estos honorables y dedicados dirigentes que han
estudiado media vida para ser útiles a la gran era que esta república y el mundo están viviendo … La
experiencia y los conocimientos no tienen sustitutos. Durante los últimos diez años cientos de prestigiosas
familias han tenido que salir espantadas del país. Miles de bellas y productivas haciendas han sido
abandonadas. Los industriales y constructores vendieron y se marcharon”. Citado por Salazar (2001) p.
83
92
En efecto, en una cumbre de capos que tuvo lugar en Bogotá en 1975, y a la cual asistió Pablo Escobar
no como patrón sino como simple acompañante del Padrino –Alfredo Gómez, gran capo del contrabando-
se acordó “organizar y financiar bandas armadas para enfrentar a los secuestradores, que por entonces
empezaban a proliferar”. Salazar (2001) p. 55
93
Pocos años más tarde, el 1 de Noviembre de 1984, Abel Escobar fue secuestrado, y la operación de
rescate organizada por su hijo Pablo Escobar no fue menos contundente. “Realizó –al estilo del MAS- con
sus hombres y con oficiales del Ejército y la Policía, operativos en diferentes poblaciones y como
complemento ofreció jugosas gratificaciones .. Acordó un primer pago para ganar tiempo y
simultáneamente sus hombres desplegados por la ciudad montaron guardia, día y noche, al pie de mil
teléfonos públicos. El plan funcionó. Por el sector de Guayabal detectaron una llamada y de inmediato los
hombres de Chiruza detuvieron al sospechoso. Lo torturaron hasta casi estallarlo y lograron información
para desarticular la banda”. Salazar (2001) p. 178. “Una caravana de helicópteros y medio centenar de
hombres armados rescataron al padre del capo en una finca del Magdalena Medio. Todos los miembros
de la organización que participó en el secuestro fueron asesinados”. Cañón (1994) p. 129
94
Esta sería otra de las dimensiones en las cuales se puede establecer un paralelo con la situación al
final de La Violencia, cuando en lugares como  el Quindío, tomó importancia la compra de tierras a los
que (1985) Ortiz denomina oferentes necesitados, o sea propietarios amenazados que a través de
comisionistas especializados vendían sus tierras a miembros de las cuadrillas o a sus testaferros.

23
con un funcionario de la embajada suiza. Después de setenta días de
cautiverio, y el pago de un rescate de U$ 300 mil (millón y medio de U$ de
2002), los dos rehenes son liberados por quienes se ufanaban de ser  diestros
secuestradores 95. Aunque el secuestro fue inicialmente atribuido a las FARC96,
Gilberto Rodríguez Orejuela, líder del futuro Cartel de Cali, estaría luego
sindicado de dirigir a los responsables de este secuestro 97, cuya finalidad, no
habría sido puramente económica 98. De esa banda hacían parte su hermano
Miguel y José Santacruz 99. Por otra parte, el apodo de Doctor con que se
conocía en algunos círculos a Pablo Escobar provendría del plagio de don
Diego Echavarría, industrial y filántropo antioqueño, ocurrido en agosto de
1971100.
Cuatro, los narcotraficantes han recurrido al secuestro con los más variados
fines: con objetivos puramente políticos, como se muestra en detalle más
adelante; como sustituto del comercio de droga en períodos de iliquidez; para
financiar sus guerras contra el Estado o como un mecanismo corriente para
cobrar deudas. El caso más digno de mención es el de Pablo Escobar, una de
cuyas especialidades fue precisamente el plagio. Su capacidad para tomar
rehenes, esconderlos de las autoridades o de terceras partes interesadas y
cobrar por su liberación fue un elemento central de su poder 101. Llegó a ser no
sólo el secuestrador más importante de Medellín sino, cínicamente, una de las

95
‘Somos maestros de maestros.  Somos unos técnicos y unos científicos del secuestro’, decía la carta
que los miembros de la banda habían dejado en poder de don Enrique Straessle. El Tiempo, Octubre 11
de 1969.
96
“La cuadrilla que secuestró el domingo pasado en la ciudad de Cali al señor Hernán Buff […] y al joven
Werner José Straessle […] parece ser, según todas las apariencias una de las que conforma las
tristemente célebres ‘FARC’ comandadas por Pedro Antionio Martín, alias ‘Tiro Fijo’”. El Tiempo, Octubre
13 de 1969.
97
“(Rodríguez Orejuela) llegó a estar detenido por ese hecho, pero fue puesto en libertad por falta de
pruebas y todo rastro suyo desapareció como por encanto”. Elpais-cali.terra.com.co Marzo 13 de 2003.
98
De acuerdo con el testimonio de un activista de izquierda reportado por Simon Strong tanto Rodríguez
Orejuela como José Santacruz Londoño “eran amigos de los fundadores del ELN, tanto que su
participación en el secuestro de los dos suizos en 1969 fue para financiar al ELN”. Strong (1995) p. 270
Traducción propia
99
Strong (1995) p. 38.
100
Episodio que terminó con el asesinato de la víctima, ante la negativa de la familia a pagar los $20
millones exigidos de rescate. Aunque Escobar nunca estuvo oficialmente vinculado con el incidente,
varios de los sindicados, incluyendo a Néstor Trejos, cerebro de la operación, fueron siempre cercanos a
él y “en los corrillos del hampa se dijo siempre que Escobar había sido uno de los protagonistas del plagio
de don Diego .. que ahí comenzó su larga carrera de secuestrador y miembro de las élites del crimen
organizado. También decían que esa fue una de las primeras demostraciones de su habilidad para eludir
la justicia”. Cañon (1994) pp. 56 y 57. Un telegrama enviado por Escobar en 1990 al General Maza
Márquez, director del DAS, aparece firmado “Dr. Echavaría” (sic) Cañón (1994) p. 258
101
La consolidación de su poder de extorsión se habría dado con el cobro de contribuciones para la
guerra contra el Estado colombiano para tumbar la extradición. Posteriormente, el eficaz servicio de cobro
de cartera sería solicitado por otros narcos.

24
instancias a las que recurrían las víctimas para ayudarles a negociar y
solucionar algún plagio específico 102. Logró además, con secuestros, aumentar
la rentabilidad de algunos homicidios por encargo 103. Escobar habría estado
detrás de varios secuestros y asesinatos de narcotraficantes importantes 104.
Un detalle que llama la atención de la desaforada manía de Pablo Escobar por
tomar rehenes con casi cualquier pretexto es la falta de referencias a lo que se
puede considerar la forma más antigua del secuestro, el rapto de mujeres con
objetivos sexuales. Al respecto, no sólo es difícil encontrar testimonios del
Patrón raptando y violando divas sino que, por el contrario, abundan las
referencias a su apego al ritual de los premios, los regalos y los pagos
monetarios a cambio de los favores sexuales 105. No es fácil entender por qué
una personalidad tan arbitraria y déspota mantuviera cierto recato, e incluso
buenas maneras, a la hora de satisfacer su apetito sexual 106.

Como última asociación entre la droga y el secuestro, se debe mencionar el
efecto corruptor de la primera sobre los organismos de seguridad y el aparato
de justicia. Este deterioro institucional acabaría afectando tanto la respuesta

102
Para Escobar, como se ilustra en la nota siguiente, fueron comunes los casos en que las víctimas, sin
saber que él era el responsable, acudían para que, en su calidad de capo mayor, actuara como
intermediario. Recogía así no sólo el rescate sino una comisión de negociador. Un poder similar de
autoridad paralela a la que se acude ante un secuestro habrían alcanzado también los Rodríguez
Orejuela en el Valle. De acuerdo con el testimonio de un ex negociador del ELN, a principios de los
ochenta el cartel de Cali organizó un operativo para liberar al hijo de un importante industrial plagiado por
este grupo guerrillero. Varia gente murió y al final secuestraron a 12 guerrilleros del ELN para
intercambiarlos por el primero. Strong (1995) p. 271.
103
Un incidente que ilustra bien la capacidad de Pablo Escobar para manipular a las partes envueltas y
maximizar el rendimiento de una acción, es el de Hernán Valencia, un narco del Valle que fue
secuestrado cuando estaba en Medellín alojado en casa de Mauricio Restrepo, persona cercana y
admirada por Escobar. Al ocurrir el incidente, Restrepo se comunica con Escobar quien no sólo lo
estimula para buscar a Valencia sino que le ofrece ayuda, por si necesita pie de fuerza. Luego de traer de
los EEUU sofisticado equipo de rastreo, Restrepo delimita bien la zona dónde puede estar Valencia.
Antes de llegar al lugar de cautiverio, Escobar se comunica con él para decirle que quienes tienen a
Valencia son demasiado poderosos, que pare la búsqueda porque lo pueden matar. Restrepo, que había
visto hombres de Escobar por la zona, queda convencido que es este quien tiene a su amigo. Alcanzó a
decirle al negociador que no pagara, porque de todas maneras matarían a Valencia. Acertó, pues se
pagaron cuatro millones de dólares y el cadáver apareció a los pocos días. Después, Restrepo se
enteraría que unos hombres del Cartel del Cali le habían pedido a Escobar que, por cien millones de
pesos, asesinara a Valencia. El había aceptado diciendo que lo haría “a su manera”. Salazar (2001) pp.
169 y 170
104
Fuera del caso de Valencia, estaría el de Pablo Correa a quien ya muerto, “para cobrar el rescate, los
hombres de Pablo pararon al difunto con un palo, le abrieron los ojos, lo maquillaron para quitarle ese
tono patético que da la muerte y lo pusieron a leer un periódico del día. Con esa pose lograron que la
familia soltara dos millones de dólares”. También mandaría secuestrar a Alonso Cárdenas, un cuñado de
los Ochoa y a Rodrigo Murillo. Salazar (2001) p. 171.
105
Ver por ejemplo Salazar (2001) pp. 196  y  217. O Cañón (1994) p. 258
106
Al respecto, la comparación con otros individuos que también actuaban sin ningún tipo de restricción a
sus caprichos es notoria. Uday, uno de los hijos de Sadam Hussein, por ejemplo, no tenía mayores
reparos en raptar mujeres jóvenes, algunas el mismo día de su boda, para mantenerlas encerradas y a su
disposición por varios días. Time, Junio 2 de 2003

25
judicial al secuestro, como la participación directa de algunos de sus miembros
en la actividad 107, como los métodos de guerra sucia para enfrentarlo.

3 – LA PESCA MILAGROSA

3.1 – Pobres secuestros

Cuando la segunda cantera de víctimas potenciales empieza a mostrar
síntomas de agotamiento 108 aparece la aparente popularización de las víctimas
que, se puede decir, caracteriza la última fase del secuestro en Colombia. El
explosivo incremento que se observa en las tasas a partir de 1997 y hasta el
2000 se dio en forma paralela con el reporte más frecuente de plagios en los
que las víctimas pertenecen a los grupos más vulnerables, como los niños o los
ancianos 109, o son claramente personas de muy bajos recursos 110. También
durante este período se suman los grupos paramilitares al conjunto de actores
armados que recurren al plagio para financiarse.

107
Aunque este es un punto particularmente difícil de documentar, los señalamientos sobre participación,
o por lo menos complicidad, de los organismos de seguridad en la actividad son recurrentes. En una
encuesta que, como parte de este proyecto, se está levantando en la actualidad con víctimas de
secuestro se espera poder tener alguna información más sistemática sobre este punto.
108
Una señal del desabastecimiento de víctimas de muy altos recursos lo constituyen los incidentes
repetidos sobre una misma familia. El caso extremo parece ser el de la familia Grajales en el Valle
compuesta por siete hermanos que, en conjunto, totalizarían más de 30 secuestros. Los primeros signos
se habían empezado a percibir a mediados de los ochenta. “[…]  lo cierto es que en Colombia se ha
llegado a una situación en la que el secuestro afecta casi por igual a diversas capas de la población: ya
no se es secuestrable por ser rico –entre otras cosas porque, como señalaba el director de El Tiempo,
Hernando Santos, en una reunión con motivo de la campaña anti-secuestro, «ya no quedan suficientes
ricos»–, sino que el flagelo alcanza también a la clase media. Semana, No. 147, marzo 25 de 1985, “El
secuestro nuestro de cada día”
109
De acuerdo con los datos de Fondelibertad, que se analizan en detalle en otro capítulo, entre 1997 y el
2002, el porcentaje de menores entre los secuestros no reconocidos por las FARC o el ELN se triplicó. A
su vez, la fracción de personas mayores de 65 años entre los plagios atribuidos a las FARC se multiplcó
por más de dos entre 1996 y el 2001.
110
“Desde hace cuatro años (las esposas y madres de secuestrados en Medellín) se reúnen en el atrio de
la iglesia de Nuestra señora de la Candelaria para pedir el regreso de sus familiares. Bernarda Gallego
lleva dos años y medio pidiendo a gritos que le devuelvan a su esposo, Julio Cesar Ríos Sánchez,
secuestrado por desconocidos en una carretera de San Carlos (Antioquia). Ella vive en el municipio de
Guarne, pero desde el secuestro su esposo pasa buena parte de su tiempo en casas de familia de
Medellín, en donde trabaja por días … Aunque no dan mayores detalles, dicen que han logrado la
liberación de una mujer de 74 años secuestrada en Marinilla y la entrega del cadáver de un joven taxista
que murió en cautiverio”. El Tiempo, Septiembre 10 de 2003. “Liberados cuatro de los once campesinos
que fueron secuestrados por la guerrilla en el Cauca. De acuerdo con habitantes de Ortega, corregimiento
donde residen los labriegos, hay angustia por la suerte de quienes siguen plagiados. El Tiempo
Septiembre 22 de 2003. «Por favor respétenles las vidas y trátenlos bien. Ellos son personas  humildes
que viven de un sueldo. No tenemos nada qué ver con política. Por  favor, hay hijos y esposas
esperándolos». Fue el llamado de una mujer a los guerrilleros que  secuestraron a su esposo. El Tiempo
Mayo 6 de 1993

26
Vale la pena en este punto hacer un paréntesis para señalar la débil
participación de los paramilitares en el total de secuestros 111, algo que se
puede explicar de varias maneras, no excluyentes. Uno, su menor tradición,
centralización y homogeneidad como organizaciones armadas. Dos,
relacionado con el anterior, la virtual imposibilidad de discernir un secuestro
realizado por paramilitares de otro por la denominada delincuencia común 112.
Tres, se trata de grupos que prácticamente nacen de la extorsión, algo que se
puede considerar una etapa posterior de la actividad. Cuatro, la falta de una
ideología que legitime el secuestro, sobre todo entre los grupos que en
principio se crean para combatirlo.
La última etapa de la actividad se asocia con la proliferación de los secuestros
masivos e indiscriminados, las mal llamadas pescas milagrosas. Esta
modalidad es indispensable para entender tanto el nivel explosivo de las tasas
hasta el 2000 como la igualmente espectacular caída que se observó después
113
. Aunque existen indicios dispersos de secuestros múltiples por parte de la
guerrilla desde mediados de los años sesenta 114 sólo a final de los noventa se
convirtió en práctica común, inicialmente muy dinámica (Gráfica 2).

Gráfica 2
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111
De acuerdo con los datos de la Policía Nacional los secuestros atribuibles a los grupos paramilitares
como porcentaje del total serían del 2% en el 97 y el 98, del 4% en el 99 y del 8% en el 2000.
112
Cuya participación en el total de secuestros, de acuerdo con la misma Policía es del orden del 40%.
Otro tanto podría decirse de los secuestros realizados por milicias urbanas, que también pueden quedar
incluidos en esta categoría comodín de la delincuencia común. Sobre la precariedad de la asignación de
las autorías en las cifras oficiales de secuestro se hará un análisis más detallado en otra fase de este
proyecto.
113
En un capítulo posterior se desarrolla el argumento que el cambio de estrategia hacia los secuestros
masivos e indiscriminados por parte de la guerrilla marcaría el principio de lo que, hasta mediados del
2003, parece ser la irreversible caída de la actividad.
114
Un caso, ya señalado, es cuando un comando de lo que serían las FARC dirigido por Tirofijo ataca la
población de Inzá en 1965 y secuestra a los pasajeros de un bus. Otro, relatado por Gabino ocurre el 7 de
Enero de 1972 cuando el ELN se toma la población de San Pablo y “se conversa con la población civil, se
expropian los principales almacenes que se consideran de personas pudientes que están en contra de la
lucha, los principales gamonales del pueblo se retienen …”. Medina (1996) p. 106. Subrayado propio.

27

Es difícil saber quien acuñó el término pesca milagrosa, pero sí es posible
determinar cuando: a finales de Marzo de 1998, a raíz de dos retenes con
secuestros masivos realizados en un mismo fin de semana por las FARC y el
ELN 115. A pesar de que, desde varios años antes, la guerrilla ya realizaba
retenes con secuestros múltiples en las carreteras 116, y que ya se utilizaba el
apelativo de pescado para las víctimas en cautiverio 117, ese año se hizo el
lanzamiento oficial  tanto del nombre 118 como de la práctica, con un número
importante de casos para respaldarla como novedosa modalidad. El inofensivo
apelativo fue rápidamente asimilado por los medios de comunicación: al final de
ese año ya se decía, al referirse a una persona secuestrada, que había sido
pescada
119
; sin mayores objeciones se acepta luego como un colombianismo
más 120, para el cual incluso se ofrece una curiosa etimología 121.

En forma independiente de su autoría intelectual, lo cierto es que el término ha
venido cumpliendo una función, y es la de tratar de corroer los reparos morales
ante la conducta. Para los grupos guerrilleros formados ideológicamente ha

115
“Se llama ‘pesca milagrosa’. Es la nueva modalidad del Eln y las Farc para realizar retenciones
masivas como las ocurridas el pasado fin de semana con los retenes que instaló en la vía al Llano y la
Troncal del Oriente, que comunica el interior del país con la Costa”. El Tiempo, Marzo 29 de 1998. Hasta
ese año (1998) en el archivo electrónico de El Tiempo, disponible desde 1990, no aparece ningún caso
relacionado con secuestro con la denominación de “pesca milagrosa”.
116
“Con el incendio de dos buses, la retención de veinte de sus pasajeros y la  voladura de un puente
continuó ayer la ola de atentados de las Fuerzas  Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el sur
del país”. El Tiempo, Martes 18 de Diciembre de 1990. “Una ola de secuestros y liberaciones por parte de
la guerrilla se presentó el viernes en el departamento del Cesar. Tres personas fueron retenidas en un
retén entre Valencia de Jesús y Aguas Blancas, corregimientos de Valledupar. El Tiempo, 11 de Julio de
1993
117
Sin especificar desde cuando, Vera Grabe (2000) p. 318 habla del “cuidado del pescado” como la
denominación que se le daba en el M-19 a la tarea de vigilar a la víctima en cautiverio.
118
En una nota de prensa aparecida un año más tarde se plantea implícitamente que fueron los mismos
grupos guerrilleros los que acuñaron el término, cuando se habla de secuestros realizados “dentro del
plan que los subversivos han llamado la ‘pesca milagrosa’”. El Tiempo, 8 de Marzo de 1999. Subrayado
propio
119
“Desde el 23 de marzo de 1998 Yenny Prieto está en cautiverio. Ella es la única de las 24 personas
que ‘pescaron’ las Farc ese día en un retén en la vía al Llano que no ha terminado su martirio”. El Tiempo,
Diciembre 26 de 1998.
120
En la página web de Medios para la Paz, cuya misión es “propiciar el ejercicio ético y responsable del
periodismo” no se ofrece ningún reparo a la utilización del desafortunado término sino que implícitamente
se propone su formalización “Pesca Milagrosa, Colombianismo: retenes sorpresivos para secuestrar a
población civil que transita en forma fortuita por el lugar.” Sólo recientemente en su Cuaderno de Análisis
“El Conflicto Armado en las páginas de El Tiempo” publicado a finales de 2003, dicho diario señala que
“términos como “retención” o “prisioneros de guerra” para referirse al secuestro, no forman parte del
lenguaje periodístico y deben ser citados estrictamente entre comillas y atribuidos. Los términos …
“secuestrados”, “rehenes” son los que el periódico usará para referirse a estos grupos”. p. 62.
121
Desde el Caquetá, un corresponsal extranjero sugiere que “el nombre viene del relato bíblico de Jesús
diciéndole a los apóstoles que lancen sus redes al agua para ver luego cómo estas salen llenas de
peces”. Martin McNamara, The Observer, Febrero 23 de 2003. Traducción propia.

28
sido deseable, al agotarse el filón de víctimas que fácilmente entraban en la
categoría de enemigos –o por lo menos foráneos- eliminar del todo cualquier
connotación negativa en la denominación de la captura de civiles como
rehenes. Un término baladí -referido a un juego de niños o a un pasaje bíblico-
en el cual la suerte o el destino aparecen como elementos determinantes
contribuye a este propósito: es válido secuestrar o capturar a un enemigo, se
puede retener para cobrarle un impuesto revolucionario a un burgués de la
ciudad, pero ninguno de esos términos es fácilmente aplicable cuando se trata
de trabajadores, o de personas del mismo origen campesino del agresor. Un
guión complementario, que también se hizo usual para justificar las pescas, ha
sido el de ver en cualquier obrero, campesino o turista un agente infiltrado del
enemigo 122.

Por otra parte, con la denominada pesca milagrosa se empieza a derrumbar no
sólo la imagen romántica de los rebeldes sino la de unas burocracias paralelas
altamente tecnificadas, perfectamente informadas y que para plagiar actuaban
casi en línea con las autoridades tributarias. La práctica del secuestro múltiple
dejó al desnudo unas organizaciones que, aunque rígidas y centralizadas,
adolecen en sus bases de serios problemas de información y de formación 123.
Esta apreciación, además, coincide con varios testimonios  que sugieren que la
indagación sobre la real capacidad de pago de las víctimas la hacen los
secuestradores básicamente a lo largo del proceso de negociación. Atrás
parecen haber quedado los secuestros selectivos precedidos de detalladas
labores de inteligencia sobre las víctimas. Lo que también ha resultado
revelador sobre la naturaleza burocratizada y autoritaria de estas

122
Ante las insistentes preguntas de la  corresponsal del diario El País en Colombia sobre el absurdo de
haber secuestrado a dos operarios españoles, Raúl Reyes responde “Hay sospecha de que son
paramilitares. Estamos investigando… Ya ha pasado con extranjeros .. puede que no lo quieran hacer
pero los obligan. Tenemos muchas veces información de gente nacional o extranjera que está
contribuyendo con los paramilitares; que vienen dándoles recursos, abriéndoles paso en el exterior”. El
País, Octubre 27 de 1999. “A nuestras direcciones de correo electrónico en todo el mundo han llegado
efectivamente varias denuncias donde nos dicen que algunas de las personas que hacen  turismo en
Colombia no solamente vienen atraídos por la belleza de nuestra geografía, sino que también están
llegando  personas con propósitos de inteligencia y propósitos militares, entonces en ese sentido nosotros
no hacemos oídos sordos a esas denuncias y las vamos a investigar”. Entrevista a  Pablo Beltrán del ELN
el 5 de Octubre de 2003. En http://www.eln-voces.com
123
En forma muy gráfica un camarero español secuestrado en un retén por las FARC, al ser liberado,
describe a sus captores como “unos críos analfabetos, que no saben lo que están haciendo”. El Tiempo,
Marzo 1 de 1999. Hardgrove (2001) también secuestrado en un retén por las FARC relata impresionado el
descuido de sus captores para manejar las armas tanto durante la operación como a lo largo de su
cautiverio.

29
organizaciones han sido sus reacciones cuando el premio de la pesca no
corresponde a las expectativas 124.

3.2 – Extranjeros y pólizas antisecuestro

Un aspecto que llama la atención en los reportes iniciales de prensa sobre las
mal denominadas pescas milagrosas, es la alta participación de extranjeros en
algunos de los incidentes 125; además, el año en que se consolida la práctica se
señala en los medios un incremento en el plagio de foráneos 126. Así, el término
utilizado para los secuestros masivos adquiere un nuevo sentido, y es el de
tratar de pescar en las carreteras a las que siguen siendo las víctimas más
apetecibles del secuestro: los extranjeros o los empleados de multinacionales
127
.

Un punto que vale la pena recordar es que los secuestros indiscriminados se
vieron precedidos por varios años de retenes subversivos en las carreteras,
con fines tan variados como el saboteo del tránsito, el incendio de vehículos, e
incluso el graffiti móvil 128. Al parecer, la localización de estos retenes no

124
La perla más digna de mención es la reacción en las FARC ante la noticia que uno de sus rehenes
españoles no es el rico ejecutivo de una multinacional que esperaban sino un simple operario. “Que
alguien desde España certifique que los secuestrados son obreros” pide Raúl Reyes a la prensa
internacional. El asunto es aún más kafkiano pues en el momento de esa declaración, más de cuatro
meses después del secuestro, las FARC ya habían recibido lo que cualquier otra burocracia consideraría
un certificado idóneo: una carta del secretario general de Comisiones Obreras desde España. El País,
Octubre 27 de 1999.
125
“Veinte personas, entre ellas cinco extranjeros secuestrados en la vía Bogotá-Villavicencio .. son
algunos de los casos ocurridos en los últimos siete meses”. El Tiempo, Noviembre 14 de 1998. “Por lo
menos catorce personas, entre ellas tres extranjeros, fueron secuestradas ayer por la guerrilla en tres
acciones ejecutadas en Antioquia y Caldas”. El Tiempo, Domingo 21 de Febrero de 1999. “Dos
extranjeros, uno de nacionalidad suiza y otro argentina, se encuentran entre las ocho personas
secuestradas por la guerrilla durante el fin de semana en los departamentos de Magdalena y Bolívar”.El
Tiempo, Lunes 8 de Marzo de 1999. La proporción de extranjeros en estos casos, que alcanza el 25%, es
considerable si se tiene en cuenta que, dentro del total de víctimas, su participación ha estado debajo del
2%. Thomas Hargrove fue el único secuestrado por las FARC en el retén en que cayó en 1994.  De
acuerdo con los datos de Fondelibertad, en los años 98 y 99 la proporción de extranjeros en los
secuestros masivos alcanzó a ser casi el 5%, pero se redujo a partir del 2000.
126
Semana, Octubre 5 de 1998. En realidad, la proporción de extranjeros en los secuestros en retenes
fue superior a la de los plagios selectivos únicamente durante 1998 y 1999.
127
Un incidente anecdótico revela bien lo atractivos que resultan ser los extranjeros para la guerrilla.”Aún
está reciente el secuestro de un grupo de mariachis de Bucaramanga, a los que los guerrilleros del frente
´Ramón Gilberto barbosa´del Epl se llevaron porque a alguien se le ocurrió decir que eran mexicanos”. El
Tiempo, Noviembre 14  de 1998.
128
“En inmediaciones de El Playón, en el sitio conocido como  Contadero el grupo guerrillero (ELN)
estableció un retén durante más de cuatro horas y retuvo los vehículos que viajaban hacia la Costa
Atlántica, pintándolos con consignas alusivas a la subversión”. El Tiempo, Febrero 8 de 1991. “El Valle del
Patía permanece incomunicado desde el  fin de semana por vía terrestre, ante las amenazas de la
guerrilla contra los transportadores. Los subversivos montaron un retén el pasado sábado en el sitio La

30
siempre fue aleatoria sino que se podría asociar con áreas de operación de
compañías extranjeras 129. En forma similar al burgués con finca de recreo que
se acerca al área rural de operación de la guerrilla, las compañías del sector
primario, o las de construcción y reparación de infraestructura, constituyen
víctimas óptimas para el secuestro y la extorsión. Tan deseables que han sido
buscadas más allá de las fronteras 130 o han sido motivo de conflicto entre
grupos armados que pretenden dominar la respectiva zona de operación y
controlar los arreglos con las compañías 131. Desde la perspectiva de una
empresa que se instala en un área rural es difícil imaginar un mensaje más
contundente sobre la capacidad de dominio de un grupo armado en una región
que el bloqueo por varias horas, o aún días, de una carretera mediante el
establecimiento de un retén. Con este tipo de acción se marca con nitidez un
territorio y se señala que quien lo establece está en capacidad de ejercer el
poder y cobrar tributos. En este contexto, no parece fortuito que el incidente
con el cual se inauguraba la era de la pesca milagrosa ocurriera en la carretera
Bogotá-Villavicencio, en cuya construcción habían estado involucradas tres
compañías extranjeras que, previamente, habían sido víctimas de extorsión y
secuestro de algunos de sus empleados 132.  Un grupo que controla una región
atraído por la presencia de compañías extranjeras demuestra primero su poder
–y pone a prueba la capacidad de reacción del Estado- estableciendo retenes

Planada, entre Balboa y Don Alonso, en donde pintaron los vehículos con  letreros alusivos a sus
movimientos y anunciaron la parálisis de transporte” El Tiempo, Octubre 29 de 1992.
129
Esta es una hipótesis planteada por Pax Christi (2002) p. 76
130
“En un hecho inusual en Ecuador, un grupo fuertemente armado, presumiblemente la guerrilla
colombiana según las primeras hipótesis, secuestró a 13 extranjeros en una carretera en la provincia
amazónica de Sucumbíos” El Tiempo, Septiembre 13 de 1999
131
Tal sería el trasfondo del secuestro y posterior asesinato por parte de las FARC de los tres indigenistas
norteamericanos.”Algunas personas con información confidencial dicen que Occidental (Oxy) llegó a un
acuerdo con las FARC (frente Samoré) gracias al cual la compañía podía comenzar la exploración de
petróleo en una región entre Arauca y Boyacá. Las comunidades indígenas U´wa, a quienes pertenece
este territorio, se opusieron a la posible explotación en su territorio sagrado. El ELN apoyó la resistencia
de las comunidades U´wa, alegando que ellos controlaban el área. Con el fin de proteger su negocio
petrolero, las FARC mataron en el 2000 a los enviados del ELN que fueron a hablar sobre el hecho que
las FARC estaban operando en su área de influencia”. Pax Christi (2002) p. 83. Los estadounidenses
secuestrados también defendían a los U´wa.
132
La constructora brasileña Andrade Gutierrez, al no querer pagar una vacuna a las FARC enfrentó el
secuestro de dos de sus ingenieros en 1996. Luego de un pago de U$ 1.8 Millones el frente 53  que los
mantenía cautivos exigió un segundo pago, que la compañía hizo. Posteriormente esta irregularidad fue
transmitida al Secretariado de las FARC. Como represalia el frente 53 voló la planta de asfalto, las plantas
de trituración y otras instalaciones. Las pérdidas obligaron a la firma a suspender el trabajo. Un ingeniero
francés de la compañía italiana Grandi Labori, responsable de otro tramo de la carretera también fue
secuestrado.  Pax Christi (2002) p. 82

31
para luego, como un simple co-producto de esa presencia, permitir que sus
efectivos más jóvenes jueguen a la pesca milagrosa 133.
El atractivo que siguen ejerciendo los empleados de compañías extranjeras
sobre los secuestradores no es tan sólo el resultado de los aparentes bolsillos
sin fondo de sus activos líquidos. Parte del efecto tendría que ver con el uso
cada vez más extendido de las pólizas de seguro antisecuestro 134 y el recurso
a negociadores profesionales, innovación reciente que ha permitido sofisticar al
máximo el manejo financiero de los rescates y, paralelamente, lubricar la
actividad del secuestro. Una opaca maraña de intereses de  compañías
aseguradoras internacionales, con ramificaciones que alcanzan apéndices del
mercado internacional de armas estarían, aquí literalmente, jugando a la pesca
milagrosa con los secuestradores colombianos
135
. La esencia del juego

133
Casi seis años antes del primer secuestro masivo de las FARC en la vía Bogotá-Villavicencio, las
FARC habían dado muestras contundentes de su poder en la zona. «Nos dijeron que iban a durar seis
días, que el automóvil que se moviera  sería quemado, que ellos sabían en dónde encontrarnos si se iban
y que en  seis días recogiéramos las llaves de los carros en el restaurante».  El testimonio es de uno de
los 300 conductores que ayer, a las 4 de la  madrugada, quedaron bloqueados en la vía Cáqueza-
Villavicencio después de  que un comando de las FARC taponara, por 12 horas, la carretera que
comunica a los Llanos Orientales con Bogotá. El Tiempo, Octubre 21 de 1992.
134
De acuerdo con Pax Christi, “la mayoría de los ejecutivos extranjeros de alto perfil que trabajan en
América Latina están cubiertos por este tipo de seguro. De los gerentes locales empleados por
inversionistas extranjeros, se estima que cerca del 50% está asegurado también … y el porcentaje de
extranjeros asegurados en Colombia es mucho mayor que el mencionado”. Pax Christi (2002) pp. 100 y
103.
135
No sobra aclarar que el argumento que se expone a continuación es una simple conjetura, un puro
juego conceptual -imposible de corroborar dada la opacidad de la industria – pero que puede ser útil para
entender el otro juego, el de la pesca de pólizas. Uno, a dos de las partes involucradas en el juego –los
que se podrían denominar los intermediarios institucionalizados (II) y los secuestradores (S)- les conviene
que la actividad del secuestro se mantenga. Dos, a las compañías extranjeras (Cx) les resulta provechoso
disminuir las medidas de vigilancia armada para prevenir los incidentes de secuestro en las áreas rurales
((i) por lo inocuas e incluso contraproducentes que pueden resultar en zonas controladas por
organizaciones armadas poderosas, (ii) por lo costosas en términos políticos o de imagen si se recurre
privadamente a servicios militares o paramilitares  y (iii) por el riesgo de secuestro inherente en la
contratación de agentes privados de seguridad. En este contexto sí que resulta aplicable el principio de
que es mejor una solución negociada a una alternativa militar). Tres, bajo las premisas anteriores, tanto a
II, como a S, como a las Cx les conviene realizar el tránsito del secuestro hacia la extorsión. Este es un
tema recurrente en la literatura de formación de Estado y en la historia militar. El soberano depredador
con intereses de largo plazo tiene incentivos para transformarse en cobrador de tributos continuos y
predecibles, arreglo que también es conveniente para quien los paga, pues los difiere en el tiempo y los
asimila a un costo de su actividad sin ponerla en peligro. Cuatro, como las mismas compañías
vendedoras de seguro antisecuestro lo aceptan, dichas pólizas, cuando se sabe que han sido tomadas,
aumentan la probabilidad de un plagio. De acuerdo con una vocera de una de estas compañías, la Hiscox
(Lloyd´s) “si se convierte de conocimiento público el hecho que una persona tiene seguro antisecuestro,
se da por supuesto que esta persona tiene más probabilidades de convertirse en objeto de este delito”.
Citada por Pax Christi (2002) p. 96. Lo cual permite inferir que, cinco, los S prefieren víctimas aseguradas
a víctimas no cubiertas. “Los secuestradores saben que la captura de estas víctimas (aseguradas) les
garantiza el pago de una suma considerable por el rescate”. Pax Christi (2002) p. 100. Seis, para una Cx
que ha decidido asegurarse, es claro que una política de pólizas que no cubra a la totalidad de sus
empleados –por lo menos en ciertas categoría básicas como nacionales/extranjeros, o
ejecutivos/operarios- es inocua puesto que la dejaría expuesta al riesgo de enfrentar una negociación de
secuestro, que es precisamente lo que, al asegurarse, ha mostrado querer evitar. De hecho, con la
disculpa del necesario anonimato que se debe guardar al tomar una póliza “las empresas generalmente
no aseguran a la persona natural sino al cargo que detenta la persona”. Pax christi (2002) p. 96.
Guardadas proporciones, una Cx que tomara un seguro tan sólo para sus altos ejecutivos sería tan

32
consiste, para las compañías extranjeras, en esconder, o mimetizar, a sus
peces gordos asegurados, y para los secuestradores en tratar de pescarlos
136
.

La facultad que muestra esta sofisticada industria para estratificar a los
empleados de acuerdo con la póliza que se paga por ellos, y los
correspondientes rescates diferenciales en caso de un siniestro, no sería más
que una funesta prolongación del principio del pago de acuerdo a la
productividad marginal. Y la capacidad para extender las leyes del mercado a
la actividad del secuestro estaría sustentada en la acumulación de información
sobre casos en distintas partes del mundo y, por esa vía, por el establecimiento
de niveles de tarifas de acuerdo con los cargos. No es fortuito que, en este
turbio mercado, cada compañía aseguradora maneje sus casos siempre con
los mismos negociadores 137. Tampoco parece casualidad que en esa nueva
actividad financiera las negociaciones de pago de rescate funcionen de manera
particularmente fluida 138. Como ventajas secundarias para las compañías
estaría la mayor facilidad de descontar tributariamente los pagos de pólizas que
los de rescates o extorsión 139.

Lo que resulta asombroso es que para tratar de romper esa insólita maraña de
negocios situados en la frontera de lo criminal, con negociadores ya

insensata como una familia que asegurara al jefe del hogar dejando por fuera de la póliza a los hijos. Por
eso las primas que se venden a particulares cubren por lo general a la familia entera. En síntesis, se
puede plantear que en la ampliación del seguro antisecuestro hacia el cubrimiento de la totalidad de los
empleados convergen los intereses de las compañías extranjeras, de los secuestradores y, por supuesto,
de los intermediarios institucionalizados de la industria. Es por lo tanto razonable predecir que hacia allá
converge el mercado.
136
Y, paralelamente, inducir a las empresas aseguradas a incluir en las pólizas a la categoría de
empleados que aún están por fuera del esquema y, a aquellas empresas que no lo han hecho, a participar
en el juego.
137
“Hiscox utiliza los servicios del Control Risks Group, CRG; AIG, los de Kroll; y Chubb, los del grupo
Ackerman .. El consorcio PIA-Nassau Europa, ofrece a su vez serviciso de seguros que están ligados con
Corporate Risk international”. Pax Christi (2002) p. 97
138
A pesar de todo el misterio que rodea estas pólizas, para los secuestradores una señal de que una
determinada víctima está asegurada es que la negociación cae inmediatamente bajo la responsabilidad
de un experto extranjero. Este negociador a su vez, puede aferrarse a una tarifa predeterminada, a una
especie de precio de mercado que no da mayor margen para el regateo. La pretensión, por parte de los
intermediarios institucionalizados, de que la facilidad con que se resuelven esos casos es el simple
resultado de la capacidad negociadora de los expertos (Pax Christi (2002) p. es poco convincente.
139
Algunos tributaristas consultados señalan que la DIAN no reconoce deducciones por pago de
secuestros ni de extorsiones. Incluso se sabe de algunos contribuyentes que les han rechazado
deducciones por gastos corrientes de seguridad personal, como guardaespaldas, etc.  con el argumento
de que no son directamente necesarios para el desarrollo de la actividad productiva y por lo tanto
no deben afectar el ingreso fiscal de la compañía. El pago de un seguro antisecuestro, que puede estar
incluido en una póliza global, debe enfrentar menos reticencias, sobre todo ahora que tales pólizas han
vuelto a ser legales.

33
institucionalizados, se siga insistiendo en hacer entrar en razón a los guerreros
y, simultáneamente, se allane cada vez más el camino legal a las finanzas del
negocio 140.

4 – UN DELITO PECULIAR

Está haciendo carrera tanto en los medios de comunicación como en algunos
trabajos académicos la idea de que el secuestro es un negocio más, que debe
ser analizado con las herramientas tradicionales de la economía 141. Tanto
desde el punto de vista del grupo agresor, como el de la víctima, como de las
autoridades que buscan enfrentarlo, la pretensión de asimilar el secuestro a
una simple actividad económica no resiste un análisis detallado. Tampoco
parece adecuado establecer una tajante distinción entre los secuestros
económicos y los políticos. En buena parte de los casos se da una compleja y
variada mezcla de móviles, como bien lo ilustra un comandante del ELN
cuando uno de los rehenes de un secuestro masivo le pregunta si se trata de
un asunto económico o político: “Primero, es retención, y segundo, no
sabemos. Puede ser político o también puede ser económico … O pueden ser
los dos. La verdad es que eso yo no lo sé”  142.

La mayor incongruencia de este planteamiento es que para que el secuestro se
consolide como una industria se requiere que sus ejecutores estén afiliados a

140
Insólitamente, la Ley 733 de 2002 derogó del Código Penal la prohibición de las pólizas antisecuestro y
el pago a negociadores. “Lo curioso es que la norma se cayó silenciosamente en el último debate, con un
mico embutido en el último artículo que dispone la vigencia de la ley.  Según varias fuentes consultadas
por SEMANA, aseguradores presionaron duro para que se les permitiera actuar abiertamente en
Colombia, por entonces, en 2001, un «atractivo mercado» de 10 secuestros diarios en promedio”. Ver
“Secuestros Inc.” Semana Nº 1119, Octubre 12 2003. Ver también la columna de opinión de Salud
Hernández-Mora en la que señala, sorprendida, cómo el mismo responsable de este “mico” propone
meses más tarde la congelación de bienes de los secuestrados. “El Alzheimer de Vargas Lleras”. El
Tiempo, Septiembre 27 de 2003
141
Tal vez el trabajo más representativo de esa tendencia es el de Briggs (2001). El estudio de Pax Christi
(2002), aunque por su título y su carátula con un inmenso signo $ podría ser clasificado en esa categoría,
lo es bastante menos: en realidad el título no corresponde ni a la orientación general del trabajo, ni a la
sutileza del análisis, ni a  la copiosa evidencia que aporta para dejar claro que se trata de algo más
complejo que un negocio cualquiera. Sorprendentemente, el informe Callejón con Salida – UNDP (2003)
sobre el conflicto colombiano adopta la teoría económica del crimen tanto para el análisis del secuestro
como en las recomendaciones para enfrentarlo. A pesar de que se reconoce que los principales autores
son los grupos subversivos, en la respectiva sección no se hace alusión a los complejos vínculos entre el
secuestro, aún el económico, y los procesos de diálogo con la guerrilla. Se propone, por ejemplo, la
“desarticulación de bandas y redes criminales”, como si el bulto del problema fuese de delincuencia
común.
142
La pregunta la hace uno de los cautivos del avión Fokker de Avianca proveniente de Bucaramanga y
secuestrado el 12 de Abril de 1999. Kalli (2000) p. 15

34
una férrea organización, con características políticas, con un alto grado de
adoctrinamiento orientado, precisamente, a minimizar la búsqueda de
beneficios particulares en aras de los intereses del grupo. No es coincidencia
que, como se señaló, la expansión del secuestro en América Latina se haya
dado en forma paralela a la de los grupos guerrilleros. Tampoco es casualidad
que, en Colombia, la geografía del secuestro, incluso la del apresuradamente
atribuido a la delincuencia común, sea la del conflicto armado. La simple
agregación de delincuentes individuales puede conducir a la generalización del
llamado secuestro express, que no es más que una sofisticación del atraco
callejero. Pero la consolidación del secuestro –con cautiverio de rehenes y
prolongada negociación del rescate- requiere altos niveles de organización,
respaldados por una ideología compartida 143. Por algo se ha dado
universalmente en contextos de guerra.

Por otra parte, el hecho que una organización política practique secuestros
puramente económicos para financiar sus actividades no debe llevar a la
asimilación de esa organización a una empresa capitalista. La ETA, por
ejemplo, ha realizado varios secuestros económicos 144, practica
corrientemente la extorsión 145 y sería insólita la pretensión de que se trata de
simples negociantes. La magnitud de las cifras obtenidas como rescates por los
Montoneros no permite concluir que estaban buscando dinero como
delincuentes comunes o haciendo negocios como empresarios. El dinero
obtenido con los secuestros –un medio- tenía para el grupo subversivo

143
Los otros dos mecanismos disponibles para aglutinar a las bandas de secuestradores –los incentivos
monetarios y la capacidad de chantaje mutuo- son más frágiles y menos eficaces. El primero de ellos,
además, requiere de una capacidad económica que no está al alcance de cualquier grupo criminal. Al
respecto, vale la pena señalar el abismal contraste entre los sicarios encargados de los cautivos de Pablo
Escobar y los modestos jóvenes campesinos que cuidan rehenes de la guerrilla. Para los primeros son
frecuentes las alusiones a los inagotables flujos de dinero con que cuenta la organización. “Por la plata no
se preocupen (había dicho uno de los guardianes) que eso es lo que sobra … Aprovechen muchachos y
pidan lo que quieran. Se demora un poco por el transporte pero en doce horas podemos satisfacer
cualquier pedido …Tenían tal desprecio por la plata, que Richard Becerra les vendió de entrada unos
lentes para el sol y unas chaquetas de camarógrafos por un precio con el que podía comprar cinco
nuevas” García Márquez (1999) pp. 66 a 68.
144
Con el primer secuestro conocido de ETA, el del cónsul alemán en San Sebastián en 1970, se obtuvo
el pago de un jugoso rescate. Desde entonces “apareció la primera pintada etarra de ETA Paga o Muere
… la cúpula de ETA asume que el secuestro es mucho más rentable y productivo que los continuos
atracos y asaltos bancarios … el secuestro ha sido el compañero inseparable del impuesto etarra”. Baeza
(2002) pp 23 a 25. Énfasis en el original
145
De hecho, la mitad de los atentados terroristas en lo corrido del 2003 han tenido por finalidad presionar
a empresarios vascos que se niegan a pagar el llamado impuesto revolucionario. Ver “Oleada de ataques
en busca de dinero”. El País, Octubre 19 de 2003.

35
argentino un objetivo bien definido: hacer la guerra para alcanzar el poder 146.
Entre los guerrilleros latinoamericanos, el de los Montoneros no era percibido
como un grupo con riqueza sino con poder 147. Una buena parte de los fondos
obtenidos por los grupos colombianos también se ha dedicado a la compra de
armas, que es lo que hace peculiares las actividades de la subversión.

Fuera de esta objeción básica –confundir los medios con los fines- para
Colombia son dos los argumentos en contra del planteamiento del secuestro
como negocio: el uso político de tal práctica por parte de grupos criminales
tradicionalmente considerados negociantes y, por otra parte, la estrecha
asociación que ha existido entre el secuestro, incluso el extorsivo, y los
procesos de paz.

4.1 – Alzando peces gordos 148

Con relación al uso del secuestro como herramienta política merece especial
atención el descomunal enfrentamiento que libró Pablo Escobar en contra de la
extradición de colombianos. Aunque este ya era un tema debatido desde las
épocas de la constitución del MAS, y había sido el caballo de batalla de Carlos
Lehder, el liderazgo de Escobar en ese frente ya es claro en Noviembre de
1986, cuando los llamados extraditables hacen público un comunicado que
contiene cinco reivindicaciones de indudable estirpe política 149. A raíz de la

146
De acuerdo con declaraciones posteriores de uno de los miembros del grupo los U$ 60 millones del
caso Born se utilizaron para “invertir en la política militar, fabricando armamentos. Buscamos desarrollar
una tecnología e industria propias. Queríamos formar un estado paralelo … Depositamos en el banco de
Graiver 16.825.000 dólares y otra parte fue a Cuba. En el banco Nacional de Cuba quedaron depositados
unos 15 millones de dólares … (los 30 millones restantes) … Se usaron para mantenernos en la
clandestinidad. Además muchos políticos de la Argentina y Latinoamérica usufructuaron de ese dinero.
Mucho se usó en la campaña que se hizo en Europa contra Videla”. Entrevista al ex Montonero Martínez
Agüero, en el diario Los Andes de Mendoza del 30/5/99. «Apéndice 5 de la causa judicial de las Finanzas
de los Montoneros». http://foros.abc.es/forosabcd/Forum3/HTML/000257.html
147
Como lo expresa con claridad un líder de la guerrilla salvadoreña, que, en su opinión tuvo”una relación
muy estrecha” con los argentinos. “Conocimos toda la experiencia del frente de masas del Movimiento
Peronista Montonero en 1977, que fue el movimiento de la clase obrera más poderoso de América
Latina”. Cienguegos (1993) p. 14. Subrayado propio.
148
“Alzando peces gordos es la única manera de lograr negociación”, un lema sugerido por su cuñado
Mario Henao, habría sido  la inspiración de la campaña de secuestros emprendida por Pablo Escobar
para tumbar la extradición.
149
(1) No extradición como asunto fuera de discusión, (2) repatriación de colombianos detenidos en el
exterior pues estaban siendo discriminados y sometidos a abusos, (3) penalización a los establecimientos
educativos que discriminaran contra sus hijos, (4) un llamado de la Iglesia a los medios de comunicación
para que dejaran de llamarlos traficantes, asesinos o delincuentes mientras no fueran condenados y (5)
que los jueces fueran promovidos por sus méritos profesionales y no por sus intereses políticos. Strong
(1995) p. 151

36
detención y posterior liberación de uno de sus socios, Escobar emprende dos
guerras paralelas: contra el Estado y contra el Cartel de Cali 150. En el primer
frente, inicia la ofensiva de secuestros en 1988 151. A finales del año siguiente,
los plagiados fueron el hijo del secretario general de la presidencia y una
hermana del yerno del presidente Virgilio Barco. Luego de la mediación de una
comisión de notables 152 se llega a un acuerdo informal 153 que no se puede
cristalizar, aparentemente por presiones del gobierno americano; buscando
forzar el trato, Escobar libera a los rehenes y al no obtener nada a cambio se
siente traicionado por incumplimiento 154 y arrecia su guerra contra el Estado
colombiano.

Para permanecer en el ámbito de este trabajo, ya que la ofensiva se hizo en
múltiples frentes, se puede hablar de una verdadera cacería de rehenes por

150
En medio de crecientes discrepancias con el Cartel de Cali, y la percepción de que sus miembros
recibían un trato judicial, político y mediático más favorable, la respuesta de Escobar a la detención de
Jorge Luis Ochoa en una carretera del Valle del Cauca en Noviembre de 1987, cuando se dirigía a una
cumbre en la cual quedaba formalizada la ruptura de los carteles, fue el intento de secuestro del director
del diario El Colombiano, Juan Gómez Martínez, con una amenaza de guerra total en caso de que Ochoa
fuese extraditado.“Le comunicamos que en la noche de hoy quisimos tomarlo como rehén, con el único fin
de que usted sirviera de intermediario para enviar al gobierno un mensaje de nosotros LOS
EXTRADITABLES. Hemos tenido conocimiento de que el gobierno trata por todos los medios posibles de
extraditar a los Estados Unidos al ciudadano Jorge Luis Ochoa. Esto constituye para nosotros el más vil
de los atropellos .. Queremos hacer saber al gobierno que en el caso de que el ciudadano Jorge Luis
Ochoa sea extraditado a los Estados Unidos, declararemos una guerra total y absoluta contra toda la
clase política dirigente del país”. Comunicado a Juan Gómez Martínez de Noviembre 22 de 1987 trascrito
por Cañón (1994) p 157. La víctima de esta tentativa de secuestro empieza a liderar un movimiento de
opinión a favor del diálogo con los narcotraficantes. A pesar de que Ochoa fue posteriormente liberado,
Escobar inicio su guerra contra lo que percibía eran dos enemigos suyos aliados entre sí. Estaba seguro,
por ejemplo, que la captura de Ochoa había sido el resultado de una delación de los de Cali.
151
La condición para la liberación de la primera víctima, el entonces candidato a la alcaldía de Bogotá
Andrés Pastrana, era que iniciase una campaña en contra de la extradición. Pastrana fue secuestrado por
un comando que se hizo pasar como del M-19 el 19 de Enero de 1988. “Es verdad que son del M-19?” les
habría preguntado Pastrana, y ante la respuesta afirmativa habría dicho “Menos mal que no estoy en
manos de narcotraficantes”. Salazar (2001) p. 191. Los objetivos iniciales, fuera de Pastrana, eran
Mauricio Gómez, director de un noticiero e hijo de Alvaro Gómez, y el Procurador Carlos Mauro Hoyos,
que resultó muerto en el operativo. Strong (1995) p. 171 sugiere que Pastrana era percibido por Escobar
como uno de los representantes de la alianza entre el Cartel de Cali y la élite política bogotana.
Anteriormente, ya había secuestrado al senador Federico Estrada –organizador de una reunión de los
narcos con políticos liberales en el Hotel Intercontinental de Medellín- a quien había comprometido con su
liberación a trabajar en contra de la extradición. Una vez en libertad, Estrada fue asesinado. Salazar
(2001) p. 190 y 193
152
Conformada por tres ex presidentes, un cardenal y el secretario de la presidencia cuyo hijo estaba
secuestrado.
153
Escobar liberaría a los rehenes y se entregaría, “aceptando el triunfo del Estado” a cambio de ciertas
garantías legales y constitucionales.
154
Strong (1995) p. 234. Un aspecto insólito de este incidente es que Escobar anuncia que ya está en
marcha un operativo, contratado con la ETA, para asesinar al ex ministro de Justicia Enrique Low Murtra y
que le resultaba difícil parar la orden. Salazar (2001) p. 234. La noción de un incumplimiento fue
generalizada como interpretación del posterior secuestro de Marina Montoya, hermana del secretario
general de la presidencia durante la administración Barco. De acuerdo con García Márquez, uno de los
hijos de la secuestrada “hizo la misma interpretación de todo el mundo: su madre había sido secuestrada
como represalia por el incumplimiento del gobierno a los acuerdos entre Germán Montoya y los
extraditables”. García Márquez (1999) p. 40

37
parte de Escobar, no sólo entre las familias más ricas de Antioquia sino entre
personas vinculadas al gobierno y a los medios de comunicación. El que sería
un largo y tenaz forcejeo arranca el mismo mes de la posesión del presidente
Gaviria con el secuestro de ocho periodistas, entre los cuales está Diana
Turbay, hija de un ex presidente 155. Sin estar enterado aún que se trataba de
un secuestro  el gobierno emite un primer decreto de sometimiento a la justicia
156
. Insatisfecho con su contenido, Escobar repica con dos secuestros más 157.
A las pocas semanas se expide un nuevo decreto 158 que tampoco deja
contento al capo: refuerza su posición con otro doble secuestro 159. En este
punto, se crea una nueva comisión de notables 160 que hacen las veces de
mediadores y que, con algunos rodeos, abren la posibilidad de un tratamiento
político para los narcotraficantes 161. Reconociendo este significativo cambio de
estatus, Escobar libera a tres de los periodistas y el gobierno responde con un
tercer decreto 162, que tampoco satisface del todo al capo 163. A finales de

155
Al igual que en el caso Pastrana, quienes se llevan a los rehenes hacen creer que están vinculados a
la guerrilla, en este caso al ELN. Para este secuestro ni siquiera fue necesario utilizar las amenazas sino
que se prometió a los periodistas la posibilidad de una entrevista con el cura Manuel Pérez, líder del
grupo. La preparación y ejecución del operativo fue tan precisa, y las víctimas eran tan experimentadas en
manejo de temas subversivos que bien parecía un secuestro realizado por el mismo ELN para posterior
entrega de los rehenes a Escobar. Esta hipótesis fue lanzada por El Tiempo y desmentida por los elenos
luego. Los detalles del incidente se encuentran en el relato “No la pude salvar” de Nydia Quintero de
Turbay, madre de Diana, en VVAA (1994).
156
El 2047 del 99 el día 5 de Septiembre. En lo que se puede considerar la versión oficial de estos
sucesos Rafael Pardo plantea que el decreto y el secuestro no estaban relacionados y que este último se
“habría planeado con ciertos propósitos, pero el curso de los acontecimientos habría obligado a sus
autores a modificar su objetivo”. Pardo (1996) p. 272. A pesar de lo anterior es claro que uno y otro,
limpios de arandelas, tenían que ver con el meollo de la batalla de los narcos, la extradición.
157
El de Marina Montoya, hermana de Germán Montoya, secretario de la presidencia del gobierno
anterior y el de Francisco Santos, de la familia propietaria del diario El Tiempo.
158
El 2147 de 1990, expedido el 8 de Octubre, que “precisó las condiciones en las que se garantizaría la
no extradición para quien se entregara”. Pardo (1996) p. 276
159
De la cuñada del ex candidato presidencial Luis Carlos Galán, Maruja Pachón, esposa del congresista
Alberto Villamizar, y de una hermana de este. Alrededor del plagio de la primera se desarrolla la Noticia
de un Secuestro de Gabriel García Márquez.
160
Integrada por los ex presidentes Misael Pastrana y Alfonso López Michelsen, por el cardenal Mario
Revollo y por Diego Montaña Cuellar, presidente de la Unión Patriótica.
161
En un memorando entregado al gobierno los notables plantean que “el narcotráfico o narcoterrorismo
es un delito sui géneris que ha ido evolucionando en los últimos años hasta convertirse en un delito
colectivo cuyas características lo distinguen de otros procedimientos criminales. El delito común es por lo
general, la obra de un solo individuo … el delito político, en cambio, no es concebible sino como un delito
colectivo … El narcotráfico había sido tradicionalmente un delito individual … Con el tiempo, como lo
comprueba el caso colombiano, el delito del narcotráfico es en la práctica un hecho colectivo”. Citado por
Cañón (1994) p. 268. Curiosamente, Pardo (1996) no menciona este memorando, aunque si habla de que
el abogado Guido Parra,  intermediario de las pretensiones de los extraditables, “impulsó la sofisticada
tesis –cuya autoría para mí no es clara- de que el narcotráfico era un delito colectivo y sui generis, que
estaba en la frontera entre el delito común y el político”. Pardo (1996) p. 278. De acuerdo con García
Márquez (1999) p. 105, la autoría de la figura del delito sui generis habría sido del expresidente Alfonso
López Michelsen.
162
El 3030 del 17 de Diciembre de 1990 que “especificaba la garantía absoluta de no extradición para
quien se entregase, aun si el delito por el cual se le solicitaba no hubiese sido confesado”. Pardo (1996) p.
276.

38
enero del año siguiente, y tras la muerte de Diana Turbay, el gobierno expide
un cuarto decreto 164, hecho casi a la medida de Escobar. El proceso de
intercambio de rehenes por sucesivas modificaciones al régimen penal
colombiano sólo concluye con la entrega del capo cinco horas después de que
en la Asamblea Nacional Constituyente se aprobara incluir en la carta magna la
no extradición de nacionales. Aunque la versión oficial de los hechos no
reconoce el vínculo entre el Artículo 35 de la Carta Política 165 y los rehenes de
Escobar, o su entrega a las autoridades precisamente el día de su aprobación
por la asamblea constituyente 166, existen varias razones para pensar que esto
fue algo más que una simple coincidencia. En primer lugar, desde finales del
Gobierno anterior, Escobar había manifestado su interés por una asamblea
constituyente que pudiera ocuparse de cualquier tema, como la extradición 167.
Por otro lado, a pesar de que, en las declaraciones públicas, tanto el gobierno
como connotados políticos mantenían una posición firme para mantener la
extradición, dentro de la asamblea se respiraba un ambiente de desconfianza,
e incluso temor para debatir el tema 168. Tercero, en las discusiones de la

163
En palabras de Alberto Villamizar, cuya esposa y hermana seguían cautivas, las modificaciones
hechas hasta ese momento aún “dejan abiertas puertas como intento de fuga, delitos desde la prisión,
como causal de extradición … se necesita un decreto que diga que si Escobar se entrega a la justicia y
confiesa un delito no debe ser extraditado”. Citado por Salazar (2001) p 272.
164
El 303 del 29 de Enero de 1991. Pardo (1996) relata como “el gobierno decidió hacer una nueva
modificación de la política” al expedir ese decreto que “corrió el límite de los beneficios de la entrega
hasta la fecha misma de la presentación ante la justicia del individuo que se acogiera”. Más adelante es
aún más enfático al afirmar que “las modificaciones a los decretos fueron hechas de manera soberana,
atendiendo planteamientos lógicos y sin ser forzados”. A pesar de lo anterior, reconoce que la última
modificación había sido “una reiterada petición pública de Guido Parra” y que “Doña Nydia Quintero de
Balcázar (la madre de Diana Turbay) “había insistido en esa modificación por considerar que permitiría la
liberación de los rehenes”. Pardo (1996) pp. 291 y 305. Otras versiones son aún más explícitas en señalar
estos decretos como el obvio resultado de la presión de los rehenes. “Parra había prometido al gobierno y
a los familiares que con esa modificación (la del decreto 303) liberarían a los rehenes”. Salazar (2001) p.
272
165
Mediante el cual “Se prohíbe la extradición de colombianos por nacimiento. No se concederá la
extradición de extranjeros por delitos políticos o de opinión. Los colombianos que hayan cometido delitos
en el exterior, considerados como tales en la legislación nacional, serán procesados y juzgados en
Colombia”. Citado por Pardo (1996) p. 301
166
“No hubo, en lo que me consta, relación entre la entrega de Escobar y la eliminación de este
instrumento en la carta Política”. Pardo (1996) p. 305
167
En el último de sus comunicados durante el gobierno Barco, Escobar manifestaba “que en cuanto al
tema de la Asamblea Nacional Constituyente estamos de acuerdo con los planteamientos de la UP (Unión
Patriótica) en el sentido de que debe ser autónoma y no puede haber temas de prohibida discusión y que
las decisiones tampoco deben ser limitadas por acuerdos internacionales. Que recordamos al pueblo de
Colombia que la mayoría de las Constituciones de los países prohíben la entrega de sus compatriotas:
Alemania, España, Brasil, México, etc., etc.” Citado por Cañón (1994) p. 250.
168
Tal vez el testimonio más diciente del enrarecido ambiente que se respiraba en las comisiones primera
y cuarta de la Constituyente en dónde se estudiaba el tema es el de Mª Mercedes Carranza quien en una
de las pocas discusiones se levantó con un diccionario en la mano “Debate: controversia sobre una cosa
entre dos o más personas. Aquí lo único que se puede hacer es la apología de la no extradición, porque
no existen garantías para pronunciarse con libertad sobre el tema, y por lo tanto esto no es un debate”.
Citada por Castillo (1996) p. 176

39
constituyente se hizo explícito el vínculo entre la eventual aprobación de la no
extradición y el cese de hostilidades por parte de los narcos 169. Cuarto,
algunos observadores informados vieron clara la conexión, varios meses antes
de que se entregara Escobar 170.

La causalidad entre los rehenes y la aprobación de la no extradición en la
Constituyente no es tan nítida como aquella con los decretos de sometimiento.
Para los últimos,  resultan transparentes como indicios el estrecho seguimiento
que los familiares de las víctimas cautivas hicieron de las sucesivas versiones
de los decretos, la presión que continuamente ejercieron sobre el gobierno para
su modificación y los canales de comunicación que se establecieron a través
de ellos entre el capo y el gobierno 171. Para la constituyente, la asociación con
los plagios estuvo contaminada por otros mecanismos, como el soborno
directo, y por organizaciones diferentes a la de Escobar, como el Cartel de Cali
172
.  La conjetura que se puede hacer es que el rescate exigido por Escobar a
cambio de la liberación de los rehenes era el mutismo y la inacción de la
administración Gaviria ante lo que estaba ocurriendo alrededor de la no
extradición en la Asamblea Constituyente. Una explicación razonable y
parsimoniosa del insólito comportamiento del gobierno es que tenía el estrecho

169
“Si nosotros aprobamos la no extradición de colombianos estaremos terminando una guerra que hace
rato empezó” habría dicho un penalista, miembro de la comisión cuarta, que, simultáneamente
“apoderaba al narcotraficante .. condenado por el asesinato del periodista Don Guillermo Cano Isaza”,
director del diario El Espectador, promotor de la lucha contra el narcotráfico. Castillo (1996) pp. 172 y 173.
170
Poco después del secuestro de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar, Diego Montaña Cuéllar, de la
comisión de notables, manifestaba a Alberto Villamizar “No te olvides que esto va para largo … Por lo
menos para junio del año entrante, después de la Asamblea Constituyente, porque Maruja y Beatriz serán
el escudo de Escobar para que no lo extraditen”. García Márquez (1999) p. 34
171
En particular, el gobierno estaba enterado, casi en línea, de las conversaciones de Alberto Villamizar
con el clan Ochoa y, a través de ellos, de las pretensiones y reacciones de Escobar. También estuvo al
tanto de las reuniones de Nydia Quintero con las Ochoa y con la cuñada de Pablo Escobar. Ver García
Márquez (1999) pp. 103 y 104
172
Como indicios del soborno a la constituyente está, en primer lugar, el famoso “narcovideo”: una
grabación que se hizo pública algunos meses más tarde, en la cual aparece Humberto Feisal Buitrago
“uno de los abogados más antiguos de Pablo Escobar” entregando U$3.200 a Augusto Ramírez Cardona,
antiguo miembro del M-19 e integrante de la asamblea, “a  cambio de su voto por la no extradición. Según
el diálogo, 36 delegatarios ya habían aceptado el dinero y estaba cuadrada la Comisión IV, la de justicia”.
Castillo (1996) p. 179.  Pardo analiza en detalle el incidente para concluir que, en realidad, se trataba de
un montaje de las autodefensas: “era una operación ,se me dijo, encaminada a desprestigiar al jefe del
cartel”. Pardo (1996) p. 294. Castillo (1996) p. 178 también reporta, como segundo indicio del soborno,
una visita que hicieron dos constituyentes al presidente Gaviria  la víspera de la votación para
manifestarle que “era rumor público entre los constituyentes el pago de sobornos por los votos”.  Por
último estarían los cargos criminales hechos contra uno de los líderes del Cartel de Cali en una corte del
sur de la Florida: “In or about early 1991, MIGUEL RODRIGUEZ-OREJUELA caused the delivey of a
number of payoffs to members of the 1990-1991 Colombian Constitutional Assembly for their votes
against the inclusione of a provision permitting the extradition of Colombian nationals in the Colombian
Constituton”. Transcrito por Castillo (1996) p. 207

40
margen de maniobra que da un secuestro 173. Una vez pagado el rescate –en
este caso no entorpecer la aprobación de la no extradición- son liberados los
rehenes y se entrega Escobar 174.

El blindaje legal que logró Pablo Escobar contra la extradición a punta de
plagios es pertinente para la adecuada comprensión del fenómeno del
secuestro en Colombia, y en particular de sus complejas interrelaciones con las
negociaciones políticas, por varias razones. Primero, porque desafía las
aproximaciones simplistas a la actividad que, como se señaló, plantean que se
trata de un negocio como cualquier otro. Incluso para el prototipo del
empresario del bajo mundo, queda claro que la dimensión económica del
secuestro fue muchas veces una cuestión secundaria, más un medio para sus
guerras –impulsadas no sólo por su interés en el negocio sino por orgullo,
ajuste de cuentas, venganzas o líos de faldas 175- que un fin en si misma.
Segundo, porque deja claro que la naturaleza económica o política de un
evento es más una cuestión del tamaño y poder relativo de las partes envueltas
que de sus intenciones. Una serie de secuestros con los cuales, incluso si se
cobran rescates económicos, se logra alterar el código penal, e incluso la
Constitución, de un país es un evento político como el que más, en forma
independiente de la motivación inicial del autor de los plagios. Tercero, por el
claro efecto demostración que tuvo sobre los demás grupos armados este

173
Fuera del incomprensible silencio en materia de extradición ante la Asamblea por parte de un gobierno
que, heredero del movimiento de Luis Carlos Galán, había manifestado que confrontaría el narcotráfico
sin concesiones, y de la falta de respuesta a la visita de los constituyentes manifestándole que la
respectiva votación estaba viciada por los sobornos, está la aún más insólita actitud ante la evidencia del
narcovideo. En respuesta a un editorial del El Espectador, Gaviria manifestaba que “conocí
oportunamente de la existencia del mencionado video, mas no de su contenido íntegro. Consideré
entonces, y sigo considerando hoy, que no es función del presidente de la República revisar el contenido
de material probatorio recolectado por las autoridades en desarrollo de una investigación”. Castillo (1996)
p. 179. En otros términos, un hábil estadista había decidido desinformarse, para que las cosas turbias
ocurrieran a sus espaldas.
174
Aunque la liberación de los últimos rehenes fue anterior a la aprobación de la no extradición en la
Constituyente, era claro que Escobar tenía asegurada la inacción del Gobierno a  través de Villamizar. En
este contexto, las declaraciones de Joe Toft, antiguo director de la DEA en Colombia comentando el
episodio sorprenden no sólo por lo irreverentes sino por la falta de consideración de un aspecto tan crucial
como el de los rehenes que aún quedaban en manos de Escobar. “Here was clear evidence that the
assembly was being bribed and if that had been revealed at the time it could have defeated the anti-
extradition effort … either Gaviria was bought, or he was a wet noodle”. Citado por Strong (1995) p. 251
175
De acuerdo con Salazar la razón última del rompimiento entre los carteles de Cali y Medellín, aducida
por los mismo Rodríguez Orejuela, habría sido un incidente de infidelidad entre el Negro Pabón, que
trabajaba para Escobar y un hombre del cartel de Cali apodado Piña. El primero descubrió que su mujer
le había sido infiel con el segundo y, con el respaldo de Pablo Escobar, “le pidió a Pacho Herrera que le
entregara a Piña. Herrera no sólo se negó sino que apoyó a piña para que le diera muerte a Pabón”.
Salazar (2001) p. 182

41
incidente que mostraba con claridad todo lo que se podía lograr “alzando peces
gordos”. Tácticas primitivas, como la de amenazar o sobornar jueces,
resultaban ahora inocuas si se podía, mediante plagios, modificar el régimen
legal. Esta lección la aprendieron con claridad los grupos subversivos 176. No
deja de sorprender que, en forma paralela a la batalla de Escobar contra la
extradición, el tema que se ha vuelto obsesivo para las FARC sea la ley de
canje. Individuos que abierta y explícitamente manifiestan estar por fuera de las
leyes 177 terminan orientando su guerra hacia la protección legal a sus
actividades.

4.2 – Una eficaz herramienta para el diálogo

El monstruoso uso del plagio para obtener réditos políticos hecho por Escobar
no es un incidente aislado en la historia del secuestro en Colombia. Se trata,
por el contrario, de la caricatura, evidentemente extrema, de buena parte de los
diálogos, negociaciones y procesos de paz que en las últimas dos décadas se
han dado en el país con diversos grupos armados y que han estado
inextricablemente ligados al secuestro. Con un secuestro se iniciaron, o con un
secuestro acabaron, varios diálogos y esfuerzos por buscar la paz con los
grupos armados. Por otro lado, a lo largo de tales procesos uno de los
principales obstáculos ha sido el tema de los secuestros, importante fuente de
inconsistencias y tal vez la mayor fuente de ilegitimidad de las negociaciones.
El dilema básico que han enfrentado los distintos gobiernos ha sido la
necesidad de rechazar y condenar públicamente la práctica del secuestro y,
simultáneamente, mostrarse abiertos al diálogo con los autores de tal conducta.

La toma de la embajada de la República Dominicana por parte del M-19 fue
percibida por sus miembros como el paso inicial y definitivo para los diálogos

176
La respuesta del Mono Jojoy, jefe militar de las FARC, a la pregunta de un periodista que le anota que
“juristas serios plantean que sólo haciéndole un esguince a la Constitución se podría aprobar la ley de
canje que ustedes están solicitando” no podía ser más gráfica: “Si no se puede la ley de canje, tocará que
algunos de la clase política acompañen a los soldados (secuestrados), para que salgan en el canje. Si no
quieren por las buenas tocará por otros medios. Pero esa ley debe salir”. “Habla el Mono Jojoy”, Semana
Nº 871, Enero 11 de 1999. No quedan mayores dudas sobre cuales serían las pretensiones de las FARC
en materia de canje en el momento en que estuviera reunida una asamblea constituyente.
177
“A nosotros nos importan un carajo la Constitución y las leyes, porque estamos fuera de ellas”. Ibid.

42
de los insurgentes con el Estado colombiano 178. Es difícil desconocer la
asociación entre este incidente y un giro en el tratamiento penal contemplado
para los grupos subversivos 179. También se puede situar allí el inicio de
sucesivas conversaciones con los grupos subversivos para la búsqueda de la
paz 180. Uno de los puntos críticos para el reconocido fracaso de la propuesta
inicial de amnistía de la administración Turbay –no se entregó ningún
guerrillero- era que no abarcaba los llamados delitos atroces, como el
secuestro 181.

El gobierno de Belisario Betancur presentó un nuevo proyecto de amnistía, más
amplia y con mayor respaldo político que la de los frustrados intentos anteriores
182
. Este nuevo esfuerzo, aunque criticado en los medios por haber estimulado
una escalada de la violencia y del secuestro 183, no fue bien acogido

178
“Cuando la oligarquía no puede solucionar el problema de la Embajada, el M-19 plantea por primera
vez una propuesta de paz .. Es cuando Jaime Bateman plantea ..”el problema de la Embajada lo
resolvemos en cinco minutos, pero sentémonos a hablar de los problemas del país” … Por primera vez en
Colombia, después de 25 años, la palabra paz, la palabra negociación vuelve a estar en la boca de los
colombianos y es el movimiento armado el que levanta, desde posiciones de dignidad y desde posiciones
de fortaleza el problema de la paz”. Entrevista a Alvaro Fayad en Álape (1985) p. 332
179
De acuerdo con el mismo Alvaro Fayad, parte integral de la negociación de la Embajada incluyó,
además de la aceptación de una veeduría de Amnistía Internacional al Consejo de Guerra, “un  llamado a
la OEA para que el Comité de Derechos Humanos haga un juicio sobre Colombia”. Álape (1985) p. 332.
180
El 23 de Julio de 1980, o sea menos de tres meses después del desenlace de la toma de la Embajada
(abril 27) el Gobierno Turbay, que dos años antes había expedido el severo y controvertido Estatuto de
Seguridad, presentaba al Congreso un proyecto de Ley por el cual se concedía una primera amnistía
condicional, que después de varios cambios y modificaciones condujo a la ley de Amnistía de la
Administración Betancur (Ley 35 de Noviembre de 1982), que es la que abrió la puerta a los procesos de
paz. También en la Administración Turbay se creó una primera Comisión de Paz. Esta comisión propuso
una amnistía  que cobijaría a los militantes del M-19 y “que se haría extensiva a los delitos conexos con la
sedición (extorsión y secuestro)”.  Después de discusiones con diferentes sectores políticos y militares, el
presidente Turbay rechazó el proyecto por considerar que “contravenía ‘la conducta que el ejército ha
observado durante los últimos cuatro años’”. Semana, No. 2, junio 14 de 1982, “Carlos Lleras: Misión
Imposible”.
181
Al respecto es interesante un diálogo entre Jaime Bateman (JB) y la periodista Alexandra Pineda (AP)
el mismo día en que se vencía el plazo para la amnistía de Turbay y el primero enviaba, con el popular
presentador de TV Fernando González Pacheco, una exigencia de “amnistía general y son condiciones”.
AP “le anoté que el presidente Turbay Ayala había reiterado, al reconocer el 20 de Julio la rotunda
inoperancia de la ley de amnistía, que era preferible para el país soportar ese fracaso que haber
sacrificado los valores morales de la Nación al perdonar los llamados delitos atroces, como el secuestro y
la extorsión”. JB “Ellos los llaman delitos atroces y como tal los consideran pero son acciones inherentes a
la guerra. La guerra se hace así”. En Villamizar (1995) p. 131
182
La ley 35 del 19 de noviembre de 1982,  prescribía: Artículo 1. Concédese amnistía general a los
autores, cómplices o encubridores de hechos constitutivos de delitos políticos cometidos antes de la
vigencia de la presente ley. Artículo 2. Para los efectos de esta ley, entiéndase por delitos políticos los
tipificados en el Código Penal como rebelión, sedición o asonada, y los conexos con ellos por haber sido
cometidos para facilitarlos, procurarlos u ocultarlos.
183
“Una de las críticas que se le han hecho al gobierno de Belisario Betancur es la de no haberse dotado
con anticipación de los mecanismos legales y militares que permitieran enfrentar debidamente las
consecuencias que previsiblemente se desprenderían de la amnistía. Se decía que una vez levantado el
Estado de Sitio, y liberados antiguos combatientes guerrilleros de las cárceles, el país quedaría
desarmado ante una nueva escalada de violencia. Esta efectivamente se dio, no sólo por parte de los
grupos armados sino también, y en forma nunca antes vista, por parte de la más burda delincuencia
común.” Semana, No.54, junio 13 de 1983   “De la industria del secuestro a la industria de la delación”

43
inicialmente por el M-19  184 pero sí permitió un acercamiento con las FARC. En
los Acuerdos de la Uribe firmados con esta última agrupación se “condenaba y
desautorizaba” el secuestro 185. Sin embargo, de manera sorprendente, en
estos acuerdos se había evadido la discusión crítica de los secuestros ya
realizados. En particular, no se había enfrentado adecuadamente la cuestión
de la liberación de los secuestrados por parte de este grupo armado 186.

En 1984 se suscribieron acuerdos de tregua bilateral con las FARC, el M-19, el
EPL y la Autodefensa Obrera (ADO). Aunque tales acuerdos implicaban alto al
fuego por parte del las Fuerzas Armadas y el cese de ataques por parte de la
guerrilla, el cumplimiento fue difícil. Hubo asesinatos de activistas, y
campamentos guerrilleros fueron atacados. Por su parte, la subversión realizó
tomas armadas de municipios y no cesaron los secuestros. El M-19 instaló
campamentos de milicias urbanas en las principales ciudades. Así, en 1985 se
rompieron los acuerdos con el M-19 y el EPL. Con las FARC se mantuvieron
hasta 1987 187.

De todas maneras, el ambiente de diálogo con la administración Betancur llevó
a varios de los líderes de los grupos guerrilleros a rechazar públicamente este

184
Básicamente porque insistían en que el tratamiento de los detenidos políticos era un asunto
secundario. La reticencia del M-19 para acogerse a la amnistía de Betancur –que incluso habría sido
discutida en Panamá entre Bateman y el ponente de la Ley, Germán Bula Hoyos (Villamizar (1995) p.
311)- se originaba en dos asuntos que posteriormente se volverían constantes como obstáculos para las
negociaciones de paz: (i) la visión de que la paz debe entenderse como la búsqueda de soluciones a
buena parte de los problemas del país y (ii) la percepción de que el poder militar –y paramilitar- está por
fuera del control civil y atenta contra el diálogo. Ver distintas entrevistas a Bateman en Villamizar (1995).
Como lo resume Palacios (2001) p.44  “Para el M-19, la oferta no fue creíble. Sus dirigentes entendieron
que Betancur quería ´robarse la bandera de la paz´”.
185
De acuerdo con el Artículo 2, “las FARC-EP condenarán y desautorizarán nuevamente el secuestro, la
extorsión y el terrorismo en todas sus formas y contribuirán a que termine su práctica, como atentados
que son contra la libertad y la dignidad humanas”.
186
“El tema (el secuestro) casi había dejado de debatirse hasta que se produjo la firma del pacto de La
Uribe entre la Comisión de Paz y el Estado Mayor de las FARC. En ese momento, la opinión nacional
empezó a entender que uno de los puntos más polémicos que debían entrar a discutirse era,
precisamente, el de los secuestros. Si la reforma agraria era, para las instituciones y la clase dirigente, la
piedra en el zapato de la paz, para las guerrillas, en especial para las FARC, lo eran los secuestros.”
Semana, No. 113,  julio 30 de 1984, “¿Dónde están los secuestrados?”. “La cuestión no sólo consistía en
saber si las FARC y las otras fuerzas guerrilleras que eventualmente pudieran entrar a participar en la
tregua, iban a soltar a sus secuestrados. El debate llegaba más lejos: había que establecer si el medio
centenar de secuestrados atribuidos por el Ejército a los grupos guerrilleros estaban efectivamente en
manos de ellos y, más específicamente, si los 31 atribuidos a las FARC habían sido en realidad raptados
por esta fuerza.” Semana, No. 113,  julio 30 de 1984, “¿Dónde están los secuestrados?”
187
Ver por ejemplo, Villarraga, Alvaro (2001). “Cesar el fuego para ambientar la Paz” en caja de
Herramientas Nº 81.

44
mecanismo 188. Tal tipo de declaraciones, en medio del marcado incremento
que se percibía en el número de secuestros 189, llevó a situaciones extrañas
como la división interna de los grupos armados por motivo de dicha práctica
190
, al incremento en los casos de autoría dudosa, o cruzada 191 y,
paralelamente, a la consolidación de los delincuentes comunes como autores
de secuestros 192. Atrás quedaban las épocas de los plagios reivindicados
públicamente; el misterio se instalaba en la naciente industria  193.

188
“[…] ya las FARC lo habían (condenado) hecho, desde marzo del 83, llamándolo «método impropio de
revolucionarios»; el EPL, que llegó a las negociaciones de tregua manteniendo en su poder a un número
no determinado de secuestrados y se jactó de ello por boca de Oscar William Calvo explicando que eran
«sólo ricos», los dejó en libertad y ahora asegura haber abandonado esa fuente de financiamiento. El M-
19, en su conferencia de Los Robles, condenó el secuestro y pidió la liberación de los secuestrados, y así
lo reiteró su enviado Carlos Alonso Lucio en la reunión de balance del Diálogo Nacional celebrada en
Bogotá el 21 de febrero. Sólo el ELN, que no ha firmado los pactos de la tregua, sigue ufanándose de
practicar secuestros en diversas regiones del país. Y otro tanto hace el frente Ricardo Franco, disidencia
de las FARC, especialmente en el Valle y en el Cauca.” Semana, No. 147, marzo 25 de 1985, “El
secuestro nuestro de cada día”.
189
“Su estrategia de paz (la de Betancur) ha determinado, en 1984 y el primer trimestre de 1985, una
sustantiva disminución de los enfrentamientos armados en la mayor parte del país pero simultáneamente
se ha presentado un dramático incremento del secuestro y la extorsión”. Entrevista con Luis Carlos Galán
en Álape (1985) p. 436.
190
“Los temores de la Comisión no eran infundados. El Estado Mayor había hecho esa condena sin
consultar a las bases, o sea a cada uno de los frentes que, según fuentes militares, deben recolectar cada
año alrededor de 140 millones de pesos para la financiación del movimiento. De ser esto cierto, los
frentes de las FARC no podían estar muy contentos con la condena al secuestro hecha por su Estado
Mayor, ya que está claro que esa actividad ha sido durante años uno de los principales métodos de
financiación de las FARC … De ahí que el (grupo disidente) de Ricardo Franco, que ha condenado a
muerte a Jacobo Arenas, miembro del Estado Mayor, se haya dedicado al secuestro, como un medio para
sabotear, a nombre de las FARC, el proceso de paz.. Semana, No. 113,  julio 30 de 1984, “¿Dónde están
los secuestrados?”
191
Entendida como la situación en la cual el grupo autor de un secuestro busca hacerlo aparecer como
realizado por otro grupo. Un caso digno de mención es el del plagio de Jaime Betancur Cuartas,  hermano
del presidente. “Un grupo de compañeros … realizan la retención de Jaime Betancur. .. Estaba planteado
retener a un dirigente político de reconocimiento nacional al que la población le tuviese especial afecto, y
eliminar ese personaje y luego hacer aparecer ese hecho ante el pueblo como una acción realizada por la
derecha porque consideraba esa persona peligrosa por sus inclinaciones a favorecer a los sectores más
desprotegidos”. Testimonio de Gabino, líder del ELN en Medina (1996) p. 149.
192
“Este grupo disidente (Ricardo Franco) opera en Bogotá, Cauca y el Valle y, según informes obtenidos
por SEMANA, suele utilizar delincuentes comunes a sueldo para apoyar sus acciones”. Semana, No. 113,
julio 30 de 1984, “¿Dónde están los secuestrados?”
193
El complejo, y poco discutido, tema de la autoría de los secuestros en las estadísticas oficiales se
analizará en otra fase de este trabajo. Por el momento vale la pena transcribir el comentario de Gabriel
García Márquez cuando empezaba a hacerse protuberante el lío de los secuestros misteriosos –en
términos de autor y de motivación- que tenían como notorio antecedente el caso de Gloria Lara de
Echeverri (ver Semana, No. 11. agosto 16 de 1982, “Gloria Lara ¿por qué?). “Hay grupos guerrilleros que
han secuestrado durante la tregua y dicen que no secuestran. Hay grupos que no han secuestrado y los
militares dicen que sí secuestran …Con todas las comisiones, subcomisiones, delegados, subdelegados,
amigos que ayudan, gente que hace los mandados, guerrilleros que quieren hablar, guerrilleros que no
son guerrilleros, sino delincuentes comunes, delincuentes comunes que no son delincuentes comunes
sino guerrilleros (y esta es una confusión no sólo deliberada, sino estimulada por poderosos enemigos de
la paz). Ya no se sabe realmente quién está manejando la paz, ni en qué punto está”. Entrevista a García
Márquez en Álape (1985)  p. 572. Paréntesis en el original.

45
En 1985 se volvió a proponer un indulto que esta vez excluía los delitos del
secuestro y la extorsión 194. Teniendo en cuenta el carácter generalizado del
secuestro por parte de los grupos guerrilleros, no se hicieron esperar las
críticas desde el proyecto de ley que excluía a la gran mayoría de guerrilleros
195
.

La asociación entre los diálogos de paz y los secuestros es nítida en el M-19.
Por ejemplo, al complicarse la negociación de lo que se había iniciado como un
claro secuestro económico, el de Camila Michelsen 196, se buscó darle a la
liberación la connotación del inicio de un gran diálogo nacional 197.
Posteriormente, fue el plagio del líder conservador Alvaro Gómez lo que
permitió retomar las conversaciones que se habían interrumpido de manera
tajante con otra captura de rehenes, la toma del Palacio de Justicia. Aunque la
versión oficial de estos eventos pretende minimizar la asociación entre el
secuestro de Gómez y el reinicio de las negociaciones con el M-19 es claro que
allí hubo algo más que una coincidencia en las fechas de los eventos 198. La
decisión de marginarse de este nuevo proceso de paz correspondió esta vez a

194
Ley de indulto Nº 49 del 4 de julio de 1985 .Artículo 1. Autorízase al Presidente de la República para
que, con base en las facultades que le confiere el ordinal cuarto del artículo 119 de la Constitución,
conceda indultos con sujeción a las siguientes reglas: 1. El indulto sólo podrá cobijar a los condenados
mediante sentencia ejecutoriada por los delitos de rebelión, sedición y asonada. 2. El indulto podrá
extenderse a los delitos conexos con los anteriores, por haber sido cometidos para facilitarlos,
procurarlos, consumarlos u ocultarlos, con excepción del secuestro, la extorsión, los delitos tipificados en
el decreto extraordinario 1188 de 1974 (estupefacientes) y el homicidio fuera de combate, si se hubiere
cometido con sevicia o colocando a la víctima en situación de indefensión o inferioridad o
aprovechándose de esa situación.
195
“La exclusión del secuestro, dice Oscar William Calvo del EPL, vuelve inocuo el indulto para todos y
cada uno de los miembros de su grupo, empezando por él, que declaró en la puerta del Palacio de
Nariño, y ante la televisión, que e EPL mantenía secuestrados. ‘Yo tendría que arreglar mi mochila e irme
p’al monte’: dice Calvo.”  Semana, No. 156, mayo 27 de 1985, “La papa caliente del indulto”.
196
Para el cual, como es corriente, existía también una justificación política: como una retaliación a la
muerte de Iván Marino y una especie de juicio a su padre, el banquero Jaime Michelsen “quien en su
bancarrota había estafado a los ahorradores y puesto en crisis al sistema financiero del país …  Luego de
la crisis, Michelsen huyó. Estaba fuera del país y no daba señas de querer negociar ni enfrentar la
situación. Este hecho era el fundamento político de la operación”. Grabe (2001) pp. 248 y 318
197
Con la liberación se planteaba “la necesidad de paz y diálogo, proponíamos treinta nombres de
personas conocidas, para que iniciaran conversaciones entre las fuerzas institucionales, sociales,
políticas, no institucionales en busca de una solución a la crisis. Entre las personas propuestas figuraban
un locutor deportivo, artistas, empresarios, demócratas, sacerdotes, periodistas, exmilitares, ecologistas,
políticos, deportistas, el exprocurador … y la propia Camila”. Grabe (2001) p. 320
198
Al interior del M-19 parece claro que este fue un punto de quiebre. “ Existe una discusión en torno a lo
que marcó nuestro paso hacia la paz: si fue la tragedia del Palacio de justicia o la retención de Alvaro
Gómez. A mi manera de ver, lo ocurrido en Palacio mostró los límites; lo de Álvaro Gómez significó abrir
el camino”. Grabe (2001) p. 330. Paradójicamente, el incidente hacía parte de la nueva estrategia de
“guerra a la oligarquía” pero fue claro que abrió dos vías de acercamiento: con el llamado establecimiento
a través de la familia y los amigos de una persona muy influyente, y con el mismo gobierno. Para este
último, aunque incomodo con el riesgo de “confundir el diálogo con la guerrilla con un regateo sobre el
pago de un rescate” el plagio y posterior liberación de Álvaro Gómez “restableció un nuevo aire para un
proyecto de paz con un renovado interés”. Pardo (1996) p. 91

46
las FARC, y no estuvo exenta de “acciones armadas encubiertas”, incluyendo
secuestros, orientadas a sabotear las conversaciones 199.

Luego del ataque militar a Casa Verde, el santuario de las FARC, y de su
ausencia, con el ELN, en las deliberaciones de la Asamblea Nacional
Constituyente, a finales de Abril 30 de 1991 una delegación de la Coordinadora
Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) irrumpió en la sede de la embajada
Venezolana en Colombia. El 3 de Junio siguiente se reiniciaban los diálogos
entre el gobierno y la CGSB en Caracas 200. La reanudación de las
negociaciones en Tlaxcala, en marzo de 1992, se rompió con otro secuestro
201
.

El largo y tortuoso proceso de paz del gobierno Pastrana se inició, tanto con las
FARC como con el ELN, con sendos secuestros ocurridos en las postrimerías
de la administración anterior 202. Los fallidos esfuerzos de diálogo con el ELN, y
luego las más avanzadas negociaciones con las FARC, que incluyeron una
zona de despeje, terminaron abruptamente con dos plagios 203. La asociación
entre los diálogos y los secuestros está tan consolidada en el país que tal tipo

199
Pardo (1996) p. 136 relata el caso de un ganadero secuestrado por las FARC cerca de Purificación,
con todo el montaje necesario para hacerlo aparecer como una acción del M-19 susceptible de dañar las
conversaciones.
200
Cronologia Fariana en http://www.geocities.com/guerrillasenlatinoamerica/cronologiafariana.htm
201
El del ex ministro Argelino Durán Quintero.
202
La propuesta de la Convención Nacional de Paz -que conduciría al pre acuerdo de Viana firmado por
el ELN con la administración Samper en Madrid y al Acuerdo de Puerta del Cielo- se lanzó con la
liberación de dos funconarios internacionales enviados por la OEA como observadores de la elecciones
de Octubre de 1997. Los antecedentes del proceso de paz con las FARC, y el establecimiento de una
zona de despeje, se pueden situar en agosto de 1996 con la toma de la base militar de las Delicias y la
retención de 60 militares por el Bloque Sur. Luego de capturar otro grupo de rehenes –10 infantes de
marina en el Chocó- es cuando las FARC plantean como requisito para iniciar la negociación sobre los
rehenes el despeje militar de una zona al sur del país.
203
Pocas horas después del secuestro, el 20 de Febrero de 2002, del avión de Aires y del dirigente
político Jorge Eduardo Gechem Turbay el presidente Pastrana anunciaba que “hoy mismo voy a romper el
proceso con las FARC”. Terminaba la zona de despeje, se autorizaba la entrada de las Fuerzas Armadas
al Caguán, se derogaba el estatus político a las FARC y se solicitaba a la Fiscalía la reactivación de las
órdenes de captura contra sus líderes. “Usted, Marulanda (Tirofijo), ha convertido la zona de despeje en
una guarida de secuestradores, en un laboratorio de drogas y en un depósito de dinamita y carros
robados”, declaraba después en la TV. Ver “La suerte está echada” suplemento especial Revista Cambio,
Nº 453, Febrero 25 de 2002. Tres años antes, el proceso estuvo a punto de romperse por el secuestro y
posterior asesinato de tres indigenistas norteamericanos. Ver “Jaque a la paz”. Semana, Marzo 8 de
1999. Por otra parte, es a raíz del secuestro colectivo de la Iglesia de la María, en Cali, pero sobre todo al
saber que se cobraría rescate monetario por la liberación de los secuestrados, que el gobierno Pastrana
decide romper el diálogo con el ELN; retiró el reconocimiento político y advirtió a los países amigos que
“cualquier contacto que se tenga con el ELN supondrá una relación con un grupo terrorista”. El País, Junio
3 de 1999.

47
de incidentes se toman a veces en los medios como indicios inequívocos de
paz 204.

Fuera de esta perversa asociación que, en Colombia, ha configurado al plagio
como una eficaz disculpa para sentarse o pararse de las mesas de
negociación, un punto aún más delicado de manejar lo constituye el dilema
moral, insoluble, de dialogar con grupos que, simultáneamente, mantienen
civiles secuestrados 205. El desarrollo de las conversaciones de las FARC con
el gobierno Pastrana, por ejemplo, estuvo permanentemente contaminado por
incidentes de secuestro 206. Para tragarse ese sapo ha sido necesario que las
partes recurran al cinismo 207, a embarazosas contradicciones 208, o que finjan
ignorar el problema, callándolo 209. En cualquier caso, no se puede desconocer

204
“El secuestro de monseñor José de Jesús Quintero alienta los primeros esfuerzos de pacificación de la
zona”. Cambio, Agosto 30 de 1999. Énfasis propios.
205
“El secuestro es uno de los temas más difíciles de tratar en las negociaciones”. Declaraciones de Raúl
Reyes, El País, Mayo 10 de 1999.
206
Como señala Otty Patiño, ex-dirigente del M-19, en una de sus columnas: “La mayoría de los crímenes
de las Farc que debilitaron gravemente el proceso ocurrieron fuera de la zona de despeje: el secuestro y
muerte de los misioneros norteamericanos en la zona limítrofe con Venezuela, el secuestro colectivo de
los residentes de un edificio en Neiva, el secuestro y muerte de la Cacica en el departamento del Cesar,
el secuestro y muerte de varias personas en la carretera Pasto-Tumaco, poco después de haber pactado
la suspensión de los secuestros colectivos. Y la gota que rebosó la copa: el aparatoso secuestro del
senador Gechen Turbay en un avión comercial. El hecho más grave que ocurrió en las inmediaciones de
la zona de distensión fue la masacre aleve de la familia Turbay Cote, hecho que estuvo precedido por el
secuestro y muerte de Rodrigo Turbay Cote. De modo que fue el secuestro, no el despeje, lo que mató el
proceso con las Farc. Si Pastrana hubiese clausurado las negociaciones declarando la imposibilidad de
adelantar un proceso de paz en medio del secuestro, esa verdad oficial hubiese sido más real y más útil”.
“Verdades oficiales” El Tiempo, Abril  27 de 2003
207
Que puede ser burdo -“En el momento no tenemos civiles en nuestro poder” afirmaba en Septiembre
de 1999 el Mono Jojoy. Semana, Octubre 5 de 1999. “Las FARC, por principio, están en contra del
secuestro” declaró ante la prensa internacional Raúl Reyes Reyes. El País, Mayo 10 de 1999- o
elaborado, “era un momento de fuertes matanzas, los paramilitares … sólo respondían con el
aniquilamiento físico, y el ELN, con sus operaciones militares (los secuestros), enviaba el mensaje
subliminal de que podía actuar por tierra, agua y aire sin una sola víctima mortal. Nuestro comportamiento
es ético”. Declaraciones de Antonio García explicando el mensaje que se quería lanzar a la sociedad con
los secuestros masivos del avión de Bucaramanga y La María en Cali. El País, Junio 10 de 2000.
208
Al respecto una de las mayores muestras de incoherencia se dio cuando, al romper las negociaciones
con el ELN por el hecho que el secuestro de La María no era político sino también económico, un
periodista le pregunta a Andrés Pastrana por qué seguía en conversaciones con las FARC que aún
mantenían rehenes pidiendo un rescate monetario, ante lo cual Pastrana tiene que responder que la
gravedad radica en que “fueron calificados como secuestros con propósitos políticos al comienzo y que
luego se han convertido en secuestros con propósitos extorsivos”. Semana, Junio 21 de 1999.
209
Entre Octubre de 1999 y Junio de 2000 la “Mesa de Negociación gobierno Colombiano – Farc-Ep”
expide 18 comunicados, con un total de cerca de 13 mil palabras en los cuales no se menciona ni una
sola vez la palabra secuestro (ni plagio, ni retención, ni rescate, ni rehén, ni víctima). Por el contrario, en
26 oportunidades se hace referencia a los cultivos ilícitos, 9 a la coca, 45 al desarrollo y 51 a la paz.
Después de estos comunicados se alude tangencialmente al tema en un “Acuerdo entre el gobierno
nacional y las FARC-EP para el intercambio de enfermos” en dónde tampoco se utiliza el desafortunado
término sino que se habla “de los soldados y policías en poder de las FARC EP”. Ni siquiera en la
“Agenda común por el cambio hacia una nueva Colombia” que contiene “Reformas a la Justicia, lucha
contra la Corrupción y el Narcotráfico” se introduce el vocablo. El término secuestro aparece solamente en
la “Recomendación  de la Comisión de Personalidades a la Mesa de Diálogo y Negociación” abogando
por el cese de la práctica pero de manera protegida: “El Gobierno Nacional, de común acuerdo con las
FARC-EP, estudiará mecanismos de  financiación que permitan atender a las necesidades de

48
el efecto corrosivo que estas actitudes, provocadas por el tema del secuestro,
han tenido sobre el desarrollo y la legitimidad de los procesos.

Al respecto, se puede especular que uno de los elementos que contribuyó a
que las negociaciones con el M-19 condujeran a la firma de un acuerdo de paz
y a su reincorporación a la vida civil es que, cuando estas se dieron, este grupo
subversivo era el que menos había entrado en la dinámica explosiva del
secuestro (Gráfica 3).

Gráfica 3
SECUESTROS DE LA GUERRILLA POR GRUPOS
1980 – 1990
0
50
100
150
200
250
300
350
400
80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90
FARC
ELN
M19
EPL
Fuente: Policía Nacional

Aunque poco después de su tránsito de la actividad urbana a la rural, a
principios de los ochenta, hubo un debate público sobre si el M-19 mantenía en
su poder varios secuestrados 210, son varias las razones para pensar que tal
práctica, al menos en su dimensión económica, perdió progresivamente
relevancia para dicho grupo. Uno, había una importante acumulación de
recursos de mega secuestros anteriores 211. Dos, la especialidad del M-19 eran

subsistencia  de los combatientes de la insurgencia durante el período de tregua”. Como respuesta a esa
recomendación, en el “Acuerdo de San Francisco de la Sombra para concretar y consolidar el proceso de
paz “, firmado por ambas partes, el gobierno reitera su condena  y las FARC “expresan y ratifican que las
denominadas «pescas milagrosas» en las vías, no hacen parte de su política. En ese sentido, las FARC
darán las instrucciones a todos sus integrantes de no realizar este tipo de  actividades”.
Agenda y Acuerdo en  http://www.ciponline.org
Comunicados en http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/paz/main.html
210
“Nosotros el año pasado (1981) no hicimos un solo secuestro. Camacho Leyva ha dicho que hicimos
26 secuestros el año pasado. Eso es mentira. Ahora, ¿quién los hace? Nosotros no lo sabemos porque
eso se salió de nuestras manos”. Entrevista a Jaime Bateman. El Espectador, Marzo 9 de 1982. Un
tiempo después, Gabriel García Márquez (GGM) en entrevista a Arturo Álape (AA) avala la idea de que
los militares le adjudicaron secuestros al M-19. “GGM ¿Qué se hicieron los secuestradores que los
militares fueron a buscar a Corinto? AA ¿Quién mintió ahí? GGM Los militares. Y el gobierno les creyó
cuando dijeron que el M-19 tenía secuestrados allá. ¿Ahora, mintieron de buena o de mala fe? Eso no lo
sabremos nunca”. Álape (1985) p. 572.
211
Al respecto se puede señalar la impresión de una guerrilla boyante que expresa la periodista María
Jimena Duzán, secuestrada por el M-19 para entrevistar a Bateman en el campamento a principios del 82:
“la conclusión que saco es que al menos en estos momentos están en una muy buena situación

49
precisamente los plagios grandes, en esencia urbanos. Tres, la alternativa del
secuestro rural no sólo era ajena a su repertorio de habilidades sino que ya se
tenía entonces la experiencia del ELN sobre los efectos políticamente
perversos del apoyo financiero exclusivamente rural. Además, se localizaron en
áreas campesinas pobres y escasas en familias urbanas visitantes o empresas
con recursos. Cuatro, los repetidos y fallidos esfuerzos por obtener
contribuciones forzosas de los narcos, que ratifican la vocación del M-19 por
los peces muy grandes, habían terminado desastrosamente. No es arriesgado
pensar que la traumática experiencia con el MAS habría producido un durable
escarmiento 212. Cinco, al parecer los dirigentes del grupo vetaron
repetidamente el secuestro de industriales nacionales o campesinos
adinerados cuando no hubiese adicionalmente una justificación política 213. Por
último, es posible que de haber recurrido a la siguiente cantera de personas
susceptibles de ser secuestradas, la clase media nacional, de manera masiva
se hubiesen multiplicado las situaciones incómodas para un grupo que contaba
con varios dirigentes cercanos a las víctimas 214. Aunque esta proximidad con
la burguesía pudo darse también en otros grupos subversivos, la vacuna contra
la empatía con las víctimas –el fuerte adoctrinamiento- estuvo menos
desarrollado en el M-19.

financiera. Todo ese derroche de plata y de dólares …” . Esta observación la corrobora el mismo
Bateman: “nosotros tenemos millones de dólares de secuestros de la oligarquía y de personajes de
empresas transnacionales”. El Espectador, Marzo 7 y 10 de 1981.  “Nueve días en poder de la guerrilla” 2
y 4.
212
Sobre todo si, como pensaban los del M-19, el MAS había activado los procedimientos de guerra sucia
por parte de miembros de los organismos de seguridad y puesto en evidencia la falta de capacidad, o de
voluntad, para controlarlos.
213
De acuerdo con un ex miembro de esta organización, en 1978 el M-19 contaba con grupos pequeños
móviles, uno de los cuales secuestró en Icononzo, Tolima, un rico campesino. Al ser informado Jaime
Bateman habría condenado el secuestro y se habría sancionado al grupo por haber hecho el plagio sin
preia autorización. Comunicación personal.
214
En ese sentido son bastante reveladores dos episodios de las memorias de Vera Grabe. “Al regreso de
Alemania, me enteré de que los compas acababan de secuestrar al gerente de Indupalma… Descubrí que
la esposa de Ferreira era compañera mía de la facultad , y cada vez que la veía, temía delatarme porque
sentía que se me subían los colores a la cara”. El segundo es el drama humano que según ella
representó para varios de los miembros del grupo el prolongado cautiverio de Camila Michelsen. “Un
compañero que la cuidaba se enamoró de ella … Revolución sí, secuestros no .. .El secuestro no se
puede humanizar, me decía alguien a quien le correspondió  durante un tiempo esa ardua tarea … la
parte más dura: el cuidado del pescado… el drama de la secuestrada era insostenible … Entró una
compañera a hablar con ella. Regresó muy conmovida de ver cómo Camila había organizado su espacio,
como una casa”. Grabe (2001) pp. 83, 318 y 320. El hecho de que varios de los miembros, en distintos
niveles, de una organización que por esa época ya estaba curtida en la guerra siguieran mostrando
capacidad de empatía con los cautivos contrasta drásticamente con la actitud de los secuestradores duros
que, por el contrario, lograron sofisticar al máximo la técnica para deshumanizar al enemigo prisionero.
“Ahí tuvo (un secuestrado) en sus manos, en un rato de descuido de los guerrilleros (Farc), un cuaderno
de colegio forrado en plástico azul, marcado «Empresa Ganadera Colombia». Cada página era la ficha
técnica de un cliente, con su nombre y teléfono, sus datos” Relato de un secuestrado, Álvaro Sierra, El
Tiempo, Mayo 2 de 2001

50

Para finalizar la argumentación en contra de la naturaleza esencialmente
económica de la actividad vale la pena mencionar, como ejemplo reciente de
un plagio que puede tener importantes repercusiones sobre futuros procesos
de paz, y de nuevo en forma totalmente independiente de si se exige o no un
rescate, es el de los tres norteamericanos secuestrados por las FARC en
febrero de 2003 tras la caída de la avioneta en que viajaban. Aunque la
tendencia hacia la desnarcotización de la agenda norteamericana en materia
de seguridad en Colombia y la definición del secuestro como prioridad de la
lucha antiterrorista se había dado antes 215, en la reacción a este secuestro se
han franqueado ciertas barreras 216 y no parece prudente descartar del todo la
posibilidad de una operación directa de rescate apoyada por comandos
militares extranjeros 217.

5 – CONCLUSIONES

El análisis de la evolución del secuestro en Colombia muestra que, con la
excepción de los primeros raptos de la moda Lindbergh, se trata de algo
bastante más complejo que un negocio criminal corriente, por distintas razones.

215
“Estamos  solicitando apoyo adicional del Gobierno de Estados Unidos para ayudar  a combatir otra
parte del nexo de la actividad ilegal en Colombia, el secuestro. Esperamos proporcionar apoyo adicional a
las unidades anti-secuestro o Gaula. Ayudaremos a mejorar  y normalizar los equipos de protección y
comunicaciones así como a proporcionar capacitación especializada en todos los aspectos de respuesta
a las crisis. El programa fortalecerá  la capacidad del Gobierno colombiano para investigar los casos de
secuestro  y extorsión; establecerá un centro de operaciones para compartir  la inteligencia e información;
y formará un grupo de trabajo  para investigar y enjuiciar a los culpables de secuestro y extorsión”.
Discurso de la Embajadora de los EEUU en Cartagena, el 24 de octubre del 2001.
216
Como la oferta directa de una recompensa a quienes den información de manera directa a las
autoridades norteamericanas. “The U.S. government is «intensifying its efforts to punish the FARC for
these crimes and prevent future ones,» the State Department said October 13 (2003). «In the near future,
the U.S. Department of State will offer a reward of up to $5 million for information leading to the arrest and
conviction of any individual involved in or responsible for the kidnapping of these Americans and the killing
of Thomas Janis.» People overseas with information for the Rewards for Justice program should contact
the nearest U.S. Embassy or Consulate, or send e-mail to:mail@rewardsfor justice.net.” Archivos del
Departamento de Estado http://usinfo.state.gov/admin/011/lef205.htm. A principios de Diciembre de 2003
el embajador norteamericano en Bogotá hacía público el ofrecimiento de U$ 5 millones a quienes aporten
datos efectivos sobre le paradero de los tres jefes de la columna Teófilo Forero que secuestraron a los
tres estadounidenses, consolidándose así en Colombia “el mismo sistema que aplica el Departamento de
Estado de E.U. en países como Afganistán e Irak, y que ha permitido capturar a personas buscadas por
terrorismo”. El Tiempo, Diciembre 4 de 2003
217
Un editorial del New York Times ve con preocupación el envío de un nuevo contingente de militares
para ayudar en las operaciones de rescate de los estadounidenses, pues cree que esto  puede conducir a
una participación directa de EEUU en Colombia . Citado por Malamud (2003)

51
En primer lugar, porque a diferencia del atraco, o el robo callejero o incluso el
homicidio, el secuestro requirió, para consolidarse como actividad, de unas
organizaciones muy rígidas, y de una ideología que las aglutinara
internamente. El grueso del problema del secuestro en Colombia sigue girando
alrededor de organizaciones, no de delincuentes individuales. Las razones para
que se trate de un delito colectivo 218 son múltiples: (i) requiere división del
trabajo; (ii) presenta enormes problemas de agencia, que se solucionan de
manera eficaz a base de ideología 219; (iv) el adoctrinamiento es lo que asegura
que el botín del secuestro sea propiedad colectiva de un grupo, y no de los
individuos 220; (v) la reputación de violencia, insumo indispensable para
consolidar la industria, la acumulan organizaciones, rara vez individuos 221.

Así, el doble requisito de delito colectivo sustentado por una ideología, es lo
que hizo que lo adoptaran como actividad corriente básicamente las
organizaciones políticas. Aún más, se puede plantear que el recurso al
secuestro como fuente de financiación ha sido directamente proporcional al
dogmatismo, a la rigidez política y al adoctrinamiento de los grupos.
Irónicamente, la organización no subversiva que más practicó de manera
sistemática el secuestro, la de Pablo Escobar, lo hizo varias veces con móviles
exclusivamente políticos.

218
Dada la connotación ideológica que en Colombia tienen los términos delito político –motivaciones
altruistas- y crimen organizado –motivaciones monetarias- vale la pena adoptar este término, el del delito
sui generis, propuesto por la comisión de notables para el narcotráfico, y que sirve para caracterizar los
actos criminales cometidos no por individuos sino por organizaciones.
219
La principal alternativa a la cohesión ideológica, los incentivos monetarios, requiere un monto
considerable de recursos, que están al alcance de muy pocas organizaciones criminales.
220
Esta ha sido una característica recurrentemente señalada por los distintos grupos subversivos del país,
desde épocas anteriores a Marquetalia, para diferenciarse de los delincuentes comunes. “Hubo dos
hechos que molestaron a Marulanda. Uno fue la repartición de una plata que se le quitó a la Caja Agraria,
(de dónde) se sacó medio millón de pesos y los liberales de de Peligro se los fueron distribuyendo como
plata de bolsillo. Cada participante cogió su moneda, la contó y se fue a comprar reses… Marulanda se
emputó y los vació, les dijo bandoleros. Les hizo ver que si la lucha la degenerábamos y nos volvíamos
una cuadrilla de ladrones, nos ganaban la guerra”. Molano (1996) p. 79. Años más tarde el cura Pérez del
ELN hacia énfasis en el mismo punto “existe una diferencia entre el secuestro y la retención que es
preciso aclarar: el secuestro es un acto, criminal, realizado por la delincuencia común que tiene por
finalidad el interés personal de quienes cometen el delito; la retención fundamentalmente es una acción
política, cuya finalidad está determinada por objetivos de bienestar colectivo, en el marco de un proyecto
histórico de transformación social liderado por una organización revolucionaria”. Medina (1996) p. 236.
Subrayados propios.
221
Y no sólo para la cuestión básica de extraer de manera forzada el rescate. Es la reputación de las
organizaciones armadas la que configura ciertas actitudes, como la no denuncia, que también contribuyen
a su desarrollo. También son las organizaciones poderosas las que en mayor medida garantizan el
bloqueo de las acciones judiciales. Es muy indicativo de la relevancia de esta reputación que en los
secuestros de los periodistas por Pablo Escobar la pregunta inicial fuera si se trataba de la guerrilla o de
los narcos.

52

Puesto que el secuestro, aún el económico, lo han cometido ante todo
organizaciones políticas han sido inevitables, de manera recurrente, una
variada mezcla de consecuencias para un mismo incidente. A su vez, los
plagios por organizaciones rebeldes que buscaban derrocar el régimen, incluso
cuando simplemente se exigía un rescate monetario, se percibieron desde sus
orígenes como atentados a la seguridad pública, con la consecuente respuesta
militar.

Los distintos grupos armados se especializaron en los secuestros que podían
ejecutar en sus áreas de operación, la ciudad o el campo. Los impresionantes
éxitos iniciales del secuestro urbano incitaron a los grupos rurales a mirar hacia
las urbes. Los altos riesgos de las acciones urbanas, a su vez,  produjeron el
desplazamiento de la principal guerrilla urbana hacia el campo. El dilema entre
mayor rendimiento urbano y menor riesgo rural de los secuestros se resolvió
con las familias citadinas, o las empresas, que se acercaban a las áreas
rurales. El primer proceso lo facilitó la droga. En síntesis, la peculiaridad
colombiana que facilitó la consolidación del secuestro fue el desplazamiento de
riqueza, normalmente urbana, hacia las áreas rurales donde operaban las
guerrillas. El narcotráfico dio un impulso definitivo a la actividad y,
simultáneamente, abrió la compuerta de la guerra sucia para enfrentarlo.

Una característica del secuestro en Colombia ha sido la débil incidencia de los
móviles sexuales. Los grupos subversivos secuestran mujeres en mucho
menor proporción que hombres y son excepcionales las quejas por abuso
sexual o violación 222. Es difícil no pensar aquí en el ascendiente católico de los
secuestradores colombianos como base de los insólitos sistemas normativos

222
El reciente caso de un comandante de las FARC que, después de haber violado a una mujer cautiva,
abandonó la guerrilla para reinsertarse no contradice sino que tiende a corroborar la observación anterior.
No sólo por el despliegue que tuvo el caso en los medios como algo excepcional sino, sobre todo, por el
hecho que el motivo para abandonar la guerrilla habría sido evitar el fusilamiento, lo cual sugiere que sí
existen en tales grupos severas sanciones para los abusos sexuales con los secuestrados. “Omar López,
alias ‘Beltrán’, se entregó al Ejército al descubrir que sus compañeros de las Farc lo iban a fusilar por los
atropellos cometidos contra la bacterióloga”. Semana “El mundo al revés”, Septiembre 28 de 2003. Uno
de los pocos casos de rapto de mujeres es el reportado recientemente por la representante de una
asociación de trabajadoras sexuales en Ecuador: “Queremos que nos defiendan en la frontera.. Seis
compañeras fueron secuestradas por los guerrillos en Sucumbíos y llevadas para el Putumayo, a prestar
servicios. Dicen que han muerto». Alexis Ponce “Rostros que cuentan historias” Quincenariop Tintají /
Quito. Agosto 13 de 2003.  http://www.rebelion.org/internacional/030813ponce.htm

53
que rigen sus conductas y en la necesidad de complementar el eventual efecto
disuasivo de los jueces, que parece haber sido ser precario, con el de los
prelados 223.

En varias dimensiones el cambio de siglo marca el final de un ciclo en la
evolución del secuestro. Después de una accidentada y dolorosa trayectoria se
llega de nuevo a situaciones que recuerdan los orígenes de la actividad. No
deja de sorprender que, después de tantas innovaciones, de haber alcanzado
las míticas cimas de los rescates millonarios en dólares que se repartían entre
los necesitados, de haber logrado titulares en primera página en los diarios del
mundo y tiempo triple A en la TV por varias semanas consecutivas, después de
haber permitido doblegar gobiernos y alterar las leyes penales, después de
haber contribuido a gestar una de las mayores máquinas de matar, el secuestro
en Colombia esté dando muestras de volver a los humildes orígenes
campesinos de la época de los bandoleros. Por otro lado, parece haberse
enquistado en una de las entrañas más oscuras del sistema capitalista, lo que
en un principio se buscaba combatir.

Las noticias de secuestros muestran el retorno a las acciones puramente
políticas o propagandísticas 224. Ahora, lamentablemente, se suman algunos
plagios con un sentido puramente partidista, casi tribal y con unas víctimas
cada vez más difíciles de encajar en la visión de los enemigos del pueblo 225.

223
Aunque la cristiana actitud de perdón de los prelados no ofrece mayores esperanzas sobre esta
alternativa. Ver por ejemplo el caso del obispo de Zipaquirá, secuestrado por las FARC en Noviembre de
2002 y que, sin el respaldo de muestras de contrición de los verdaderos responsables del hecho perdona
a los autores materiales, probablemente simple ejecutores de órdenes de sus superiores.
224
Como podría ser el de los turistas extranjeros plagiados por el ELN en la Sierra Nevada a mediados de
Septiembre de 2003 para, luego de algunas exigencias típicamente políticas, liberar algunos de ellos sin
que aparentemente se haya pagado rescate.
225
“ El fusilamiento de una maestra de escuela rural secuestrada por el rebelde Ejército de Liberación
Nacional (ELN) causó una ola de rechazo en Colombia. El grupo guerrillero había condicionado la puesta
en libertad de Ana Cecilia Duque, de 31 años, a que su padre matara a un presunto paramilitar, y la
asesinó porque éste no cumplió la orden”. BBC Mundo Domingo, 27 de abril de 2003. “Amnistía
Internacional siente preocupación por la seguridad de Nidia Correa Velásquez y otros miembros de la
comunidad de desplazados forzosos de Tulúa, en el departamento de Valle del Cauca. Según los
informes, Nidia Correa fue secuestrada el 16 de mayo por cinco individuos no identificados”. AI INDEX:
AMR 23/060/2002  24 Mayo 2002. “Sanas y salvas fueron rescatadas 27 personas que habían sido
retenidas ilegalmente … Los hechos ocurrieron en la vía que del Municipio de Piedecuesta conduce a la
Vereda Sevilla de esta misma localidad santandereana … Los campesinos habrían sido retenidos la
noche anterior, con el propósito de evitar que participaran en una actividad política a la que había
convocado para hoy un candidato a la Alcaldía de Piedecuesta”. Agencia Voces 09/29/2003.
http://www.caracol.com.co/voces/. En País Libre se han observado recientemente casos en los cuales el cobro
de extorsión parecería ser un co-producto de lo que parece el objetivo primordial de algunos secuestros
hechos por paramilitares: el de, mediante “juicios políticos” a los rehenes obtener información sobre el

54
La metamorfosis del enemigo que merece ser plagiado ha sido tal que ya
puede serlo cualquiera que no pertenezca a la ahora poderosa organización
que secuestra. El indicio más dramático de esta transformación lo constituye el
reciente plagio, con un operativo digno de película, de una humilde mujer con
fines de servidumbre, algo que raya con la captura de esclavos 226.
Simultáneamente, la consolidación de la actividad llevó a los secuestradores a
establecer sofisticados y turbios acuerdos financieros de mutua conveniencia
con una de las facetas más inmorales del capitalismo, el enemigo inicial al cual
había que combatir por cualquier medio. Atrás quedaron las épocas heroicas
en las que se hacía público el monto de los rescates pagados y el uso de los
recursos obtenidos.

El otro ciclo que parece haberse completado es el de los flujos internacionales
en la tecnología del secuestro. De avezados importadores de las tácticas
montoneras, los grupos subversivos colombianos se convirtieron en hábiles
exportadores y promotores de la actividad más allá de las fronteras 227. Vale la
pena hacer referencia a un caso que le da un giro radical al concepto de
integración regional: un grupo subversivo chileno que, financiado por las FARC,
secuestra un alto ejecutivo en Sao Paulo 228.  Menos novelesca y más

enemigo. (Comunicación personal). Es difícil no establecer acá un paralelo con prácticas como la
desaparición forzada, o la tortura, que no sería prudente incluir en la categoría de delitos económicos
simplemente porque se cobre un rescate monetario.
226
“Este testimonio hace parte de la declaración aportada el pasado 6 de octubre por XXX a la Dirección
del Gaula de la Policía en Barranquilla, y que da cuenta cómo esta mujer …fue obligada a trabajar como
empleada del servicio para el grupo del Eln que tiene en su poder a siete extranjeros en algún lugar de la
Sierra Nevada de Santa Marta. La declaración, a la que la Fiscalía le ha otorgado plena credibilidad,
revela además que la mujer estuvo cocinando y lavando para el grupo secuestrador. La declarante
sostuvo que el pasado 9 de junio, hacia las 9:00 a.m., un sujeto llamado Alberto Vergara le dijo en Santa
Marta que una señora estaba buscando una muchacha para llevarla a Canadá para trabajar en labores
domésticas. Y agregó que, como ella estaba interesada, aceptó la oferta, se fue con el aludido personaje
hasta el barrio Mamatoco, y allí quedó con otras dos personas desconocidas.  “Cuando el señor Alberto
se fue, ellos me montaron en un carro blanco de vidrios oscuros (…) y cuando llegamos a un campamento
me vendaron los ojos y yo les pregunté que por qué me vendaban los ojos. Ellos me dijeron que no
hiciera tanta pregunta y que me bajara del carro. Cuando me bajé, estas personas llamaron por radio a
otros señores y les dijeron que ya podían venir por mí”. .. Aseguró que tiempo después la montaron en un
helicóptero con tres señores y que, “todavía con los ojos vendados”, después de un corto viaje, la bajaron
de la aeronave y la encerraron en un cuarto donde sólo veía montañas y neblina. “Me dijeron que me
quedara quieta porque de ahí yo no podía salir más, que eso era la ley del silencio”. El Espectador, 19 de
octubre de 2003
227
De acuerdo con Hagedorn (1998) p. 28, algunos miembros del Ejército Popular Revolucionario (ERP)
mexicano responsables de un buen número de secuestros en su país a mediados de los noventa habrían
recibido entrenamiento en Colombia “y su propósito era proveer una sucursal para las guerrillas
colombianas que requerían no sólo nuevas fuentes de liquidez sino nueva rutas para el tráfico de droga”.
Traducción propia.
228
De acuerdo con una investigación realizada por un periodista español del diario El Mundo, con fuentes
de Interpol, en julio del año 2001, Mauricio Hernández Norambuena, más conocido en Chile como el
«Comandante Ramiro» del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), recibió US$ 150 mil de Manuel

55
sistemática resulta la expansión del secuestro hacia Venezuela, que tiene
todos los síntomas de un contagio desde Colombia. Son los estados próximos
a la frontera los que muestran tasas similares a la colombiana y muy superiores
a las del resto del vecino país (Gráfica 4). El denominado secuestro fronterizo
se percibe allí como una actividad ya consolidada  bajo el liderazgo indiscutible
de los grupos subversivos colombianos 229. Algunos de lo elementos de la
tecnología que se exporta han sido el bloqueo de la respuesta judicial ante los
secuestros e incluso la cooptación de iniciativas legales 230.
Gráfica 4
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Fuente http://www.elsecuestro.com Población en http://www.pnud.org.ve/IDH96

Parodiando el título de un trabajo reciente sobre el conflicto colombiano, los
poderosos secuestradores nacionales, como ya lo habían hecho los
narcotraficantes, están mostrando que este callejón no tiene una sino varias
salidas: hacia los países vecinos, hacia Latinoamérica 231 y, eventualmente,
hacia otros continentes 232.

Marulanda, fundador y líder de las FARC, para preparar el secuestro del publicista brasileño Washington
Olivetto, crimen por el que fue detenido y encarcelado en Brasil. El Mercurio, Martes 10 de Septiembre de
2002
229
De acuerdo con un penalista venezolano “los secuestros que desde el año 1976 hasta 1991 sumaron
solamente treinta y nueve se multiplicaron vertiginosamente llegando en la actualidad a realizarse dos
plagios mensuales …Este delito (se ha convertido) en una próspera industria de los subversivos
colombianos que operan en la frontera de nuestro país”. Hace además un detallado inventario de los
frentes guerrilleros que operan en los estados fronterizos venezolanos: cuatro de las FARC, cinco del ELN
y tres del EPL. Buroz (1998) p. 70, 73, 78 a 80.
230
El mismo Buroz señala el marcado contraste entre las respuestas que tradicionalmente se daban en
Venezuela a los secuestros –la mayor parte terminaron en condena y en el año se llegó 73 a nacionalizar
una empresa que cedió ante el chantaje- y las “presiones contra las autoridades judiciales” o las
“complicidades surgidas” en la zona fronteriza ante los secuestros de la guerrilla colombiana. Relata
además los detalles de la virtual absolución de los acusados en el juicio por el secuestro del ganadero
Jorge Díaz Márquez por parte del ELN y cómo el abogado defensor del caso, posteriormente elegido
senador, se destacaría por “oponerse a la promulgación de la ley anti-secuestros (y) oponerse a la
aplicación de la legislación militar en las zonas de seguridad fronteriza”. Buroz (1998) p. 85 y 86.
231
Sorprende que, a pesar de los ya innumerables testimonios sobre la exportación de la tecnología
subversiva y la internacionalización del conflicto colombiano, el análisis siga siendo, con contadas

56

Con este nuevo escenario en mente vale la pena preguntarse hasta cuando, y
hasta dónde, se seguirá reproduciendo el desafortunado reflejo colombiano de
responder a las tomas de rehenes, por violentas que puedan ser, con
llamamientos automáticos a retomar el diálogo con los agresores 233. La
singularidad colombiana de dar prioridad a la superación de las causas
objetivas y a la búsqueda de diálogo como respuesta inmediata a las
manifestaciones de violencia, con una intensidad que parece proporcional a la
gravedad del ataque, no ha llegado al extremo de proponer que ante los
asesinatos de colombianos, por sicarios colombianos y con tecnología
colombiana –la del parrillero- pero cometidos en Madrid, España, se deba
responder haciendo más inversión social en Medellín. Cabe entonces esperar
que cuando un comando de una organización armada colombiana secuestre en
el extranjero un grupo de personas de terceros países, los analistas o los
funcionarios internacionales de un cuarto país, no persistan en señalar, como
respuesta al incidente, que se deben enderezar las raíces locales del conflicto,
o que el establecimiento colombiano debe tratar de corregir lo que ocurrió en
Marquetalia en 1964.

excepciones, algo parroquial. Sobresale en ese sentido el más reciente y ambicioso esfuerzo de
diagnóstico del conflicto armado en Colombia que sólo menciona de manera tangencial y genérica el
problema, como otra de las consecuencias del narcotráfico: “al internacionalizar el conflicto de modo
patológico, esto es, por la vía del crimen y no de la política” Callejón con salida – UNDP (2003) p. 88. A
pesar de un capítulo del informe dedicado a la expansión territorial de la guerrilla, ni siquiera se menciona
la situación en las fronteras con Venezuela o Ecuador. Una conjetura sobre las razones de este
inexcusable olvido es que perderían sentido las recomendaciones orientadas a corregir las “raíces del
problema”. Un análisis detallado sobre el impacto del conflicto colombiano en Venezuela, Perú, Bolivia,
Ecuador, Panamá y Brasil se encuentra en Millet (2002). En Rubio (2003) se hace un breve inventario de
casos reportados en la prensa.
232
Un rumor que circula entre gente cercana a los organismos de seguridad españoles habla de la
llegada de un grupo de miembros del ELN a Bilbao hace un par de años. Este chisme sería consistente
con la insólita petición del ELN de exigir representantes del nacionalismo vasco para liberar al rehén
español secuestrado en la Sierra Nevada. También a nivel de simple rumor que no parece prudente
ignorar del todo están las declaraciones del experto británico en inteligencia Gordon Thomas sobre una
reunión de grupos terroristas para discutir una coordinación a nivel regional: “el encuentro secreto de
Medellín reunió a grupos terroristas de cuatro países (Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador) con una
delegación de las Farc” El Espectador Noviembre 2 de 2003 y El País, Cali Octubre 29 de 2003.
233
Tal vez el ejemplo más deplorable lo constituyen las declaraciones del delegado especial del
Secretario General de las Naciones Unidas en Colombia a raíz del asesinato a mansalva, por parte de las
FARC, del gobernador de Antioquia y otros secuestrados que tenían en su poder. «Las FARC deben
reconocer la masacre y pedir perdón … Seguimos convencidos, aún en este momento tan duro, tan
polarizado y sangriento, de que va a haber una solución para este conflicto y que debe ser negociada». El
Tiempo, Mayo 12 de 2003. Énfasis propio. Es difícil pensar que el mismo funcionario reaccionaría de tal
manera ante una masacre cometida por narcotraficantes, o paramilitares. Difícil también imaginar, en
España, a cualquier funcionario público, académico, periodista o burócrata internacional que emitiera
unos comentarios similares ante el asesinato a sangre fría de rehenes por parte de ETA.

57
La internacionalización del secuestro colombiano es un hecho, no sólo en
términos de diseño y tecnología, sino de capacidad de ejecución. A diferencia
de la épica era montonera, sin embargo, cuando los detalles de los incidentes y
su desenlace se hacían públicos, innovaciones significativas han sido la
opacidad, el misterio y la desinformación. Al otro lado de la mesa, también
parece evidente la internacionalización y concentración de la otra cara del
secuestro: la, esa sí, industria de la negociación. Se ha llegado a la situación
demencial en que virtuales multinacionales del secuestro, para mantener su
guerra, negocian en privado, y por debajo de la mesa, con las multinacionales
de las pólizas y del manejo de crisis.

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