Gino Lofredo . Feria del Libro de Bogotá

Gino Lofredo, escritor de retaguardia

Por: Juan Carlos Piedrahíta B.
Gino Lofredo
Foto: Daniel Gómez
Gino Lofredo viajó en moto desde Ecuador hasta la Patagonia y luego regresó hasta llegar a La Guajira.
El periodista argentino recorrió América Latina en moto, para hacer su cuarta novela.
A bordo de Aparicio Retaguardia, un personaje ficticio, planeó sus ‘Hojas de ruta’.

En las plazas centrales de Colombia, Gino Lofredo encontró un nombre repetido: Rodrigo Arenas Betancourt. Al revisar los apuntes de su periplo desde Ecuador hasta la Patagonia y su regreso hasta La Guajira, se dio cuenta de que la mayoría de las esculturas de este artista estaban dedicadas a Simón Bolívar y al adentrarse en su historia supo que la responsable de su secuestro había sido la Coordinadora Bolivariana. Contradictorio podía llegar a sonar que un hombre que dedicó varios años de su vida a hacerle homenajes en gran formato al libertador, estuviera en manos de un frente con ese nombre. Esa magia, cruel y genial a la vez de América Latina, fue la que motivó al periodista y escritor argentino a publicar Hojas de ruta, su cuarta novela.

En esta propuesta, una mezcla de crónica, novela, secuencia de cuentos, ilustraciones y fotografías, la dinámica del viaje fue distinta porque la hizo a bordo de una moto. Con el viento en contra se dio cuenta de que el desplazamiento en este medio de transporte tiene un condimento esencial: la supervivencia. Cualquier persona sobre una moto debe estar pendiente de su vida y de llegar de un punto a otro sin que le pase un camión por encima. Pero además de este riesgo particular, el escritor y periodista argentino se maravilló al poder establecer una relación especial con la naturaleza, porque recorrer la Patagonia en moto y solo, es como emprender un viaje de mescalina y va más allá de la posibilidad de trasladarse geográficamente.

“Yo llegaba a un pueblo y la gente me veía como una especie de extraterrestre. No es común que llegue alguien a decir en una casa cualquiera ‘necesito posada porque estoy congelándome’. En el moto suceden cosas que difícilmente pasarían si empleara otro medio de transporte”, asegura Gino Lofredo, quien dice que hace parte de una generación de cronistas que se creen de vanguardia pero que más bien ya son de retaguardia.

La figura central de Hojas de ruta es Aparicio Retaguardia, a quien el autor denomina como un instrumento narrativo para mirar cosas que cualquier ser humano real no vería por estar demasiado inserto en la cotidianidad. Es más fácil a través de un personaje que tiene distancia y que puede adquirir la potestad de salir o entrar cuando quiera, contar lo que él quería relatar, pues el personaje no le está apostando a nada específico y es como una cámara indiferente.

“Yo, en este caso, como Retaguardia, no tomo apuntes porque eso rompe la conexión con la gente. Las historias que se cuentan ahí, son verdaderas. El colombiano es muy rico en contar cosas porque siempre se fija mucho en los detalles y los personajes están servidos en bandeja, es como si le dijeran a uno ‘mire, maestro, aquí tiene un personaje, aquí tiene otro y así’”, dice Lofredo, quien además de aprender de América Latina se volvió experto en Arenas Betancourt.

  • Juan Carlos Piedrahíta B. | Elespectador.com